
De seguro usted, lector, ha escuchado alguna vez esta graciosa historia que ocurrió en un central. Por equivocaciones tipográficas anunciaron que vendría de visita el embajador de Corea, y luego de engalanar el lugar y preparar una danza alegórica al país, resultó ser el «empatador de correas » quien llegó a la cita. Pero, pocos conocen la mano y el ingenio detrás de esta historia. Se trata del escritor cifuentense Luis Pérez Pérez, y dicha crónica está recogida en su libro En vías de solución.
Según cuenta el autor, varias personas han tratado de conferir el cuento a sus lugares de orígenes. Sin embargo, ocurrió allí, en el Oasis villaclareño. Así comienza y culmina el texto: «Un amigo director de un CAI se mesaba los pocos cabellos que le quedaban, porque al centro de acopio de cañas se le había partido una imprescindible correa, y el técnico que las arregla funcionaba a nivel provincial, pues es una rotura poco frecuente; la zafra estaba a punto de detenerse, y para colmos, en medio de aquel atoro se recibió un télex: preparen condiciones, a las 10:00 am llega el embajador de Corea.(...) Cundió el pánico. A movilizar a todo el mundo. Chapear la entrada del batey. Cal a los andenes. Cultura a montar una danza china con los niños, con trencitas y abanicos de papel de forros de Bohemias. (...) Como estaba previsto, a las 10:00 am en punto, un Jeep levantaba polvo por el terraplén. A su paso se agitaron banderas y se corearon lemas. Al fin, el vehículo se detuvo y de su parte posterior salió un negro patillú enfundado en un grasiento overol. El télex había copiado mal. El empatador de correas también era un hombre puntual. Y dicen que se emocionó mucho con el recibimiento ».
Luis Pérez Pérez frente a la emblemática iglesia del parque de Cifuentes. (Fotos: Ramón Barreras Valdés)
Los libros de Luis Pérez se inscriben dentro del costumbrismo. En sus crónicas aborda situaciones graciosas, anécdotas de pueblo, para que no queden olvidadas en la memoria popular. En vías de solución constituye un texto ameno, para reír y disfrutar del lenguaje corriente. Aparecen personajes simpáticos que en Cifuentes han tenido una connotación especial. Se ha editado en dos oportunidades e incluso se presentó en el Palacio de las Convenciones con la presencia de Fidel Castro. Pasa de mano en mano y muchos esperan una tercera entrega porque se agotan rápidamente en las librerías.
Luis también escribe literatura para niños. Las mentiras de Tita y Un rap para Trina, de ediciones Capiro, ha sido adaptado al teatro y a la narración oral. En espera para salir a la luz se encuentra Miedo a las golondrinas, que aborda temas más complejos como la educación sexual o el alcoholismo en los padres. Tierra de Agua constituye otro volumen recién concluido sobre la historia de la cultura de Cifuentes, en la que el autor maneja diversas fuentes sobre cómo surge el nombre del lugar, los símbolos del pueblo, los artistas y deportistas que nacieron allí.
«Lo escribí pensando en las necesidades de las personas. Me atrevo a decir que es el más consultado en soporte digital en la biblioteca. Quien necesite hacer una tesis o un trabajo local recurre siempre a este libro », comenta Luis Pérez.
¿Tierra sin escritores?
Tal parece que la diáspora se ha ensañado con la cultura de Cifuentes, en opinión de sus propios pobladores, pues muchos artistas que han nacido allí, luego han emigrado a la capital del país.
«Generalmente la gente nace aquí y en cuanto puede se va, de ahí que seamos uno de los pueblos que, en los inicios del siglo XX, instituyó el Día del Ausente », narra Luis.
Luis Pérez Pérez también se ha dedicado a investigar la historia de la literatura en el municipio, parte de su trabajo como Metodólogo de cultura popular tradicional. Según su estudio, en la colonia se destacaron dos escritores, Ramón Roa Garí, a quien Martí llamó como el poeta más original de la guerra del 68, y Manuel Piedra Martell, autor del texto de campaña Mis primeros treinta años. También se suma a la tradición literaria del lugar, Francisco de Paula y Machado, que escribió algunos textos sobre la reconcentración.
«Realmente, estos son los tres autores de los que podemos hablar en la colonia. En la neocolonia se desarrolló, sobre todo la oralidad. Miguel González, por ejemplo, fue un campesino de los más destacados en la décima, que se enamoró de la hija del alcalde y tuvo que marcharse del pueblo. Vivió mucho tiempo en La Habana y dejó algunos libros publicados. Hasta ese momento podemos relatar la historia de la literatura en Cifuentes ».
«Interesado en promover personalidades del municipio, hace un tiempo escribí una conferencia titulada Martí y los Cifuentenses en la que estudiaba el vínculo del Apóstol con tres hijos de este pueblo: Ramón Roa Garí, Emilio Núñez Rodríguez y Manuel Piedra Martell. Luego de ir por escuelas y centros de trabajo divulgando la historia, ya los niños comenzaron a poner flores en la estatua de Emilio que está en el parque; se nombró "Manuel Piedra Martell" a nuestro teatro, y ya desde antes, el museo rendía honor al poeta, pues lleva su nombre y cuenta con una sala especializada en su vida y obra. Mas la última división político administrativa nos regateó a Emilio Núñez, pues la finca donde este nació, ahora pertenece a Santo Domingo », narra Luis Pérez en libro En Vías de solución.
Las crónicas costumbristas de Luis Pérez han sido adaptadas a la narración oral de Cifuentes.
Al Triunfo de la Revolución, los talleres literarios cobran fuerza en este municipio. En 1981 surge el taller Chiqui Gómez en la Casa de Cultura. A partir del 2001, con la máquina Rizzo, se publica el primer libro en Villa Clara con esta innovación, precisamente de la escritora cifuentense Magnolia García. En 14 años ya se han publicado 14 libros. Entre los escritores que se formaron en dicho taller destacan otros nombres como Luis Alberto Pérez, Jose Luis Santos, Ileana íguila, Serguei Pérez, Daniel Santos, entre otros.
«En este corto tiempo salvamos el período anterior. Nos ayudó a conformar sentido de pertenencia. Tenemos muchos textos escritos pero no hemos podido publicarlos », comenta Luis.
«También tenemos un proyecto de narración oral que se llama Cuenteros de Camino con los instructores de arte. Este año lo hemos dedicado a Feijóo, tenemos espectáculos montados con sus cuentos, y los llevamos a las comunidades ».
A pesar de su gustada obra, la fatalidad geográfica atenta contra Luis y la promoción de muchos escritores en los municipios villaclareños. En ocasiones se publican libros en las editoriales provinciales con poca o ninguna calidad. Luego se amontonan en las librerías.
«Tenemos que buscar vías para darnos a conocer. Por ejemplo, Serguei Pérez es un escritor de la vanguardia y ha sabido promocionar bien su obra en la capital provincial. José Luis Santos vive aquí y no le resulta tan fácil publicar. Otro de los escritores que ha dado Cifuentes es Luis Alberto Pérez Pérez. Como nos nombramos igual, en una ocasión fui a una actividad en Encrucijada y cuando terminé la lectura, era el libro suyo el que estaba a la venta. Incluso, ya me habían pagado ».
En Cifuentes funcionan varios talleres destinados a la promoción de la literatura. Además, existe un técnico literario en cada Consejo Popular. En estos encuentros se incita el debate, y realizan eventos con los niños escritores, lo cual ha dado frutos en festivales nacionales.
«Muchos jóvenes cifuentenses llevan su arte por el mundo y siempre regresan; yo, sigo investigando y escribiendo este anecdotario para que los habitantes de Cifuentes quieran a su gente, y para dejar de ser un pueblecito entre Sagua y Santa Clara. Parece que este problema, aunque la frasecita no tiene muy buena reputación, está en vías de solución », dejó escrito Luis en su libro.
Esta intensa labor de los escritores cifuentenses posibilitará que surja una hornada de autores jóvenes en el municipio, y que se eche por tierra esa sentencia de que Cifuentes no tiene escritores, o que aquellos que allí nacen, luego abandonan el Oasis villaclareño.