Esta semana ha sido pródiga en sucesos de relevancia, en los que la solidaridad hacia nuestro país y el reconocimiento a su voluntad de mantenerse erguido y seguir adelante se ha reconocido desde los más diversos rincones del mundo.
La campaña Puentes de amor resultó todo un éxito, y en más de 50 naciones fue levantada la bandera de la solidaridad contra el bloqueo que nos asfixia, mientras se reclamaban derechos inalienables que la genocida política imperial nos niega a los cubanos.
«Somos parte de un movimiento internacional para demandar el fin del bloqueo y que se reviertan todas las medidas que tomó el expresidente Donald Trump contra Cuba», destacó Ike Nahem, líder de la Coalición Nueva York-Nueva Jersey Cuba Sí.

Mientras, en Tampa el profesor Carlos Lazo, promotor de la iniciativa, afirmaba: «Hoy, a 130 años de la visita de José Martí a esta ciudad, los emigrados cubanos, los cubanoamericanos y sus hijos, los que han echado raíces en esta segunda Patria, vuelven a soñar que —para nuestra gente— un mundo mejor es posible. ¡Que cese el bloqueo! ¡Que se construyan puentes de amor! ¡Seamos hijos agradecidos! ¡Seamos puentes de amor!».
Acá en Cuba, ese propio domingo 28 de marzo, miles de habaneros, en representación de todo un pueblo recorrieron en bicicletas y autos el emblemático malecón pidiendo el fin de tan arcaica y criminal política.
El presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, reseñó en su cuenta de Twitter el acontecimiento: «Soñar y continuar un país: convocados por sentimientos propios de rechazo al #Bloqueo que trata de asfixiarnos como pueblo, cientos de capitalinos se lanzaron al malecón esta mañana en entusiasta caravana. #CubaViva».
También las redes sociales se hicieron eco de la campaña y los mensajes de solidaridad llegaron desde los cinco continentes.
Igualmente, ganó relevancia informativa un artículo publicado el pasado martes 30 de marzo en el influyente periódico norteamericano The Washington Post, el cual reconoce de manera explícita, y no sin asombro, los logros de Cuba en la biotecnología, que pudiera convertirla, según los autores del inusitado reportaje, «en una potencia de vacunas contra el coronavirus».
La reseña no puede ser más contundente, al extremo de que cualquiera, sin saber de antemano la fuente de la información, pudiera pensar que se escribió en el periódico Granma, tal como comentó una santaclareña amiga.
Basta citar uno de sus párrafos para confirmarlo: «Se están desarrollando cinco vacunas candidatas, dos en ensayos de última etapa con el objetivo de una implementación más amplia para mayo. En caso de que tuvieran éxito, las vacunas serían una proeza de destreza médica contra todo pronóstico, así como un golpe de relaciones públicas, para un país aislado de 11 millones que se agregó nuevamente a la lista de Estados Unidos de patrocinadores estatales del terrorismo en los últimos días de la administración Trump».
La estupefacción es tan descomunal como explícito resulta el reconocimiento que se hace de la ciencia médica cubana, sobrepuesta a enormes dificultades, incluidas las condicionadas por el embargo: «Si las vacunas de Cuba tienen éxito, sus investigadores habrán superado aún más obstáculos que sus pares en los laboratorios occidentales, incluida la escasez de equipos, repuestos y otros suministros, debido en parte a las sanciones de Estados Unidos».
El referido artículo del The Washington Post concluye con estas estimulantes palabras: «Los nombres de sus vacunas más avanzadas, Soberana 2, que sugiere la soberanía cubana, Abdala tomado de un poema del héroe de la independencia cubana José Martí, parecen tener la intención de conmover los corazones y las mentes cubanas».
En tanto, los ensayos clínicos de ambos llegan con éxito a su fase III. En La Habana, del candidato Soberana 02, un total de 35 153 voluntarios —de los 44 010 previstos— recibieron su primera dosis. Mientras, con el ensayo de Abdala, en los territorios de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, de los 48 000 seleccionados para el estudio, 19 524 ya fueron vacunados.
Para abril se prevé presentar al Centro de Desarrollo de Medicamentos y Dispositivos Médicos la solicitud de autorización para iniciar los ensayos clínicos de Fase II con el candidato vacunal Soberana 01 en Cienfuegos, y comenzar estudios con los candidatos Soberana 01 y 02 en la población pediátrica.
Sin duda, han sido días de reciprocar el esfuerzo de años y la voluntad solidaria de Cuba, pues no puede pasarse por alto que el lunes 29 de marzo se cumplieron 31 años de la creación del Programa Cubano de atención a los niños de Chernóbil.
El estreno en la Mesa Redonda del documental Sacha, un niño de Chernobyl, dio prueba fehaciente del altruismo de la Revolución y de los ideales que guiaron a Fidel al darle vida a tan hermoso acto de amor.
José Martí sentenció: «Agradecer es un gusto. Al que peca se le olvida». Mientras, el propio Fidel afirmaba: «Donde impera el egoísmo, no puede haber solidaridad».
Y esa solidaridad no faltará nunca.