Gimnasia Escolar: En la viga de equilibrio

¿Cómo anda esta disciplina ? Hace apenas un mes que el Combinado Deportivo «Julio Antonio Mella» de Santa Clara estrenó tabloncillo.

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Gimnasia rítmica
(Foto: Carolina Vilches).
Mayli Estévez Pérez
Mayli Estévez Pérez
@mestevezp
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22 Abril 2017

Al combinado deportivo «Julio Antonio Mella » de Santa Clara le han renovado recientemente el tabloncillo, a pesar de que debió precisar de las condiciones actuales hace tiempo, por ser la sede de un deporte tan técnico como la gimnasia artí­stica.

Al final del olor a madera fresca, por donde cuelgan unas anillas y la temida viga de equilibrio sobresale, una decena de niñas llama la atención. Y digo «temida », porque defiendo la tesis de que es uno de los ejercicios más peligrosos de la historia deportiva humana.

La profesora de la categorí­a ocho años, Yadira Velazco Moya.(Foto: Carolina Vilches).

Describámosla así­: una barra de 10 centí­metros de anchura recubierta de cuero, donde usted no solo tiene que mantener el equilibrio, sino ejecutar giros en un pie, elementos acrobáticos en diferentes direcciones y un salto con split de 180 grados. En fin, sobrehumano. Y lo admirable es que resulta asunto de menores. La profesora de la categorí­a ocho años, Yadira Velazco Moya sabe bien de ello.

«Es un deporte bonito, pero al mismo tiempo muy difí­cil, una disciplina de mucho sacrificio, y son niños los que deben hacerlo. Por estos dí­as se nos simplifica bastante nuestra función porque en marzo arreglaron el tabloncillo, y acondicionaron colchones para trabajar. Así­ el saldo de las atletas será un poquito más satisfactorio », expresó.

Quizás un primer lugar provincial no les diga demasiado a los lectores, pero uno en el podio de premiaciones «a pesar de… », puede que les exprese mejor lo que han conseguido estas alumnas del combinado deportivo villaclareño.

«La adaptación de las niñas es un poco complicada. Cuando empiezan en pre-escolar el trabajo es más suave, desarrollamos las habilidades fí­sicas de flexibilidad, rapidez, equilibrio y resistencia, y luego, se le ingresan uno o dos elementos más técnicos, que dependan de la categorí­a en la que estén.

«Años atrás se nos dificultaba trabajar porque no tení­amos condiciones en el tabloncillo, y en la viga de equilibrio no existí­an colchones, por lo que era más probable que las niñas tuvieran menos confianza a la hora de ciertos ejercicios. Ahora están más seguras de que no les sucederá nada », concluye.

Lo que resulta conclusivo es que las niñas no le temen a las preguntas. Apenas vieron que conversaba con la profesora, par de Dianas las dos se llaman así­, custodiaron a la maestra y se animaron a contarme por qué les gusta la gimnasia. A los ocho años sus respuestas son tan simples como sinceras.

Diana Laura Yánez cree que «es divertida y es un buen deporte porque es lindo y culto. No tengo miedo, porque no pienso que me voy a caer nunca ». A Diana Martí­nez, la disciplina le llama la atención porque «aquí­ la gente se puede poner fuerte, entrena mucho y las profes nos enseñan a hacer cosas nuevas ». A dúo responden lo quieren ser cuando grandes lo que será «ahorita », porque la gimnasia es un paseo corto: « ¡Profesoras! »â€¦ Por supuesto, de lo mismo que hoy practican.

Se van de la mano, en punta de pies, como quien acaba de hacer una presentación triunfante. Diana Laura, trepa de un salto a la viga y asume que actúa, como una profesional capacitada, aunque no levante una cuarta del piso. Queda claro de nuevo: no le teme a la viga, nació para domarla.

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