Un ébano centenario

En la barriada santaclareña del Condado, Filiberto disfruta el enorme privilegio de haber llegado a los 100 años con plenas facultades para enfrentar la vida.

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Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
7813
19 Septiembre 2018

Filiberto Casamayor Llanes repasa cada una de sus vivencias con voz mesurada, pero sin ápice de agotamiento. Dirí­a que comienza a hojear un libro imaginario de voluminosas páginas de las que afloran recuerdos de todo tipo. Tampoco gesticula ni le tiemblan las manos, y, a veces, le parece un sueño vivir un momento único de plenitud.

Filiberto Casamayor Llanes, centenario de Santa Clara, Cuba.
«Yo soy de los que afirman que a mal tiempo, buena cara ». (Foto: Cortesí­a familiar)

Acaba de celebrar su centenario con una lucidez infinita, adueñado del privilegio de rememorar fechas y acontecimientos sin el mí­nimo patinazo, y cuando casi va finalizando ese libro imaginario, compara su existencia con las carrileras del ferrocarril que tanto recorrió en sus años laborales. «Rectas en su mayorí­a y con extremas precauciones por parte de quien guí­a la locomotora a la hora de enfrentar las curvas ».

Quizás la haya convertido en esa máxima con la que enfrenta cada uno de los dí­as, esos que acumulan infinidad de aguaceros, al venir al mundo el 5 de julio de 1918 para empezar a escribir su historia.

«Soy cifuentense, mas desde hace muchos años resido en Santa Clara. Aquí­ he tenido los momentos más alegres con las reuniones familiares al arribar a cada aniversario, y también por la satisfacción de contar con mis cinco hijos, que constituyen un verdadero regalo cada vez que anunciaban un nacimiento ».

Entonces los nombra… Israel, Mariluz, Candelaria, Filiberto y Juan, gracias a la unión con su eterna compañera, Lidia Susana Palacios González.

Sin que la mente falle, relata cómo la conoció: «Estuvimos una década de noviazgo, y cuando yo tení­a 30 años nos casamos. Por aquel tiempo trabajaba en el ramal de Trinidad como fogonero y después de maquinista. Llegaba a Fomento, de donde es oriunda, y seguí­a a Trinidad y Casilda. Hice muchos favores en el traslado de personal hacia esos destinos y entre tantas personas estaba ella ».

Y cómo fue el flechazo de Cupido?

¿Quieres saberlo? Un domingo de descanso me fui para el parque de su pueblo. Empezamos a conversar y poco a poco surgió el deseo de vernos con mayor frecuencia. Así­ surgió el romance, y cada vez que pasaba el tren, estaba cerca de la lí­nea para decirme adiós.

Sin que nadie se entere. ¿No hubo alguna «corridita »?

Y Susana, que se mantiene muy atenta al diálogo, es la primera en sonreí­r.

Quien diga que no, que tire la primera piedra… Siempre hubo algo, pero en todo momento reinó el respeto hacia ella y la casa. Que yo sepa jamás se enteró, si lo supo no me lo demostró, y aquí­ estamos llevando una vida muy feliz.

Centenario Filiberto Casamayor Llanes y su esposa Lidia Susana Palacios González.
Así­ en plena armoní­a llevan 70 años de casados Lidia Susana y Filiberto. Aunque ella es más joven, no niega que muchas consultas relativas a fechas y otros detalles se las realiza a él. (Foto: Cortesí­a familiar)  

¿Qué detalles más admira de su compañera?

Ante todo el haber conformado el hogar que tenemos, junto a los hijos y nuestros siete nietos. Es más joven que yo, pero no descuida su arte presumido en la manera de vestir, usa todaví­a tacones y hay que verla bailar.

¿Y dicen que tiene una voz prodigiosa?

Entonces la propia Susana irrumpe y entona una de las canciones que constituyen parte de la historia de la pareja.

Ella canta bello. No por gusto una orquesta de prestigio por aquellos tiempos querí­a contratarla. Me gusta que me entone sobre todo un bolero, que es el predilecto.

Y luego de interpretarlo, Susana le da un beso como expresión de amor y también de gratitud.  

Meta en los 120  

Memorándum

♦ En la provincia residen 183 centenarios, entre las más de 182 380 personas que superan los 60 años, representativos del 23,4 % del total de la población, mientras Placetas constituye el segundo municipio en envejecimiento en el paí­s, según informes del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadí­sticas e Información (ONEI).

♦ Villa Clara mantiene su hegemoní­a de provincia más envejecida del paí­s, seguida por La Habana (21,3 %) y Sancti Spí­ritus, con el 21,2 %. Actualmente el 20,1 % de la población cubana tiene 60 años o más y los pronósticos indican que para 2030 alcanzará el 30 %, lo que significa un tercio de la población.

♦ Nuestro territorio inscribe varios de sus municipios entre los diez más envejecidos del archipiélago. A la Villa de los Laureles se suman Remedios, Encrucijada, Quemado de Gí¼ines y Camajuaní­.

♦ El paí­s dispone de 2176 centenarios, y se demuestra el ascenso desde 2008 hasta la fecha.

La vida de Filiberto, su comportamiento y las ganas de vivir han suscitado que en su barriada del Condado nazca el proyecto comunitario Casamayor Cuba, cuyos objetivos están dirigidos a la atención a quienes forman parte de la tercera edad.

Tania Hernández Rodrí­guez es la delegada de la circunscripción 5 del consejo popular Condado Norte y manifiesta su satisfacción por trabajar en la comunidad en busca de soluciones a las problemáticas con el aporte de todos.

Los 100 años de Filiberto provocaron un verdadero maratón festivo. Desde temprano en la mañana hasta altas horas de la noche. Y el homenajeado, presente.

Hubo danzas, folclor con el grupo Ococún, al que se unió la comparsa de la FEEM (Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media). Tampoco faltó la conga, con la que Susana bailó con tacones en plena calle mientras Filiberto moví­a discretamente su anatomí­a desde la silla privilegiada donde estaba. Como si fuera poco, las voces y guitarras del trí­o Cacique irrumpieron para regalar esas melodí­as inolvidables que forman parte de lo mejor de la cancioní­stica.      

«Me sentí­ de maravilla con la alegrí­a de mis vecinos y de todos. Ellos son muy buenos. No tuve cansancio, y gracias a este proyecto, que tengo la dicha de liderar, se mejora la calidad de vida en un área en la que prevalecen los adultos mayores. Anteriormente celebramos el siglo de existencia de Marí­a Florinda Pérez Rojas, y entre los múltiples propósitos está el de brindar atención especial a los ancianos que viven solos, bajo las iniciativas desarrolladas por Tania y su equipo ».

Filiberto apenas hace pausas para hilvanar una idea con otra. Su expresión resulta excelente, y es de quienes piensan que la vida no siempre se muestra como un carnaval. Tiene también sus espinas y momentos tristes. Lo marcaron los años en que transcurrieron la niñez y juventud, aunque declara que ante estos casos hay que aplicar el refrán «A mal tiempo, buena cara ».

«Llegué hasta el sexto grado, no pude avanzar más, y mi abuela me colocó en una zapaterí­a, pero en realidad no me gustaba. Entonces mi papá trabajaba en los trenes y aquello sí­ me llamaba la atención, hasta que me hice fogonero y después maquinista ».

Si de algo vive satisfecho es de que conoce todas las particularidades de las carrileras cubanas desde Santiago de Cuba hasta La Habana. Transportaba preferiblemente carga, y alguna que otra vez asumí­a los trenes de viajeros. Incluso, en medio de la entrevista le daba consejos a un vecino que sigue las sendas del ferroviario y le advertí­a sobre un tramo en extremo peligroso existente en el oriente del paí­s.

En esas experiencias entre rieles, ¿tuvo algún momento desagradable?

No tengo que memorizar mucho para recordar un asalto al tren al inicio de la Revolución. Por suerte, aquí­ estamos haciendo la historia.

 

Cumpleaños 100 de Filiberto Casamayor Llanes, en el Condado, Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
Al cumpleaños 100 de Filiberto asistieron su familia, los vecinos y funcionarias del Gobierno Provincial y Municipal. En el extremo derecho aparece Tania Hernández Rodrí­guez, delegada de la circunscripción 5, del Consejo Popular Condado Norte, y coordinadora de Proyecto Casamayor Cuba. (Foto: Cortesí­a familiar)

Sin embargo, hay un pasaje suyo que, si bien no es a lo desconocido, puso en tensión a toda la familia…

Ocurrió un dí­a que cancelaron el tren. Salí­ de Fomento a las 9:00 de la mañana, y me dije: «Voy a hacer toda la travesí­a que hace la locomotora, pero caminando ». No me cayó atrás ni un toro ni otro animal, aunque atravesé potreros. Mi familia estaba muy preocupada. Santa Clara me vio aparecer a las 4:00 de la tarde, y yo estaba como si nada hubiera ocurrido.

 

Contrastes

Cuba aparece entre los paí­ses de América con mayor í­ndice de envejecimiento poblacional, pero desde hace cuatro décadas las cifras de natalidad  no garantizan la adecuada sucesión poblacional.

El paí­s no supera los más de 2,1 hijos por mujer y cada año decrece el número de nacimientos, como situación vigente también en Villa Clara, que se incluye entre las tres provincias, junto a La Habana y Sancti Spí­ritus, en las que mueren más personas de las que nacen, según datos publicados por la ONEI.

De acuerdo con los estudios, figuran entre sus causas los aplazamientos de partos para realizar objetivos y prioridades vinculados con la vida profesional, sin descartar la emigración de las féminas en plena edad reproductiva, la necesidad de vivienda, carencia de cí­rculos infantiles y la situación económica que golpea notoriamente en la vida cotidiana.

Recientemente, se aprobaron decretos y resoluciones para promover la maternidad, dado que el incremento de la fecundidad constituye un reto   inaplazable. Sin embargo, aún los resultados no alcanzan lo esperado, pues   existen buenas intenciones, muchas de las condicionantes para ello aguardan por soluciones.

¿Tenemos o no nuestras Razones?

Llegar a centenario depende mucho de los estilos de vida. Filiberto Casamayor considera que no es nada mágico, pero hay que cuidarse. «Nunca fumé ni de juego, y en cuanto a la bebida, solo en alguna celebración. Lo que se empieza hoy y sigue mañana, tiende a la adicción, mientras que en etapa de carnavales bebí­a alguna cervecita sin exceso. Eso sí­, se exige un buen comer.  

«Hice ejercicios fí­sicos casi todas las mañana; eso ayuda mucho, y no me aparté de las caminatas. En los últimos tiempos padezco solamente de un poco de dolor en las articulaciones. Me operaron un ojo de catarata, espero por la intervención en el otro, y tengo bastante buena la audición ».

¿Ni diabetes ni hipertensión?

No las conozco. Cada vez que vení­an a tomarme la presión me decí­an: «La tiene normal ».

¿Qué le pide a la vida?  

Mucha paz. A las nuevas generaciones, que se aparten de la bebida y la «fumadera », y el hecho de mantener una buena convivencia con la familia y los vecinos. Quisiera también que el mundo borrara la guerra de los mapas, y que me siga dando mucha salud a fin de cumplir mi meta de llegar a los 120 años, porque nacer y vivir en Cuba constituye un privilegio que no cambio por nada. Estoy sano, solo un catarrito ligero alguna vez, y me siento ciento por ciento cubano.

Así­ es Filiberto, el hombre que puede compararse con esa madera negra y muy rí­gida que se empina desde la barriada del Condado como un ébano centenario.

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