Liena Marí­a Nieves y Luis Orlando León Carpio
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04 Enero 2016

Si la ciudad de Santa Clara tuviese un minuto para dejar saber, entre sus carencias, cuál intentarí­a resarcir en nombre de la paz y el sosiego ciudadano, el clásico drama del acueducto y sus mil y una fugas ocuparí­an la primera fila de los males elegidos.

De crisis y desabastos conocen miles de santaclareños. La sequí­a doméstica, recurrente y cotidiana, ha marcado el ritmo de muchas de nuestras odiseas. De vez en vez se oteó alguna que otra esperanza, pero en demasiados episodios se repitió el guion del saqueador de conductoras y de los salideros que bañan la ciudad; sin embargo, se continuó trabajando.

Sustitución de conductoras.La sustitución por conductoras de PAD de las antiguas tuberí­as de centro acero, altamente deterioradas por los años de explotación y los ataques vandálicos, constituye una firme garantí­a de la calidad de las nuevas obras. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Las señales fueron evidentes. En plena Doble Ví­a, en las narices mismas de la secundaria básica Fe del Valle, los montones de piedra y tierra arrancados a medio kilómetro de asfalto obstaculizaron la marcha durante varias semanas. Las inmediaciones de la Circunvalación, el Callejón de Guamajal, la calle Roble y la bajada del tanque de la Autopista vibraron como nunca antes bajo el peso de las excavadoras y el trají­n diario de casi 120 hombres que, durante los últimos meses, recibieron y vieron partir el sol en la misma jornada.

En la madrugada del domingo 20 de diciembre, justo a las 2:20 a.m., el sueño aletargado por más de cinco años se hizo realidad. Los nueve kilómetros del anillo de acueducto que bordea la Circunvalación permiten hoy que los tres principales sistemas de abasto a Santa Clara (Minerva­ Ochoí­ta, Agabama­Gramal y Hanabanilla- Palmarito) tributen de conjunto al abastecimiento de la capital provincial.

La distribución equitativa de un recurso primario para la población, así­ como el incremento de la presión del agua que se recibe en nuestros hogares, constituye el eje que sustenta dicha obra.

Entonces, ¿con ello se asegura un 2016 de bonanza?

La experiencia corrobora que, en materia de acueducto y alcantarillado, todaví­a nos aguardan más retos que los que podrí­amos suponer, aunque, sin duda alguna, Santa Clara despidió el año con mejor rostro y perspectivas a corto plazo.

El anillo de Santa Clara

Julio César Amores Hernández, director provincial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, conoce de sobra los desbalances del abasto de agua en la capital villaclareña.

Mapa del anillo del acueducto de Santa Clara. «Algunos barrios recibí­an el servicio cada un par de dí­as e, incluso, a diario, mientras otros debí­an esperar varias semanas o servirse únicamente de las pipas, como ocurrí­a en algunas zonas de Dobarganes, Santa Catalina o Camacho-Libertad. Las áreas históricamente afectadas percibirán la mejorí­a tras la terminación del anillo, que en este momento se encuentra en fase de ajustes, por si aparece algún salidero o cualquier otro problema. No obstante, eso apenas ocupará algún tiempo y los tres sistemas se encuentran en marcha ».

A la par de este proyecto, que requirió de una inversión ascendente a cuatro millones de pesos, se ejecutó la nueva conductora valorada en 1,5 millones de pesos, que conecta el tanque de la Autopista con el anillo de la Circunvalación.

«Nuestro objetivo es concretar un servicio regular para toda la ciudad, en aras de lograr ciclos que no superen los tres o cuatro dí­as. Las reservas de la provincia se muestran estables, y con el anillo podremos garantizar un servicio a la altura de las ansias de la población », enfatizó Amores Hernández.

Al frente de la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos, Tomás Dí­az Peña enfatiza en el cambio, por nuevas tuberí­as de PAD (polietileno de alta densidad), en varios tramos de conductoras deterioradas por el tiempo y la depredación.

«Suman varios los núcleos poblacio­nales directamente favorecidos por la instalación del anillo. Por ejemplo, en la calle Roble conectamos una tuberí­a de red interna; en la Circunvalación y San Miguel se terminó otra red para el abasto de Virginia y el Condado; se entregó la zona de la Subplanta con el sistema de rebombeo, así­ como las tres áreas del reparto Dobarganes, incluido el Hospital Militar.

«Además, ya hicimos la conexión de entrada desde el anillo hasta Los Sirios, uno de los consejos populares más afectados de la ciudad desde el punto de vista higiénico y epidemiológico ».

Fase final.Durante la última fase de las labores, que afectó en lo fundamental a los repartos José Martí­ y Dobarganes, y a los consejos populares Centro-­Parque y Condado­Virginia, se priorizó el abasto sistemático a la zona hospitalaria y las escuelas de la cabecera provincial. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

A partir del mes de enero, iniciará la llamada fase de puesta en marcha, un perí­odo esencial en el que se probará, al 100 %, la eficiencia de los trabajos recién concluidos. El delegado del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el territorio, explicó a Vanguardia que «no se descarta la posibilidad de que aparezca alguna falla o salidero, es completamente normal, y por esa razón aún no tapamos las excavaciones. Aunque se intenten minimizar las molestias al pueblo, posiblemente los arreglos afecten de alguna manera, por ello avisamos con antelación para que nuestros clientes conozcan que no ocuparemos más tiempo del debido y restableceremos el servicio en cuanto sea posible ».

Las primeras horas del 2016 muestran un panorama bastante diferente al de años anteriores. El agua, al menos, no deberí­a constituir motivo de inquietud para la población de una de las ciudades más abatidas por la escasez hí­drica: lo que semejaba una perenne ansiedad, despeja su horizonte de nubes de tormenta.

Sin embargo, en materia de civilidad y disciplina se deberán librar aún incontables batallas. Ojalá la ciudad y sus hijos sepan aprovechar la oportunidad de restar preocupaciones.

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