• La última guardia de honor le correspondió a Julio Lima Corzo y Alberto López Díaz, principales autoridades del Partido y Gobierno en Villa Clara, junto a Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la UPEC en el país, y Bolvia Tamara Cruz Martínez, al frente de esta organización en la provincia. (Foto: Narciso Fernández Ramírez)
Narciso Fernández Ramírez
@narfernandez
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03 Febrero 2019
03 Febrero 2019
hace 5 años
Decir adiós a un hombre como Luis Orlando Pantoja Veitía es imposible. Mejor un hasta siempre, pues su impronta de periodista excepcional, revolucionario intachable e incansable luchador de las causas más justas será recordada de manera imperecedera.
Cuando Pantoja hacía uso del micrófono, y con esa voz grave, en ocasiones parsimoniosa y siempre comprometida, decía «Pido la palabra », todo el pueblo sabía que en el comentario que vendría a continuación habría una crítica a lo mal hecho y una defensa de los intereses de los más humildes y necesitados; una defensa a la Revolución.
Para Luis Orlando, como le decían algunos allegados, para Pantoja, como le decía la mayoría y lo reconocía el pueblo que le admiraba, la Revolución y la entrega sin límites a ella fue su causa mayor; el sentido principal de su vida, junto al periodismo valiente y sin miedo, su otra novia y compañera de siempre.
Si fue brillante periodista, merecedor del Premio Nacional de Periodismo José Martí y del Premio Nacional de la Radio, también resultó un revolucionario de excepción desde sus días juveniles en los que participó en la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista, fungiera como primer cónsul de Cuba en el Ecuador, y participara en la Campaña de Alfabetización, en la antigua provincia de Las Villas, como jefe de Propaganda.
También el Panto, cariñosamente así llamado por sus colegas de la radio, su medio de prensa por excelencia, fue primer secretario del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) en Racho Veloz e Ideológico de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR), en el Comité Provincial del Partido de Las Villas.
Durante dos años escribió una columna de opinión en el periódico Vanguardia, y en 1966 cursó la Escuela de Periodismo «í‘ico López ».
Dedicado por entero a la radio, Luis Orlando Pantoja trabajó en la CMHW, Radio Agramonte, en Camagí¼ey, en Radio Enciclopedia, en Las Tunas, y en Radio Progreso.
Cumplió misión internacionalista en la República Popular de Angola y presidió durante dos mandatos consecutivos la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en Villa Clara.
Toda esa vital trayectoria suya fue recordada en sentidas palabras por Osnay Miguel Colina, primer secretario del PCC en Santa Clara, quien resaltó las cualidades de revolucionario y periodista excepcional que fuera Luis Orlando Pantoja Veitía, cuya partida física no hay dudas de que deja un hondo vacío en el periodismo villaclareño y cubano.
En el homenaje póstumo estuvieron presentes las principales autoridades políticas y gubernamentales de Villa Clara, Julio Ramiro Lima Corzo y Alberto López Díaz, respectivamente, y Ricardo Ronquilo Bello, presidente nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
También acompañando a la viuda de Pantoja, dos de sus hijas y una nieta, estuvieron varias generaciones de periodistas villaclareños y compañeros suyos de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, encabezados por Juan Alberto Machado, su presidente en Villa Clara.
Por decisión familiar, su cadáver fue cremado y sus cenizas esparcidas en el monumento que perpetúa la Acción contra el Tren Blindado.
Luis Orlando Pantoja había nacido en Ranchuelo, el 12 de enero de 1932, y al momento de su deceso este el domingo 3 de febrero, a las 6:00 de la mañana, contaba con 87 años de edad.
Con su desaparición física, el periodismo villaclareño pierde a uno de sus pilares, la Revolución, a un soldado y la Patria, a un martiano de marca mayor.