Tomado de la edición digital del periódico Granma
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25 Diciembre 2014

Tamaño susto se llevaron los padres del niño íngelo Reinier Suárez Gómez, cuando los médicos del Cardiocentro Comandante Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, le explicaron que debí­an practicarle a su hijo una compleja cirugí­a combinada corazón pulmón, de la cual dependí­a la vida del pequeño.

Cuenta Aymé Gómez Moya, la madre de íngelo, que dí­as atrás habí­an acudido al prestigioso centro asistencial para dar seguimiento a una cardiopatí­a congénita (comunicación interventricular), de la cual era portador el infante desde su nacimiento.

equipo-medico-cardiocentro-operacion-angeloEl talento de los especialistas del Cardiocentro Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, logró salvar la vida de íngelo Reinier. En la foto los doctores Javier Vázquez y Alina Castillo junto al pequeño. (Foto:  íngel Freddy Pérez Cabrera)

Tras varios análisis de rigor, también fue detectada una insuficiencia valvular mode ­rada y gran vegetación a punto de embolizar a los pulmones, por cuya razón los galenos decidieron estudiar el caso con mayor profundidad antes de intervenir quirúrgicamente al niño.

Con la profesionalidad que caracteriza al equipo de especialistas que labora en la institución santaclareña, se procedió a realizar las pruebas correspondientes, en las cuales se constató, además, que el niño era portador de una lesión en el lóbulo inferior del pulmón derecho producto de una histoplasmosis (en ­fermedad causada por un hongo) sufrida por el niño dos años atrás.

Ante el inminente peligro para la vida del menor, se decidió realizar una cirugí­a combinada en un solo tiempo, complejo proceder, que en el caso de pacientes en edad pediá ­trica, nunca antes se habí­a realizado en Cu ­ba, según expresó el Doctor en Ciencias Mé ­di ­cas Francisco Javier Vázquez Roque, es ­pe ­cialis ­ta de Segundo Grado en Cirugí­a Car ­dio ­ ­ ­vas ­cular.

Según lo planificado, durante la complicada intervención quirúrgica debí­an realizarle al niño una resección total de lóbulo inferior del pulmón derecho, cerrarle la comunicación interventricular y resecarle la válvula pulmonar, a lo que seguirí­a su reconstrucción.

El valor de la vida de un niño

La noche anterior a la complicada operación al pequeño de diez años, íngelo Reinier Suárez Gómez, natural del poblado de Cru ­ces, provincia de Cienfuegos, el doctor Javier Vázquez apenas pudo conciliar al sueño. Y como él, el resto del equipo médico que participarí­a en la cirugí­a también estuvo en vilo, al igual que los familiares más cercanos.

Y no era para menos; estaba en juego la vida de un niño y la felicidad de una familia. No obstante, con la experiencia y el mérito de haber intervenido quirúrgicamente a cer ­ca de 500 infantes a través de toda la historia de la institución, el grupo de expertos, encabezados por el doctor Javier Vázquez, e integrado además por los avezados especialistas Ale ­jandro González, Rodolfo Morales, Yuri Me ­drano, Yolepsis Quintero, Alina Cas ­tillo, Alain More, Oliver Nazco, Mario Ná ­po ­les y Onelio Rodrí­guez, decidió enfrentar el reto.

Según explicó a Granma el doctor Váz ­quez, la operación, realizada a corazón abierto, duró unas cinco horas e incluyó una parada cardiaca de alrededor de 120 minutos.

Durante el acto, y ante la ausencia en nuestro paí­s de válvulas biológicas, se le reconstruyó la válvula pulmonar con el pericardio del propio paciente, utilizando para ello una técnica quirúrgica diseñada por los especialistas del Cardiocentro, de la cual no existen reportes anteriores de esa pericia en la literatura cientí­fica conocida, explicó el doctor Javier Vázquez, autor principal de la inventiva, que ya ha sido utilizada para salvar la vida de dos menores, incluyendo a íngelo.

El pasado viernes 12 de diciembre, lue ­go de evolucionar de manera favorable y tras una estancia prolongada de 18 dí­as en la Sala de Cui ­dados Intensivos del Cardiocentro, el pe ­queño íngelo Reinier fue dado de alta, mo ­mento aprovechado por Granma para intercambiar con él y sus parientes más cer ­canos.

«Me siento bien y listo para reincorporarme a la escuela, donde me esperan mis maestros Yalily y Joel », aseguró el niño, quien también anhela volar sus palomas y jugar con sus amiguitos.

A la pregunta de cómo fue la atención y el trato dispensados por los profesionales del Cardiocentro, el pequeño encogió sus hombros y solo atinó a decir: «bien, el doctor Ja ­vier es mi amigo ».

Mientras, su papá Reinier Gómez Con ­suegra, expresó su agradecimiento a todo el personal del centro, de quien dijo, constituye un ejemplo de lo que debe ser la ética médica, desde el trabajador más simple hasta el más importante.

«Aquí­ le salvaron la vida a mi niño, y eso no tiene precio », sentenció el padre antes de despedirse de médicos, enfermeras y otros es ­pe ­cialistas que acompañaron al pequeño ín ­gelo Reinier en el momento de volver a casa. (íngel Freddy Pérez Cabrera)

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