Cuba, un eufemismo de pies a cabeza

¿Por qué los cubanos abusamos de los eufemismos? ¿Será que a veces nos faltan pantalones para llamar las cosas por sus nombres? Debate con Tengo la palabra. 

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Eufemismos
(Ilustración: Alfredo Martirena)
Yinet Jiménez Hernández
Yinet Jiménez Hernández
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11 Mayo 2019

Seguramente pensarás que se me subió la alcurnia filológica a la cabeza; porque esa palabra, eufemismo*, tal vez no sea entendida por muchos de nuestros coterráneos. Sin embargo, son ellos los causantes de que nuestra isla constituya, entera, un rebuscado ir y venir de vocablos pí­caros, retahí­la de códigos cubaní­simos, ironí­as constantes.

Nosotros, «cuidadosos » hablantes de la lengua, tememos una malinterpretación de interlocutores sensibles. Por ello, cuando alguien nos resulta poco agraciado es muy fácil quitarse el golpe de arriba con una expresión: «nunca tuvo quince ».

Para continuar con la crí­tica «sana », o al buen cubano, «sacando tiras al pellejo », ¿cómo juzgar a una vedette que se aferra a vivir en la gran pantalla? ¿Te suena familiar que «ella ya vio pasar sus mejores años »?

Y si cambiamos de palo para rumba, los fluidos corporales también acaparan la atención de esos disimulos lingí¼í­sticos. A nadie se le ocurrirí­a en solemne encuentro mencionar con todas sus letras aquellos términos relativos a problemas estomacales. En este punto, perdónenme que yo misma esté siendo extremadamente eufemí­stica.

Si digo que los de la Mayor de las Antillas estamos en la «lucha », asegurarí­a que es más que una simple metáfora. Enseguida nos viene a la cabeza la batalla campal que supone la supervivencia del dí­a a dí­a. Y un poco más. Entonces, nos acordamos de la gran cantidad de paisanos que prácticamente «estafan » la inteligencia ajena: esos viven del invento o, lo que es más cómodo, del cuento.

Ante la precariedad de la vida, muchos términos se despojan de su matiz negativo para ser aceptados colectivamente y reajustar el sistema de valores éticos. Por ejemplo, doy por hecho que todos los cubanos saben lo que implica tener «buena búsqueda » en un centro laboral.

Pero hay otros términos muy polémicos que rompen Récord Guiness, frasecitas que revuelven en un dos por tres la tranquilidad mental. No hay criollo que se resista a ponerse las manos en la cabeza ante la aparición cotidiana de conflictivos juegos de palabras.

¿Cómo reacciona usted al entrar a una tienda, a media mañana, y lee un cartel que informa a los consumidores «estoy resolviendo un “problemita” »? ¿Qué pensamos cuando ante otros fenómenos sociales de gran envergadura alguien responde que «se está trabajando en base a eso »?

Me parece que en estos tiempos los cubanos estamos tomando muy en serio la cuestión de los eufemismos. ¿Será que a veces nos faltan pantalones para llamar las cosas por sus nombres? ¿O que la variante cubana del español es excesivamente prudente? Puede ser.

Con una invitación a que los lectores continúen enriqueciendo los conocimientos de nuestra variante cubana del español, propongo un punto final. Hasta aquí­ las clases. ¡Chao!

 

* Palabra o expresión más suave o decorosa que sustituye a otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca.

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