Nils McCune es estadounidense. No uno de los que ha traído por primera vez a Cuba el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Antes del anuncio del 17 de diciembre, exactamente unos cinco años antes, ya él se había graduado de Máster en Agricultura Sostenible por la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas, de Villa Clara. Maestría que lo hizo convivir entre jóvenes universitarios y visitar los campos de la región central. Acercarse, en fin, al cubano de a pie, y acercarse sin falsas campañas mediáticas de por medio.
«La maestría en Villa Clara me aportó muchísimo porque tenía un componente teórico bien fuerte, un claustro de profesores talentosos y un ciclo práctico muy atractivo. Nunca antes me había interesado tanto por la investigación, como cuando cursé esa maestría aquí », dijo Nils McCune. (Foto: Yariel Valdés González)
Volvió a Cuba en 2013, en calidad de delegado al Encuentro Internacional de Agroecología, Agricultura Sostenible y Cooperativismo. Ahora regresó a la V edición del evento, pero como traductor para los 12 estadounidenses miembros de la delegación que recorrió varias fincas agroecológicas de la provincia central. Sobre su breve estancia en Villa Clara y su vínculo con la agricultura, dialogó con Vanguardia.
«Esta visita me ha complacido mucho. Primero, porque significa volver a mi hogar, pues Santa Clara es también mi hogar; segundo, porque lo que hemos visto en estos tres días de visitas a los campesinos nos ha impresionado a todos: los avances de los granjeros en la agroecología, los métodos que buscan para producir más con menos recursos, y la manera efectiva de transmitir sus conocimientos a los demás, demostrando una preparación y un lenguaje técnico acertado ».
¿Considera al campesinado cubano como referente para los agricultores de los países que ha visitado?
De eso no tengo dudas. He estado en México y actualmente vivo en Nicaragua, y no se les puede comparar. En este último país, por ejemplo, la tasa de analfabetismo de la población rural es elevadísima, y ellos parecen estar bien así. En Cuba no. Aquí los campesinos no creen en limitaciones, confían en sus propios esfuerzos, no tienen miedo a aprender.
«Además, tienen más posibilidades para profesionalizarse, si lo desean. El Estado los apoya mucho, igual que su organización, la Anap (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños). Entre ellos vemos una relación de horizontalidad, nadie impone un criterio al campesino, él sabe qué le resulta ventajoso y qué no en cuanto al trabajo agropecuario, y se le respeta su opinión ».
En materia de agroecología, ¿cuán útiles le resultan las prácticas de los productores villaclareños?
Ellos tienen una experiencia envidiable. Están muy adelantados en materia de preservación de suelos, ciclos productivos cerrados dentro de cada finca, abonos orgánicos, intercalamiento de cultivos. También nos ha llamado mucho la atención el trabajo en la montaña, con el café y el tabaco.
«A mí, en particular, me interesa conocer más sobre la metodología De campesino a Campesino y su arista educativa. Aquí esto ha tenido un efecto muy positivo, porque el agricultor cree mucho en lo que ve, en lo que le ha dado resultado a otros iguales a él, y así se hace una labor de extensionismo favorable. Eso quiero trasladarlo a Nicaragua y a la organización donde trabajo, La Vía Campesina.
«Creo que podemos aprovechar todo lo que nos han mostrado en estos días, pero el valor fundamental de esas prácticas radica en la conciencia que crean las personas en torno a la naturaleza, a la necesidad de relacionarse de una manera menos agresiva con el medio ambiente, a cambiar nuestra forma de vivir como especie ».
¿Cuánto más le ha aportado la visita a Cuba para su trabajo en La Vía Campesina (LVC)?
LVC es una organización internacional que lucha por los derechos de los movimientos campesinos e indígenas, de los pueblos rurales, por los campesinos sin tierras y la reforma agraria. Luchamos por muchas cosas que ya se han logrado en Cuba. Por eso, cada visita acá nos sirve para tener una idea de qué estrategias trazar, hacia dónde dirigir nuestras demandas, cómo acercarnos un poquito más al enorme avance agrario que tiene esta isla.
¿Cómo valora el acercamiento que se ha producido entre EE. UU. y Cuba en materia agrícola?
Creo que hay que ir con cautela. Viví una experiencia difícil en México, por la inseguridad alimentaria que ha generado la siembra de maíz transgénico y otras políticas que ha promovido Estados Unidos en esa región.
«Aplaudo el acercamiento de Cuba con mi país, pero aconsejo ir con cuidado porque los negocios con agrocadenas no son totalmente seguros ni buenos. No se puede confiar en las transnacionales, o se perderá todo el avance cubano en materia de soberanía alimentaria ».