Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
2115
25 Octubre 2016

Realizar un obra de artes plásticas desde una Cuba bloqueada resulta una odisea. Como los gladiadores romanos nuestros pintores se enfrentan a la batalla diaria de conseguir pinceles adecuados y las acuarelas de diferentes tonalidades que les permitan ejecutar sus creaciones.

A criterio de Amilkar Chacón Iznaga, quien dirige la Academia Provincial de Artes Plásticas Leopoldo Romañach, Cuba es parte de un relevo de identidades, es una acotación contra todo espectro temático, llámese o denomine bloqueo.

Para quien también preside la sección de Artes Plásticas de la Uneac en la provincia este cerco económico, comercial y financiero impuesto durante más de 50 por el gobierno de los Estados Unidos, es sinónimo de irracionalidad. Una polí­tica tan primitiva como su   escenario.

No obstante, dice, el cubano se fortalece en su esencia más vital, en el dí­a a dí­a, pues va más allá de toda intromisión. La creatividad de los habitantes de la Isla les permite dialogar sobre los preceptos de una continuidad de lucha como la propia Revolución Cubana que es su catalizador más riguroso en la fuerza sostenida de su pueblo.

«La Revolución Cubana es la ruptura contra toda intolerancia y el bloqueo es su antí­tesis. Por otro lado, el discurso del arte cubano contemporáneo no ha estado ajeno a denunciarlo, lo ha descaracterizado legitimando las raí­ces históricas de la cultura cubana y su devenir más auténtico », afirma Chacón Iznaga.

regata de Kcho
Regata, de Alexis Leiva (Kcho). (Foto: Tomada de internet)

Son muchos los referentes que pueden citarse, porque el Bloqueo siempre ha sido objeto de serios análisis en el panorama del arte. Por su complejidad criminal, por lo diverso, múltiple, heterogéneo, etc. Asentado en circunstancias materiales y sociales que nos ha permitido ser parte de una gran confrontación y reflexión en el campo intelectual. Pero si de mencionar ejemplos concretos se trata, este intelectual villaclareño piensa en la obra del Kcho «que es portadora de una carga muy fuerte de significados en torno a la insularidad, el grupo los Carpinteros, donde cada propuesta advierte la relación del individuo con la sociedad en circunstancias determinadas como la crisis de los años 90 o la obra de Antonio Eligio (Tonel) y Lázaro Saavedra, que desde la sátira profundizan aspectos de verdadera inquietud filosófica ».

Sí­. El bloqueo estadounidense pretende insertar esa visión cosmopolita de permanente injerencia. En Cuba existe un compromiso social y de liberación descolonizadora en contra de su estertórea escena criminal. La realidad es que existe una visión latinoamericana y universal de nuestras   prácticas y dinámicas, donde se integran   los verdaderos procesos del arte. En ese entorno, advierte el artista, el arte cubano trasgrede cada contexto en lo social y lo polí­tico sin perder su autorreferencialidad de combate.

«En la Cuba de hoy no existen discursos paralelos, sino legitimadores de un proceso. En las diversas manifestaciones de la plástica cubana, siempre ha existido un espacio para la denuncia y el combate, la respuesta es batallar sobre las   múltiples circunstancias », sentencia y agrega:

«El bloqueo de E.E.U.U es quien limita la actividad del trabajo en las escuelas, en las áreas sociales, en la ciencia y el progreso de Cuba. La globalización cultural de las industrias culturales capitalistas impone los más penetrantes modelos, intentan bautizar a la juventud en análogo detonante de superficialidad y trivialidad; se pretende asignar la tonterí­a y el desmonte de los elementos del pensamiento intelectual en los jóvenes ».

Para finalizar su análisis sobre el tema, Amilkar apunta que el arte cubano es la integración, la expresividad de lo universal, el sincretismo, es la tradición y el registro de nuestra lucha. Por eso los artistas plásticos continuarán su batallar, seguirán buscando alternativas para con pinceles y acuarelas superar las limitaciones del bloqueo.

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