Tomado de la edición digital del periódico Juventud Rebelde
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07 Agosto 2016

Rí­o de Janeiro.― Sergio González y Nivaldo Dí­az ganaron durante su debut olí­mpico en las famosas arenas de Copacabana. Pero más que el triunfo –logrado en tres intensos sets-, la magnitud del certamen o el lugar donde sucedió, lo más trascendental de este resultado fue que lo hicieron frente a los locales Evandro Junior y Pedro Solberg, una de las parejas más notable del circuito mundial de voleibol de playa.

Desde hace rato nuestros muchachos vienen tocando la puerta del máximo nivel, pero sin muchas opciones para entrar, se habí­an tenido que conformar con reinados regionales. Ahora, en la gran pasarela bajo los cinco aros, demostraron este domingo que los lí­mites del continente ya les quedan chicos. Estos muchachos prometen… y mucho.

Su grupo, como todos aquí­, es de armas tomar, pero debutar frente a quienes acapararon el bronce en el Campeonato Mundial que el pasado año se celebró en Holanda, era el peor de los comienzos. Sin embargo, nada más bastó ver los primeros compases de la partido para confirmar que a la dupla cubana le importaba poco la enardecida torcida que desde el graderí­o nunca dejó de animar a los suyos.

En el primer set lograron controlar el fortí­simo servicio de Evandro, y esa fue una de las grandes claves para sorprender. Desde ambos lados de la net se luchó duro por dar la primera estocada, al punto que se necesitó ir más allá del lí­mite para definir el triunfo cubano con marcador de 24-21.

Ese desenlace fue una inyección de pura adrenalina, pues Sergio y Nivaldo volvieron a la carga y lograron ponerse delante por 9-6 en la segunda manga antes de perder el control de la situación. Aun así­, en las postrimerí­as del set, casi enmudecieron el graderí­o al lograr equilibrar el pulso, pero la mayor experiencia de los locales salió a flote y un ace de Evandro fijó el 23-21 que forzó el alargue.

Ya en la manga definitiva, a los caribeños no les tembló la mano. Punto a punto, ambas duplas se acercaron al momento definitivo, pero tal parece que la presión de no defraudar a sus seguidores fue un fardo demasiado pesado para los anfitriones, cuyos errores en puntos clave le costaron la capitulación con un 15-13.

De tal forma, Sergio y Nivaldo no pudieron tener mejor comienzo, y están conscientes de eso. Pocos minutos después del trascendental desenlace, declaraban a los medios que «sabí­amos lo importante que era para nuestras aspiraciones comenzar los Juegos Olí­mpicos con un triunfo, y confiábamos en que podí­amos lograrlo, a pesar de enfrentar una pareja tan fuerte y que jugaba en su patio ».

En la memoria de ambos estaba el resultado del último enfrentamiento particular, en el que cedieron también en tres parciales. «Aprendimos de los errores cometidos entonces, hicimos ajustes para no repetirlos y funcionaron. Sabí­amos que para aspirar al triunfo tení­amos que ser efectivos en el recibo y disminuir la velocidad de sus combinaciones », dijo a la prensa Sergio tras el partido.

La próxima presentación de los cubanos será el próximo martes frente a los lituanos Samoilov-Smedins, unidos después de participar con otras parejas en la cita estival londinense hace cuatro años, y ubicados en el tercer lugar del ranking confeccionado por la Federación Internacional (FIVB) con los diez mejores resultados en las dos últimas temporadas.  

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