Dí­az-Canel en la entrañable Caracas

El presidente cubano participó este 10 de enero en las actividades con motivo de la toma de posesión de Maduro.

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Tomado de la edición digital del periódico Granma
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11 Enero 2019

CARACAS, Venezuela.– La ciudad de los cerros ―aún aletargada por todos los dí­as del jolgorio navideño–, despertó finalmente este jueves para acompañar la toma de posesión del mandatario Nicolás Maduro Moros, que el pasado 20 de mayo arrasó en las elecciones con casi seis millones de votos, unos cuatro millones de diferencia con su más cercano competidor.

Miguel Dí­az-Canel y otras delegaciones en toma de posesión de Nicolás Maduro.
El presidente cubano, Miguel Dí­az-Canel, junto a otros jefes de Estado y de Gobierno y representantes de paí­ses que asistieron a la toma de posesión de Nicolás Maduro en Venezuela. (Foto: Estudios Revolución)

La noche antes, el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, arribó al aeropuerto internacional de Maiquetí­a, en la entrañable Caracas, como lo habí­a escrito en su cuenta de la red social Twitter para estar junto a su hermano. «Cuba defiende y respalda la soberaní­a venezolana y la integración bolivariana », subrayó entonces.

Sus primeras palabras al llegar a la tierra del Comandante Hugo Chávez no pudieron ser más claras. Acá estamos para reafirmar la solidaridad de Cuba, dijo, cuando se cumplen 60 años de la primera visita del Comandante en Jefe de la Revolución. Recordó el meridiano discurso pronunciado por el joven barbudo Fidel, el 23 de enero de 1959, que releyó durante este viaje hacia Caracas y que mantiene una vigencia de asombro. Desde entonces el lí­der cubano habí­a dibujado el papel trascendental que desempeñarí­a Venezuela en la integración latinoamericana.

De esos lazos históricos entre la Patria de Martí­ y la de Bolí­var habí­a hablado poco antes con la prensa en el aeropuerto el vicepresidente y ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, que tuvo la misión de recibir al presidente cubano a su llegada a Venezuela: «nosotros crecimos viendo cómo habí­a un solo faro de dignidad y fue el que alzó precisamente Fidel », confesó conmovido.

La presencia de Cuba acá con nosotros es fundamental desde el punto de vista de la hermandad, de la integridad y de la solidaridad, que se basa en la soberaní­a de nuestros pueblos, subrayó el Vicepresidente venezolano. «Ese es un tema sumamente importante, sobre todo en el actual contexto internacional, donde algunos paí­ses se asumen como tí­teres del imperio para pisotear el principio de autodeterminación de cada uno de nuestros paí­ses ».

Venezuela recibe con los brazos abiertos y profunda dignidad la visita de Dí­az-Canel, como la de todo el pueblo cubano que abraza al pueblo venezolano, dijo a los medios quien ofreció en Caracas el primer abrazo y la bienvenida al mandatario caribeño.

Justo esa misma noche, sin quitarse el polvo del camino, Dí­az-Canel tendió su mano a compañeros entrañables de Nuestra América. Así­ lo dejó saber en su cuenta de Twitter: «hermanos de lucha, hermanos de sueño », escribió refiriéndose a Maduro, a Sánchez Cerén y a Evo Morales, quienes con el puño izquierdo levantado se tomaron una foto tremenda, juntos en la Caracas de Bolí­var y de Chávez.

Ya a media mañana de este jueves el Presidente de la Isla llegó hasta la sede del Tribunal Supremo de Justicia para acompañar a Maduro en su toma de posesión. La Constitución bolivariana establece que la juramentación ocurra el décimo dí­a del primer mes del año y así­ sucedió, por encima de cualquier desafí­o opositor, de los internos o de los del llamado Cartel de Lima que siguiendo un guion con demasiadas barras y estrellas, se ha vuelto la vergí¼enza de América Latina. El pueblo venezolano habló en las urnas y Nicolás Maduro fue reelegido para el periodo 2019-2025.

Ante el Tribunal Supremo de Justicia –y no en la Asamblea Nacional por encontrarse esta en desacato judicial desde el año 2016 por juramentar a tres diputados que debí­an ser suspendidos ante irregularidades en sus votaciones– el presidente obrero hizo el compromiso por Bolí­var, por Chávez, por su pueblo… de hacer cumplir los postulados de la Constitución bolivariana, defender la independencia de Venezuela, llevar prosperidad a su Patria y continuar construyendo el socialismo del siglo XXI.

Nicolás Maduro durante la toma de posesión como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
(Foto: Estudios Revolución)

Aquí­ estoy listo, de pie, para democráticamente llevar las riendas de nuestra Patria hacia un mejor destino, dijo Maduro, que habló también de Chávez, de su misma causa y fuerza; del pueblo rebelde y soberano de Venezuela, dueño legí­timo de la banda presidencial; de los 20 años de mentiras que la derecha fascista ha tendido sobre la Revolución Bolivariana; de las 25 elecciones en 19 años y del triunfo conquistado en 23 de ellas; y también de la corrupción, de la indolencia y de la burocracia, el enemigo a vencer por su Gobierno.  

Las emociones de este jueves histórico en Caracas continuaron en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, donde la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en un acto hermoso reafirmó su lealtad a Maduro y lo reconoció como único Comandante en Jefe. En la voz de Chávez se escuchó el himno nacional de Venezuela y la emoción podí­a cortarse en al aire. A los 4 900 combatientes allí­ formados y a los desplegados por todo el territorio nacional, el presidente venezolano agradeció por la disciplina, la entrega y el sacrificio.

Entre los representantes de 94 paí­ses que estuvieron para respaldar a Maduro también en el patio de la academia militar, se encontraba Dí­az-Canel, que trajo a Caracas la solidaridad del pueblo cubano para con una Revolución asediada, pero mucho más amada.

Cerca de las cinco de la tarde el presidente de la Mayor de las Antillas partió hacia su Patria, llevando en los bolsillos el cariño del noble pueblo venezolano que lo aupó por dondequiera que estuvo. Fue esta otra jornada para estrechar el cariño, y también el apoyo, entre dos paí­ses que han preferido levantar banderas de dignidad en medio de los obstáculos más difí­ciles y han salido victoriosos.  (Leticia Martí­nez Hernández)

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