Última actualización: jueves, 28 de marzo de 2024, 19:40
Francisnet Díaz Rondón
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12 Noviembre 2016
12 Noviembre 2016
hace 7 años
«Partimos » fue la escueta y alentadora expresión plasmada por Sergio Corrieri en su diario de trabajo, y con ella inició un sueño que ya cumple 48 años de bregar por montañas, llanos, campos, escuelas, poblados…
Nacía el Grupo Teatro Escambray (GTE), el 6 de noviembre de 1968, de los hombros y el alma de doce aventureros salidos del asfalto habanero para asentarse, unos más tiempo que otros, en la serranía del centro del archipiélago.
Allí en su tradicional sede de La Macagua, límite casi exacto entre Villa Clara y Cienfuegos, se celebró esta semana el nuevo aniversario como solo suelen hacerlo en ese campamento llenos de personajes e historias: con teatro.
Con las presentaciones de las obras El entierro de la sardina, un trabajo dramatúrgico del veterano actor y teatrista Elio Martín Montpellier, y Naufragio, del dramaturgo Rafael González, director general del GTE, se constató la buena vibra de la que goza la agrupación, ahora renovada con jóvenes recién graduados, que no cesa de tomarle el pulso a nuestra sociedad para expresar lo necesario.
Fue reconfortante ver a dos generaciones de actores en un mismo escenario. Los fundadores Elio Martín y su esposa Concha Ares entremezclaron su experiencia con los nuevos talentos, quienes cada día beben de la savia de los más experimentados.
Noveles como Arletti González, Roberto íguila, Kislé Orozco, Daniela Barrios, Oslén Pacheco y Wendy Herrera, asumieron el reto de continuar el camino trazado por Corrieri y su madre Hilda, Carlos Pérez Peña, y otros tantos que dieron parte de sí a Teatro Escambray.
Desde sus inicios hasta el momento, el GTE ha realizado más de 5000 presentaciones ante 2 millones 50 mil espectadores, lo cual expone el quehacer de la agrupación desde hace casi cinco décadas, que además ha intervenido en el asesoramiento de casas de cultura, impartición de talleres, una permanente vinculación al trabajo de la Universidad Pedagógica y la Escuela Profesional de Arte Samuel Feijóo, entre otras actividades.
El grupo también ha llevado sus obras a otras naciones como Angola (en dos ocasiones), Nicaragua y recientemente a la República Bolivariana de Venezuela.
No es secreto que el GTE ha enfrentado disímiles dificultades y aún las enfrenta para mantener su existencia. No obstante, la perseverancia de sus integrantes, sobre todo del director, Rafael González, ha permitido que aún el público disfrute de sus sugerentes puestas en escena.
«Hoy el grupo sufre los mismo avatares que sufre la nación. [...] Aquí estamos, no en la espera infecunda sino en la agónica y desesperada lucha por sobrevivir, defendiendo contra viento y marea nuestro derecho a continuar trabajando », manifestó González.
El Grupo Teatro Escambray cumplió 48 años de fructífera vida, y no cesa de crear a pesar de los obstáculos aunque renazca una y otra vez de las cenizas como ave fénix.