Cuba trabaja por una polí­tica migratoria adaptada a su tiempo (+ Infografí­a)

Hace cinco años, el 14 de enero de 2013, entró en vigor de la actualización de la polí­tica migratoria cubana.

Principales cambios a la polí­tica migratoria en los últimos cinco años

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Aeropuerto cubano.
Solo el 11 % de los cubanos que viajaron al exterior, establecieron residencia permanente en otros países. (Foto: Jose M. Correa)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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16 Enero 2018

A pesar de la hostilidad de la nueva administración de Estados Unidos y la puesta en marcha de medidas que entorpecen el flujo de personas entre los dos paí­ses, Cuba continúa con la actualización e implementación de su polí­tica migratoria para adaptarla a los tiempos que corren y garantizar que ocurra de manera legal, ordenada y segura.

Este domingo se cumplieron los primeros cinco años desde la entrada en vigor de cambios trascendentales en este campo: un grupo de decisiones establecidas el 14 de enero del 2013 para facilitar los viajes desde y hacia la Isla de los cubanos y fortalecer la relación de la Mayor de las Antillas con su emigración, siempre bajo el principio de que dichas medidas se toman por decisión soberana del Estado y no responden a presiones ni imposiciones de nadie.

De acuerdo con la práctica establecida, este es un proceso que no solo toma en cuenta las opiniones de los residentes en el paí­s, sino también los de la comunidad cubana en el exterior.

Nave de Cubana de Aviación.
Cuba ha reiterado que la actualización de su polí­tica migratoria es continua e irreversible. (Foto: Jose M. Correa)

Su génesis se remonta al encuentro sostenido con la emigración en 1978, que fue liderado por el Comandante en Jefe de la Revolución Fidel Castro Ruz e impulsado después por el Presidente Raúl Castro Ruz.

«Hay circunstancias nuevas », explicó Fidel citado por nuestro diario el 22 de noviembre de ese año ―tras concluir el primer encuentro con los emigrados―, refiriéndose a la reducción de la agresividad del Gobierno de James Carter y al surgimiento de una nueva generación de emigrados cubanos deseosos de mantener ví­nculos con su paí­s de origen. «Esas circunstancias nuevas permiten hacer una polí­tica de este tipo (se refiere a tomar decisiones a favor de los viajes y la reunificación familiar, entre otras). Antes no se habí­a podido hacer. Yo creo que ahora se está haciendo lo que puede hacerse y lo que debe hacerse en circunstancias en que es posible hacerse ».

Desde entonces han tenido lugar otros intercambios como las Conferencias de la Nación y la Emigración de 1994, de 1995 y del 2004, donde se adoptaron nuevas medidas desde el punto de vista migratorio y de atención a la comunidad cubana residente en el exterior.

Como demuestra la continua actualización de la legislación vigente y el análisis de nuevas medidas, existe una firme voluntad de continuar fortaleciendo los ví­nculos de Cuba con sus ciudadanos residentes en el exterior.

Implementación exitosa a pesar de los obstáculos

Principales cambios a la polí­tica migratoria en los últimos cinco años

14 de enero del 2013
Entraron en vigor un grupo de medidas que facilitaron los trámites asociados a los viajes de cubanos al extranjero y su ingreso al paí­s.

- Los cubanos pueden salir del paí­s y permanecer por 24 meses en el extranjero sin perder su condición de residente en la Mayor de las Antillas.

- Los titulares de pasaporte corriente no requieren permiso de salida del paí­s ni carta de invitación por parte de las autoridades cubanas.

- Se aumentaron las causales de repatriación a las personas que salieron con menos de 16 años y los que hayan mantenido una posición consecuente de lucha contra el bloqueo y otras acciones a favor de la Patria. También se incluyen casos por razones humanitarias.

- Se extendió de 60 a 90 dí­as el tiempo de permanencia temporal de los emigrados cubanos que visiten el paí­s.

- Un grupo minoritario de personas quedó sujeto a regulaciones especiales para su salida del paí­s, lo cual no implica una prohibición, sino que deben recibir la autorización correspondiente.

22 de abril del 2016
Como continuidad del proceso de estudio de las normas migratorias, el Gobierno de la República de Cuba decidió adoptar las disposiciones siguientes.  

- Autorizar la entrada y salida de ciudadanos cubanos, con independencia de su condición migratoria, en calidad de pasajeros y tripulantes en buques mercantes.

- Autorizar la entrada y salida de ciudadanos cubanos, con independencia de su condición migratoria, en calidad de pasajeros y tripulantes en cruceros. Con entrada en vigor a partir del 26 de abril del 2016.

- Autorizar de forma gradual y una vez creadas las condiciones, la entrada y salida de ciudadanos cubanos, con independencia de su condición migratoria, en calidad de pasajeros y tripulantes en embarcaciones de recreo (yates). La puesta en práctica de esta medida será anunciada oportunamente.

1.o de enero del 2018
Como parte del proceso de actualización de la polí­tica migratoria, en enero de este año entró en vigor un nuevo grupo de medidas.

- Eliminar el requisito de avecindamiento para que los hijos de cubanos residentes en el exterior, que hayan nacido en el extranjero, puedan obtener la ciudadaní­a cubana y su documento de identidad.

- Eliminar la «Habilitación » del pasaporte para los viajes a Cuba de los emigrados cubanos.

- Autorizar la entrada y salida a Cuba de ciudadanos cubanos residentes en el exterior en embarcaciones de recreo, a través de las Marinas Turí­sticas Internacionales Hemingway y Gaviota-Varadero. Una vez que estén creadas las condiciones, se ampliarí­a progresivamente a otras marinas.

- Permitir la entrada a Cuba de los ciudadanos cubanos que salieron ilegalmente del paí­s, excepto aquellos que lo hicieron a través de la ilegal Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo.

NOTA:  A nivel regional, el número de salidas al extranjero de la ciudadaní­a cubana cada vez se parece más al comportamiento de este indicador en el resto de los paí­ses vecinos. las estadí­sticas confirman que el cubano no emigra en masa, sino que viaja.

De acuerdo con las cifras disponibles, su impacto social y los comentarios recibidos en nuestro periódico por distintas ví­as, los cambios introducidos desde el 2013 han sido bien recibidos por los cubanos donde quiera que estén.

Asimismo, las autoridades competentes aseguran que su implementación a lo largo de este lustro ha transcurrido con normalidad.

Sin embargo, el principal obstáculo para la completa normalización de las relaciones migratorias de Cuba con el mundo sigue llegando desde Washington.

Existe una larga historia de la manipulación de los flujos de personas para utilizarlos como un arma contra la Revolución, práctica que ha costado vidas humanas y promovido la trata y el secuestro de barcos y aeronaves, entre otras acciones ilegales.

El pasado 12 de enero del 2017, en la recta final del Gobierno de Barack Obama, ambos paí­ses firmaron un acuerdo migratorio que, entre otros aspectos, puso fin a la polí­tica de pies secos-pies mojados y el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos.

La considerable disminución del flujo de migrantes irregulares cubanos hacia Estados Unidos que se aprecia desde entonces confirma lo expresado por el Gobierno de Cuba durante muchos años, en relación con que esas polí­ticas constituí­an un fuerte estí­mulo a la migración ilegal.

A pesar del acuerdo, aún se mantiene vigente ―ya que su eliminación es potestad del Congreso― la ley de Ajuste Cubano, sin cuyo fin es imposible pensar en la normalización de los ví­nculos migratorios.

Esa legislación, que data de 1966, estimula la continuidad de un flujo irregular, a la vez que afecta el otorgamiento de visas para no inmigrantes a ciudadanos cubanos que no tienen la intención de quedarse a residir en este paí­s.

Con la llegada a la Casa Blanca de la nueva administración estadounidense, liderada por Donald Trump, se abrió una etapa de recrudecimiento de la aplicación del bloqueo bajo la influencia de un pequeño grupo de legisladores que defienden intereses personales y no representan a la mayorí­a de la comunidad cubana de ese paí­s.

Además de las medidas anunciadas en Miami en junio del año pasado, el Gobierno de Trump ha tomado medidas unilaterales e injustificadas que afectan el funcionamiento de su Embajada en La Habana y la misión diplomática cubana en Washington, bajo el supuesto argumento de «ataques acústicos » sobre los cuales no existe evidencia alguna.

Como parte de esas acciones, el Departamento de Estado redujo drásticamente su personal en la Embajada de La Habana y suspendió de manera inmediata y completa la emisión de visas en su consulado, lo que afecta directamente el derecho de los cubanos a viajar, e incluso, a emigrar.

En paralelo, el gobierno estadounidense tomó la decisión irreflexiva de expulsar de su territorio a 17 funcionarios cubanos de la misión en

Washington, incluyendo una parte importante del personal del consulado. Esta medida, con eminentemente carácter polí­tico, tiene un impacto negativo en los servicios consulares y dificultará ―por encima de la voluntad y del mayor esfuerzo que están realizando los funcionarios que permanecen en Washington― los viajes a nuestro paí­s de los cubanos residentes en Estados Unidos.

La decisión supuso la implementación de un obligatorio traslado a Colombia de quienes deseen obtener visas de inmigrantes y de reunificación familiar, así­ como a terceros paí­ses para aquellos interesados en obtener los permisos para viajes temporales.

Los nuevos procedimientos elevan aún más los costos para los cubanos y sus familiares y no se ofrece ningún tipo de garantí­as de que el trámite vaya a resultar efectivo, generando un lógico malestar.

Quizá lo más preocupante es el retroceso registrado en un campo en el que los dos paí­ses vení­an avanzando, de una u otra manera, desde finales de la década de los años 70 del siglo pasado, cuando se activaron los servicios consulares en La Habana y Washington.

A pesar de ese nuevo escenario, las últimas medidas tomadas y la implementación de los cambios anunciados en el 2013, demuestran que el camino emprendido por Cuba en materia migratoria es continuo e irreversible.

La nación y su emigración

01- Los cubanos residen de manera temporal o permanente en más de 120 paí­ses del mundo.

02- El mayor grupo se encuentra en Estados Unidos, donde se estima que viven cerca de dos millones, el 57 % de ellos nacidos en la Isla y el resto se declara de esa nacionalidad por sus lazos familiares y culturales, de acuerdo con el Buró del Censo de Estados Unidos.

03- Según indica el Pew Research Center, los cubanos son menos del 4 % de los hispanos que viven en Estados Unidos. La mayor cifra corresponde a los de origen mexicano con un 64 % del total.

04- Hoy existen 157 asociaciones de Cubanos Residentes en el Exterior (CRE) constituidas en 72 paí­ses, se realizan periódicamente encuentros nacionales y regionales de cubanos residentes en el exterior y se fortalecen los ví­nculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior, proceso continuo e irreversible.

Infografí­a sobre actualización de polí­tica migratoria cubana.

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