Difícil es despedir a una persona imprescindible; más aun es para los trabajadores de Telecubanacán, en Villa Clara, decir adiós a José Antonino Rivero, productor y alma de este canal de televisión, que ayudó a fundar y crecer.
Quienes lo conocieron, pueden dar fe de su eterna alegría, de su desenfado en cualquier escenario y de las dos manos que siempre estaban dispuestas para ayudar.
Sus anécdotas de los 37 años del telecentro siempre se enriquecían con su inmensa imaginación, demasiado grande para contener y no compartir su visión de la vida, de lo necesario, y de todo a lo que estaba dispuesto para que un programa de televisión o una noticia, tuvieran éxito.
Por donde quiera que pasaba dejaba una sonrisa, muchas veces carcajadas, detrás de las que siempre había un detalle y un consejo.
A los 60 años, las complicaciones de un virus nos lo arrebatan, pero esa voz, esa risa, ese corazón, serán imposibles de borrar de la historia de Telecubanacán.