Última actualización: lunes, 18 de marzo de 2024, 14:24
Solidaridad de alto voltaje tras tornado en La Habana
Brigadas de linieros de la Empresa Eléctrica de Villa Clara brindan valiosa ayuda a los damnificados por el tornado que azotó a la capital el pasado 27 de enero.
Trabajadores de la Empresa Eléctrica de Villa Clara brindan su ayuda a La Habana. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón
1960
02 Febrero 2019
02 Febrero 2019
hace 5 años
La calle Blanquizal, ubicada en el municipio Diez de Octubre de la capital cubana, parece un avispero de hombres, mujeres y jóvenes ayudando en disímiles tareas para devolver al territorio un mejor semblante tras el embate del tornado que azotó el pasado domingo 27 de enero.
Entre las ciento de manos solidarias se hallan las de los trabajadores de la Empresa Eléctrica de Villa Clara, quienes apenas descansan para restablecer en el menor tiempo posible la luz y la esperanza.
El contingente lo conforman 60 personas, de ellos 48 linieros y el resto personal de apoyo. A su llegada, laboraron en Habana del Este, específicamente en la zona exclusiva de Verroa, donde, según cuenta Rubert Reynaldo González, director general de la institución villaclareña, el fenómeno pasó de «medio a medio » por el lugar, por lo que provocó daños indescriptibles.
«En los años que llevo trabajando en la electricidad y de haber visto tantos fenómenos naturales, jamás había experimentado algo así. El (huracán) Gustav en la Isla de la Juventud, por ejemplo, tumbó edificaciones en el segundo piso, pero lo que hizo este tornado no tiene comparación », comenta.
Argumenta Reynaldo González que en la capital la infraestructura eléctrica sufrió mucho, pero no ha sido lo más dañado. Muchos inmuebles sociales y estatales quedaron destrozados. Los linieros villaclareños mantienen un ritmo indetenible para lograr su objetivo. Apenas pierden tiempo en restablecer energía, apenas toman un breve descanso regresan a la dura batalla.
«Hay un buen espíritu de trabajo en la tropa. La primera misión ha sido cumplida y estamos trabajando aquí en Diez de Octubre, donde las redes eléctricas quedaron en muy malas condiciones. Pero, con el mismo deseo, espíritu y voluntad trabajaremos las horas que sean necesarias para, en el menor tiempo posible, restablecer el servicio », concluye.
Sin descanso hasta el final
Varios integrantes de una de las brigadas de los «eléctricos » de Villa Clara se aprestan a sembrar un enorme poste de concreto. Bajo un sol abrasador, hacen el trabajo sin una pizca de queja o cansancio en sus rostros. Son jornadas continuas: se levantan a las 5:00 de la mañana, para ponerse en marcha una hora después, y no regresan hasta el oscurecer.
El jefe de brigada, Yurisander González Riverón, vela cada detalle en las acciones efectuadas por sus compañeros y por el uso de los equipos de seguridad.
Al igual que otros colegas con experiencia en este tipo de situaciones, Yurisander quedó impactado por los destrozos del tornado. No obstante, alienta a los demás para no perder un solo minuto.
«He estado en varias misiones en Guantánamo, Las Tunas y Pinar del Río. Aquí en La Habana ha sido un poco más complicado pues hay mucha más población. Es difícil, pero estamos acostumbrados a este fogueo. Trabajamos por circuito y no paramos hasta restablecerlo completamente, pues no nos detendremos hasta que no quede ninguna persona sin servicio ».
El joven liniero Yunies Ramos Romero comparó la situación que halló en los sitios afectados con lo que deja «una combinada que pasó cortando caña ». La metáfora no es para nada una exageración. Al igual que sus compañeros, labora hora tras hora sin parar.
«No tenemos horario, pero tomamos las medidas de seguridad y nos cuidamos unos a otros. Todo va bastante bien. Las atenciones son buenas por parte de las autoridades y la gente. Y aquí seguiremos hasta que terminemos todo ».
Por su parte, Yasmany Benítez Díaz, confiesa extrañar a sus dos niños pequeños. «Cuando salgo de la casa a cumplir una misión como esta, no sé cuándo voy a regresar », afirma. No obstante, sabe que cuenta con el apoyo de la familia, un pilar fundamental en la vida y el trabajo de los trabajadores eléctricos.
Infinito agradecimiento
Los vecinos de Diez de Octubre observan el trabajo de los linieros de otras provincias, a quienes agradecen su solidaridad y esfuerzo mancomunado.
Yamaisú Fiallo Gibert es una de esos tantos agradecidos. Después del gran susto y afectaciones que provocó el tornado considera muy valioso el aporte de los hombres de la electricidad.
«La ayuda que realizan es magnífica, y más en estos momentos. Hemos pasado situaciones difíciles sin luz, sobre todo para quienes tienen niños pequeños como yo. Es un acto de humanidad. Yo fui afectada en la vivienda, y por lo menos con la corriente restablecida es un gran avance ».
Zaida Infante Oliva se suma al sentir de Yamaisú y valora muy en alto la labor de los trabajadores de la empresa eléctrica de otras provincias.
«Como en otras ocasiones en que han ocurrido eventos de esta envergadura en Cuba, nos mantenemos unidos. Ahora le tocó a La Habana, y es bueno ver que de otros territorios se han movilizado para que se restablezca lo antes posible el servicio eléctrico. Sobre todo en esta zona donde se encuentra el hospital, donde hay niños, mujeres embarazadas, personas enfermas. Es muy bueno lo que hacen ».
Y así, con el agradecimiento de cientos de vecinos, los «eléctricos » extienden sus brazos y alzan los postes hacia el cielo para que la luz devuelva a todos un poco de felicidad.