Abdala

Este 23 de enero se cumplen 152 años de la publicación del poema Abdala.

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Foto de José Martí joven y del periódico La Patria Libre donde publicó el poema Abdala.
Periódico La Patria Libre del 23 de enero de 1869, donde Martí publicó el poema Abdala. (Fotos: Tomadas de Internet)
Dayana Darias Valdés
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23 Enero 2021

No debe haber cubano en el planeta que desconozca los versos de José Martí­. Que no confunda al Maestro con el Poeta Nacional y recite a viva voz alguno de sus Versos sencillos. Y es que, más que polí­tico, estratega, pensador, Martí­ fue un poeta.

El poeta es un señor que siembra palabras en la tierra, que abraza el interludio del sol y lanza sus rabias en lo blanco del papel. Martí­ fue ese hombre, narró de forma extraordinaria todo cuanto se ha escrito de amor, que es lo mismo que decir Patria.

El 23 de enero de 1869, el periódico La  Patria  Libre publicó el poema dramático Abdala. Su posición exótica y su amor juvenil a Cuba solo fueron el inicio de continuas publicaciones en las que el negro se convirtió en héroe y salió para siempre del teatro bufo.

Cercado por un escenario histórico convulso, entre disparos españoles y machetazos mambises, el joven Martí­ convirtió sus versos en la consigna de muchas generaciones. Creó un concepto al que ningún otro ha podido rozar en primací­a a través de los años. Martí­ dijo:  

«El amor, madre, a la patria
no es el amor ridí­culo a la tierra,
ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
es el odio invencible a quien la oprime,
es el rencor eterno a quien la ataca ».

Abdala marcó el inicio de las ideas patrióticas de José Martí­. En su obra literaria los sí­mbolos del poder se oponen a otros que constituyen un leitmotiv. Y es este valor simbólico el que añade mayor connotación al aspecto autobiográfico, porque durante unos versos Martí­ y Abdala fueron uno:

« ¡Oh, que dulce es morir cuando se muere  
luchando audaz por defender la patria! ».  

No tení­a Martí­ 16 años cuando Abdala vio la luz, y sus versos se convirtieron quizás en la narración cronológica de su vida.  

Más adelante, en una carta fechada en Nueva York el 15 de mayor de 1894, al tratar acerca de su futuro, le expresó a su madre con particular sencillez y a la vez con gran significación:

«Mi porvenir es como la luz del carbón blanco, que se quema él, para iluminar alrededor. Siento que jamás acabarán mis luchas ».

De la misma forma que Abdala, resultado de su amor juvenil por Cuba, José Martí­ puso su vida al servicio de la causa de su pueblo, y en concordancia con sus principios estuvo en la primera lí­nea de batalla.

Se enfrentó a la muerte en plena correspondencia con su modo de actuar y concebir su existencia. Cumplió con el precepto que habí­a planteado en el Hardman Hall de Nueva York, durante el acto efectuado el 10 de octubre de 1890, cuando aseguró: «â€¦el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el verdadero hombre ».

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