La ciencia lo confirma: ante la COVID-19 no puede haber confianza

El presidente cubano, Miguel Dí­az.-Canel, dialogó con cientí­ficos cubanos que han realizado estudios sobre el comportamiento de la epidemia de la COVID-19 en el paí­s.

Compartir

Encuentro del gobierno cubano con científicos que investigan sobre la COVID-19 en Cuba.
(Foto: Estudios Revolución)
Rayma Hernández Garcí­a
2020
03 Julio 2020

Unas horas antes de que La Habana entrara a la primera fase de la recuperación y el resto de Cuba, con excepción de Matanzas, a la segunda, el presidente de la República, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, subrayó que «la ciencia nos sigue confirmando que en el enfrentamiento a la COVID-19 no puede haber confianza ».

En otro estimulante encuentro en el Palacio de la Revolución con cientí­ficos y expertos que se ha convertido en espacio fijo de la agenda del Gobierno cada jueves el Jefe de Estado consideró que «a partir de las investigaciones cientí­ficas vamos conociendo mejor el virus; también nos están dando elementos de temas que tenemos que tratar de una manera diferente; pero están corroborando las medidas que hemos aplicado y las cuestiones en las que hemos insistido, como el distanciamiento fí­sico, el aislamiento social y el uso del nasobuco ».

Dí­az-Canel comentó que se rompieron las teorí­as que hubo en un determinado momento de que en el Caribe no sucederí­a nada por las altas temperaturas. Nos vamos percatando, incluso, de lo agresivo que es el virus y de las caracterí­sticas que lo distinguen de los demás, por las cuales ha provocado el colapso en sistemas sanitarios del mundo.

En el intercambio con investigadores de prestigiosos centros cientí­ficos de la nación en el que también participó el primer mministro, Manuel Marrero Cruz el mandatario alertó que ahora que estamos en fase de recuperación hay que mantener la disciplina y el control.

El desescalamiento, destacó, tiene que ser bien riguroso, gradual, para evitar complicaciones y, sobre todo, estar seguros de que tenemos la capacidad para detectar a tiempo los brotes de la enfermedad, trabajarlos intensamente para que no se nos compliquen y no se conviertan en eventos de mayor magnitud.

El Presidente de la República reiteró que «se sigue confirmando el aporte del sistema de Salud y de los cientí­ficos ». Como nunca antes, reflexionó, un suceso ha dado tal proliferación de investigaciones, publicaciones y resultados, que están poniendo a la ciencia cubana en un papel de visibilidad en el mundo muy interesante y enaltecedor.

Este sistema de trabajo, acotó, lo hemos extrapolado a los cientí­ficos que tienen que ver con la producción de alimentos, que es la otra gran prioridad y reto que tenemos que enfrentar, con las consecuencias económicas que va dejando en el mundo la COVID-19. Esperamos tener el mismo éxito que hemos tenido en la Salud, auguró.

Al referirse a lo altamente provechoso de estos diálogos frecuentes con la comunidad cientí­fica cubana, el Jefe de Estado dijo que «todas las semanas vemos resultados nuevos o que se van consolidando », y este jueves no fue excepción. La agenda estuvo cargada de investigaciones de varios perfiles: demográfico, matemático, biotecnológico…

La reconocida cientí­fica Marí­a Guadalupe Guzmán Tirado, directora de investigación, diagnóstico y referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí­, expuso los resultados de un estudio en pacientes con persistencia de la positividad en el tiempo del PCR a SARS-CoV-2.

Esa investigación permitió confirmar, en más de 200 enfermos ingresados en el IPK, que la mayor detección del virus ocurre en los tres primeros dí­as, pero puede haber permanencia hasta más de un mes. Por otro lado, corroboró que la cantidad de virus disminuye en el tiempo, en sintomáticos y asintomáticos; pero en aquellos con una excreción viral prolongada se observan niveles elevados del SARS-CoV-2.

Al respecto, el viceprimer ministro Roberto Morales Ojeda recordó que en una primera etapa en Cuba se hací­a el PCR al tercer dí­a, con lo cual se perdí­a tiempo y se desaprovechaba el momento de mayor positividad. Eso se rectificó y ahora inmediatamente se hace la prueba diagnóstico.

Además con esta serie estudiada se ratifica la pertinencia de mantener a los pacientes ingresados mientras que el PCR resulte positivo, porque en ese periodo sí­ existe transmisión de la enfermedad, afirmó.

Guzmán Tirado ofreció algunos detalles de otra investigación, que ahora comienza, sobre el análisis filogenético del SARS CoV-2, a partir de muestras clí­nicas de 25 personas, infectadas en el extranjero y en el territorio nacional. Las secuencias cubanas, apuntó la especialista, son 100% idénticas a lo que circula en la mayorí­a de los paí­ses y solo una muestra de Cuba evidenció una mutación. Esto nos ayuda, aclaró, a saber qué virus entraron al paí­s, cómo circularon por las provincias y abre muchas y novedosas lí­neas de investigación.

Desde el Centro de Estudios Avanzados de Cuba, su directora general, Angelina Dí­az Garcí­a, explicó luego acerca de otro importante estudio de muestras nasofarí­ngeas por microscopí­a de alta resolución, que ha permitido visualizar con total claridad el virus y su impacto destructivo en la célula epitelial farí­ngea y nasal. Es por ello, apuntó, que, algunos pacientes manifiestan que tienen pérdida, total o parcial, del olfato.

Donde más se replica el virus, aseguró, es en las fosas nasales, de ahí­ que la población tiene que ganar más en percepción de riesgo y usar el nasobuco como está estipulado, cubriendo la boca y sobre todo la nariz.

En este encuentro también se presentó un proyecto de investigación, que da sus primeros pasos, sobre las caracterí­sticas socio- demográficas de la población cubana ante la COVID-19, el cual, según precisó el doctor en ciencias Antonio Aja Dí­az, «brindará información de utilidad en el trazado de polí­ticas para el enfrentamiento a eventos futuros ».

Este estudio, que es complejo y tiene un alcance nacional, indagará en cuestiones demográficas, económicas, familiares, en el acceso a los servicios de salud, en las disfunciones sociales de los territorios, en los factores de riesgo y en la ruta del contagio. Sus resultados finales se esperan para el mes de diciembre, afirmó Aja Dí­az.

Como es habitual en estos intercambios, el decano de la facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, Raúl Guinovart Dí­az, mostró las conocidas curvas del comportamiento de los casos activos en Cuba. Al hacer una evaluación del impacto de los eventos de transmisión local de la enfermedad, ocurridos después del pico de la epidemia y que generaron en total 500 casos, alertó acerca de la importancia de mantener el control de las medidas. Esos eventos, que la mayorí­a tuvo lugar en La Habana, dilataron el problema en el tiempo.

Guinovart Dí­az recalcó que serí­a erróneo que la población pensara que en la etapa recuperativa se desmantelan todas las medidas y agregó que se debe prestar especial atención a aquellos centros que constituyen espacios cerrados, donde todaví­a pudieran generarse focos.

Con todos estos saberes, sesionó al final de la tarde el grupo temporal de trabajo para la prevención y el control del nuevo coronavirus, que encabezan Dí­az-Canel Bermúdez y Marrero Cruz, donde rindieron cuenta las provincias de Matanzas, Ciego de ívila, Sancti Spí­ritus y La Habana, esta última en el umbral de la fase uno de la recuperación.

Sobre la alta responsabilidad que asume la capital del paí­s, el Primer Ministro precisó que «el actuar de las personas tiene que estar en correspondencia con lo que establece la primera fase, no puede haber un comportamiento que esté al nivel de otras ».

Marrero Cruz insistió en el uso del nasobuco, en las medidas sanitarias, en cuidar el acceso a las playas y la transportación pública. Hay que observar todo eso muy de cerca, dijo, porque existen vulnerabilidades y riesgos. Tenemos que tratar, indicó, que los habaneros se mantengan en el perí­metro de la provincia para lograr pasar esta primera fase y asegurarnos de estar en condiciones de entrar en la segunda. (Leticia Martí­nez Hernández)

Comentar