

La pequeña Laura Suárez Rodríguez estudia el segundo grado en la escuela primaria Los Maceo, en el municipio de Santa Clara. Desde su corta edad el Che es el protagonista de las poesías, ese que «nació con una estrella en la frente alumbrando el continente de la América Latina » y por el que «las montañas lloraron cuando murió »; es «el amigo de Fidel que está en el cuadro del aula ».
«Ernesto Guevara de la Serna fue un hombre ejemplar que los niños admiran y ven como héroe », asegura Meily Medina González, pionera que cursa el sexto grado en la escuela primaria Julio Pino Machado, en Camajuaní, y disfruta mucho visitar la Plaza de la Revolución villaclareña, donde su ídolo se irgue majestuoso.
«El 14 de junio de 1928 nació el Che en Rosario, Argentina, en una familia de muchos recursos, pero eso no lo detuvo para ser un niño responsable, amigo de ayudar a quienes no tenían sus posibilidades y amante de la lectura. Para ser como él, los niños cubanos debemos ser activos, estudiar a diario, y regalarle en cada curso escolar buenas notas y nuestro trabajo en canteros y áreas verdes de la escuela para ayudar desde nuestra altura », declara.
Lester Suárez Rodríguez cursa el octavo grado en la Ciudad Escolar Ernesto Guevara. Para él, el propio nombre de su centro docente implica un compromiso y afirma: «Sabemos por la historia que gracias al Che se logró la victoria en la batalla de Santa Clara y por eso decimos con orgullo: «Pioneros por el comunismo, seremos como el Che. Es el amigo de la boina y la barba, con una sonrisa y una enseñanza para todos los niños y jóvenes, un faro que nos guía hacia el futuro ».

A Alejandro Rodríguez Jaime, estudiante de tercer año de Electricidad del Instituto Politécnico Industrial Lázaro Cárdenas del Río, el ejemplo guevariano lo impulsa a «predicar con el ejemplo y entregarme al máximo en las prácticas laborales ». Así lo hará en el Campismo Presa Minerva, donde contribuirá al mantenimiento de la instalación en pos de la etapa veraniega luego de los estragos de las intensas lluvias asociadas a la tormenta subtropical Alberto. «El Che siempre brindó su trabajo voluntario para solucionar las necesidades de la sociedad, a hombres como él se les mantiene vivo con acciones, que nos hacen ser mejores seres humanos ».
Por su parte, Brenda López Rodríguez estudia en el Instituto Preuniversitario Urbano José Martí, en el municipio de Camajuaní. Ella sueña con ser médico y asume al Che como un paradigma. «Para ser una buena doctora debo anteponer los intereses del paciente a los míos, y poner a disposición de aquellos con la salud aquejada todos los recursos, conocimientos y experiencias que posea. Debo ser altruista y por ello me inspiro en Guevara, el mayor ejemplo de internacionalismo, solidaridad e integridad personal ».


«El Che nos pidió a los estudiantes universitarios vestirnos de negro y de mulato, dejar a un lado desigualdades para aprovechar las bondades del conocimiento, y así lo hacemos a diario. Como promotor insigne del trabajo voluntario está presente en cada jornada de labor socialmente útil, dentro y fuera de los predios de la UCLV, buscando también el vínculo con la comunidad. Cada 8 de octubre realizamos la caminata por la ruta de la columna invasora, un bautismo de reafirmación como jóvenes revolucionarios », declara a Vanguardia Lázara Eliani Carmona, estudiante de primer año de Licenciatura en Periodismo en la Universidad Central «Marta Abreu » de las Villas.

«Son muchas las iniciativas que desde las facultades rinden tributo al Guerrillero Heroico, por ejemplo, el grupo KaleydoBit creó la aplicación para dispositivos móviles “Siempre Cheâ€, sobre el Complejo Escultórico Comandante Ernesto Guevara, que incluye características de la plaza, la tribuna, el museo y el memorial que integran el conjunto escultórico. Resulta un baluarte para el conocimiento de la historia y un ejemplo del compromiso de los estudiantes de pregrado con el legado del Che », asevera Eliani.
Mientras, Edel Crespo Feitó, joven de 22 años que actualmente labora en la UEB Matadero Salamina y comenzará a estudiar Ingeniería Mecánica en el curso por encuentros, considera que «para ser consecuentes con el legado del Che los jóvenes debemos trabajar con eficiencia y calidad; ser disciplinados y apostar por la superación profesional para poder ser una vanguardia culta y productiva. Ello no implica dejar de ser espontáneos y alegres, al contrario, nuestra juventud nos impulsa a transformar, para bien, el mundo ».
Reinaldo Quenta Tarqui también comparte el trabajo y el estudio, pues labora en el Hospital Arnaldo Milián Castro, donde se especializa en Cardiología. No es cubano de nacimiento, pero la Isla caribeña le ha robado el corazón y reside en Villa Clara desde hace una década.
Cuenta que en su natal Bolivia, «Guevara es venerado por los más humildes, que en altares le rinden culto y le dedican sus plegarias y oraciones en busca de justicia, salud y mejoras sociales.
«Como buen latinoamericano y profesional de la medicina debo ser consecuente con el guerrillero-galeno de América. Sentir en lo más hondo cualquier injusticia y luchar contra ellas, escarpelo en mano, tanto en el quirófano como en cualquier tribuna o plataforma que me permita reafirmarme como revolucionario », dice con convicción el futuro cardiólogo.

Los más pequeños llevan pañoletas y lucen altivos los colores de la bandera. Unos ya usan distintivos; se encaminan hacia la universidad o ponen las habilidades técnicas al servicio de la sociedad que los ha visto crecer. Otros ven en la superación profesional la vía para ser más eficaces en las tareas productivas. Todos buscan, en tiempos modernos, ser y latir como el Che. Desde niños lo adoran como a un padre, y este 14 de junio, ellos le rinden un merecido homenaje.