Lunes, 7:00 a.m. No aplique todo su mal genio sobre el despertador, hoy puede quedarse unos minutos más en la cama. Tómese su tiempo en el baño, póngase la ropa más cómoda que encuentre. Desayune despacio, acompañe a sus hijos a la escuela. No se estrese con la parada llena ni con las guaguas escasas: hoy no tiene que ir al trabajo.

Los cubanos asumimos al pie de la letra el viejo refrán «no hay mal que por bien no venga». Ante las limitaciones de combustible y de movimiento que nos impusieron el gobierno norteamericano y la COVID-19, respectivamente, extendimos el trabajo a distancia. Una modalidad flexible de empleo que beneficia a los trabajadores cuya encomienda laboral no requiere la permanencia en la entidad durante todo el día.
Igual de ventajoso resulta para los empleadores, pues aumenta la productividad, reduce gastos de transporte, electricidad y agua; elimina el ausentismo, las llegadas tarde y las salidas antes de tiempo.
Como ancla legal de esta medida, el Código de Trabajo (Ley No. 116/2013) establece que el sitio donde el trabajador desempeña sus funciones se deriva del acuerdo entre las partes, y así queda reflejado en el contrato que suscriben.
Según datos ofrecidos a Vanguardia por la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, 6862 villaclareños desarrollan la actividad profesional en el terreno y 6100 lo hacen desde el domicilio. Otros 300 se acogen al teletrabajo, que implica el uso frecuente de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
En cuanto al ejercicio del trabajo a distancia (en las tres modalidades anteriores), sobresalen los vinculados a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), la Empresa Nacional de Proyectos Agropecuarios (ENPA), el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el Centro Provincial de Educación Artística, la Empresa Provincial de Conformación de Metales, Fundiciones y Materiales de la Construcción (Metalconf), la Delegación Provincial del Citma, el Sector de la Salud; la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, y la división de Copextel.
Vale aclarar que otras instituciones con horario abierto aprovechan el trabajo remoto, incluso, antes de que se desataran las crisis energética y sanitaria en Cuba; entre ellos, los periodistas llevamos la iniciativa.
La planificación de las labores y el control de los resultados constituyen la única garantía de «llegar, pero no pasarse» en la aplicación de tales modalidades de empleo. En ningún diccionario aparece el trabajo a distancia como sinónimo de incumplimiento de contratos, afectación a los servicios que se prestan al pueblo ni agonía en los trámites.
La flexibilización del horario y el régimen de trabajo y descanso también demanda un acuerdo mutuo, que respete el Convenio Colectivo de Trabajo y evite la intromisión a deshora de asuntos competitivos en el entorno familiar.
La creciente informatización de la sociedad apunta a un igual comportamiento del teletrabajo. En tal sentido, les queda pendiente a organismos y entidades garantizar los medios tecnológicos a quienes usan los recursos propios, y ejecutar inversiones que perpetúen y eleven la calidad del ejercicio laboral desde casa.
Los resultados del trabajo a distancia no dependen de las cifras en informes ni de decisiones impuestas cual camisas de fuerza, sino de la gestión efectiva de las administraciones.
Ya lo sabe. Relájese, monte la oficina en el rincón más fresco del hogar, rodéese de las plantas o mascotas que le activan la creatividad, saboree el café de media tarde y dedique toda su energía al encargo socio-económico de los tiempos que corren.