
Ya se sabía de su deteriorada salud, pero siempre cuesta aceptar que nos dejará tan pronto. Ha muerto Farah María, la Gacela de Cuba, la artista más sensual y admirada por muchos cubanos durante años.
Su voz dulce y melodiosa queda prendida en el recuerdo de varias generaciones que quedaron embelesadas ante aquella mujer espectacularmente hermosa. Porque Farah fue, para muchos y por mucho, el sex simbol más representativo de la mujer cubana.

Esa mezcla perfecta entre España y ífrica estampada en un solo ser que enamoraba con la mirada, su cabello, sus movimientos y la música. Farah ha sido una de las grandes divas de Cuba de todos los tiempos, sin discusión alguna. Fue un ícono de la elegancia, la moda, el glamour, la belleza, de cómo vivir como una mujer liberal y realizada.
Farah no fue una improvisada. Desde pequeña estudió canto, expresión corporal y danza, lo cual la dotó de un domimio escénico inigualable. Una de sus primeras actuaciones ocurrió en el cabaré del Hotel Capri con apenas 15 años de edad.
Formó parte de una época de oro en Cuba de los formatos vocales en que los grandes cuartetos se adueñaron de la escena. Con el de Meme Solís hizo historia en una etapa en la que descollar en la música no era nada sencillo por la cantidad de luminarias que existían.
Con la partida de Farah María se va apagando una generación de artistas excepcionales. De esos que nos atrapan el corazón y nos enamoran para toda la vida.