Boulevard II: Buen servicio y mejor pan

La panaderí­a del Boulevard, así­ conocida por su ubicación, está entre las más destacadas de su tipo en Santa Clara y goza del reconocimiento popular.

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Venta de pan en panadería Bouevard 2, de Santa Clara.
Un flujo de venta ininterrumpido prueba de la calidad y aceptación de los panes que elaboran en la panadería Boulevard 2, de Santa Clara. (Foto: Narciso Fernández Ramírez)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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26 Enero 2018
Panaderí­a Boulevard 2, de Santa Clara.
(Foto: Narciso Fernández Ramí­rez)

«Vengo casi a diario y compro el pan de la merienda de mis hijos. Le puedo decir que aquí­ se vende el mejor pan de Santa Clara y el servicio es siempre rápido y complaciente », afirmó  Emelina, una de las clientes habituales, que hací­a la pequeña cola al momento de visitar la Panaderí­a Boulevard 2, al mediodí­a de este jueves 25 de enero, Dí­a del Trabajador de la Industria Alimenticia.  

Ubicada en la esquina de las calles Plácido e Independencia, en pleno centro del Bolulevard santaclareño, la pequeña unidad perteneciente a la Cadena Cubana del Pan reluce por fuera y por dentro, con una higiene impecable y un ritmo productivo ininterrumpido de 24 horas y los 365 dí­as del año.

«Ni el paso del huracán Irma detuvo el í­mpetu de trabajo, al contrario. Solo estuvimos paralizados unas 24 horas por falta de fluido eléctrico y reanudamos enseguida la producción, pues era cuando el pan hací­a mucha más falta a la gente. Mantuvimos tandas de 280 panes con un intervalo de 20 minutos y un flujo permanente sin parar durante 3 o 4 dí­as »,  explicó Orli Matos Matos, su administrador desde hace 13 años y un hombre que conoce todos los secretos del oficio.

El colectivo de 13 trabajadores tiene una juventud extrema en los panaderos, quienes laboran en dos turnos de 12 horas cada uno. Las  ventas diarias oscilan entre los 10  000 y 12 000 pesos, como resultado de la variedad de tipos de pan que ofertan: corteza dura, polvoreados con azúcar, suave, integral suave, de bocadito y el llamado de molde, incluida una modalidad para diabéticos, hecho con el 100 % de salvado.

Elaboración del pan en panaderí­a Boulevard 2, de Santa Clara.
El turno de trabajo de ocasión muestra la juventud de los panaderos y su profesionalidad, lo que distingue a esta panaderí­a santaclareña. (Foto: Narciso Fernández Ramí­rez)

Al ser la única panaderí­a santaclareña de venta directa al público en la que los procesos productivos son visibles para todos los concurrentes, allí­ se extreman las medidas higiénicas y se trabaja con esmero para satisfacer al cliente  y evitar crí­ticas y señalamientos.  

Orli Matos, administrador de la panaderí­a Boulevard 2, de Santa Clara.
Orli Matos, el administrador, se siente orgulloso de su colectivo laboral, quienes son incondicionales al trabajo y muy responsables. (Foto: Narciso Fernández Ramí­rez)

Sus resultados del 2017 fueron excelentes, con ventas que superaron en $1 190 121 pesos en moneda nacional el plan previsto, los que le hicieron acreedora  de la condición de  Fábrica Destacada.  Y para este 2018 aspiran a una mayor variedad de las producciones, con la incorporación del pan con ajonjolí­, el pan con perro caliente, y el pan con cubierta de chocolate, experiencias que ya se aplican en unidades de su tipo en la capital del paí­s.  

La panaderí­a Boulevard  2 (Especialidades) arribará en junio de 2018 a sus 15 años de fundada y emplea una tecnologí­a de procedencia italiana con altos niveles de obsolescencia; tanto en su horno, como en dos de sus cinco estufas:

«A diferencia de otras panaderí­as de la ciudad, la nuestra tiene que hornear el pan de manera casi manual y hay tres estufas hechas con la inventiva de trabajadores de la Empresa. Aún así­ nos mantenemos a la vanguardia, tanto en los niveles productivos, como en la calidad del pan », afirmó Orli, el experimentado administrador.

Panaderí­a Boulevard 2, Santa Clara.
(Foto: Narciso Fernández Ramí­rez)

Y mientras la jefa de Turno, Liset Rodrí­guez Marichal,  nos mostraba  los diplomas y reconocimientos ganados a lo largo de los años, el flujo productivo continuó sin interrupciones, sin que tampoco se detuviera la venta del gustado pan, cuya fragancia caracterí­stica inundaba todo el entorno e incitaba su compra.  

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