De Dublí­n a Minsk, continúa la ruta del presidente cubano

Miguel Dí­az-Canel visitó varios lugares de interés económico, histórico y cultural de Minsk, capital de Belarús, uno de los paí­ses incluidos en la gira europea.

Arriba Presidente de Cuba a la República de Belarús

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Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recorre, Minsk, capital de Belarús.
Reciben al Presidente cubano en la Catedral del Espíritu Santo. (Foto: Estudios Revolución)
Rayma Hernández Garcí­a
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23 Octubre 2019

Minsk, Belarús. Cerca de las diez de la mañana, hora de Irlanda cinco menos en Cuba levantó vuelo del aeropuerto internacional de Dublí­n la aeronave que traslada al presidente Dí­az-Canel y a su delegación por varios paí­ses europeos durante estos dí­as finales de octubre. La segunda parte de la ruta fue de Dublí­n a Minsk.

Con flores y pan con sal en manos de tres mujeres bielorrusas, tal como dicta la tradición eslava, fue recibido el mandatario al pie de la escalerilla del il-96. De manera oficial, el primer abrazo lo dio Pavel Utiopin, ministro de Industrias; luego, Pavel Shestakov, viceministro de Relaciones Exteriores, y, finalmente, Aleksander Aleksandrov y Juan Valdés Figueroa, embajadores de Belarús y Cuba.

Dí­az-Canel, junto a su compañera, Lis Cuesta, caminaron por una alfombra roja extendida en la losa del aeropuerto, con guardias de honor a ambos lados. Comenzaba así­ la visita oficial del presidente cubano a este paí­s, en el que ya habí­a estado en 2016, cuando era primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

A la delegación que ya acompañaba al presidente en su gira por Europa se unieron en Minsk el vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas Ruiz; el titular de Agricultura, Gustavo Rodrí­guez Rollero; la presidenta del Banco Central de Cuba, Irma Martí­nez Castrillón; el presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martí­nez Dí­az, y los viceministros de Relaciones Exteriores y Salud Pública, Rogelio Sierra Dí­az y Marcia Cobas Ruiz, respectivamente.

La República de Belarús, que estableció relaciones diplomáticas con la Isla el 16 de abril de 1992, es considerada una de las naciones europeas más cercanas a Cuba en temas vinculados a la polí­tica y la ideologí­a. La visita oficial a la Mayor de las Antillas del presidente Aleksandr Lukashenko, en junio de 2012, y otras dos en los años 2000 y 2006, dan cuenta de un intercambio polí­tico al más alto nivel y de una cercaní­a que se desentiende de los poco más de 9 000 kilómetros que separan a La Habana de Minsk.

La nación que ahora visita Dí­az-Canel tiene una extensión territorial de 207 600 kilómetros cuadrados y su población suma unos 9 475 600 habitantes. Es un paí­s estable polí­ticamente, con una tendencia positiva al crecimiento económico y sus í­ndices sociales son favorables: el desempleo ronda el 0,3 %, la mortalidad infantil en 2018 cerró con 2,5 por cada mil nacidos vivos y la esperanza de vida promedio alcanza los 74,3 años. Como Cuba, la baja tasa de natalidad es uno de sus principales problemas.

Durante dos dí­as estará aquí­ la delegación caribeña, antes de continuar camino a Bakú, en Azerbaiyán, para participar en la XVIII Cumbre del Movimiento de Paí­ses No Alineados.

Conociendo la ciudad

Sin un segundo para el descanso como ya es habitual en los recorridos dentro y fuera del paí­s, Dí­az-Canel y su comitiva fueron directo del aeropuerto de Minsk al Parque Industrial   Gran Piedra, zona de un prometedor desarrollo en manos de Belarús y China.

A 25 kilómetros de la ciudad, el Parque arrancó sus actividades en 2015, y a cuatro años ya cuenta con 15 empresas en plena marcha y mil millones de dólares como volumen total de las inversiones anunciadas. Los inversionistas provienen de China, Belarús, Alemania, Suiza, Israel, Austria… hasta llegar hoy a 55 paí­ses.
Según explicaron directivos chinos y bielorrusos, hasta ahora las lí­neas principales se dedican a la fabricación de motores para camiones Minsk, condensadores para los autobuses eléctricos de Bielorrusia y grandes grúas para la construcción.

Gran Piedra tiene un área total de más de 110 kilómetros cuadrados, pero en su primera fase, que está a punto de concluir, cuenta con unos 8,5 kilómetros cuadrados. Está dividido en tres sectores principales: el parque logí­stico, la zona industrial, así­ como la residencial y comercial. La idea según detallaron al presidente cubano es lograr dentro de Minsk otra moderna ciudad.

Los directivos del Parque Industrial dieron la bienvenida a empresas cubanas para que se instalen en sus predios, sobre todo las vinculadas con la biotecnologí­a. De manera particular, hicieron referencia a BioCubaFarma, lí­der de la Isla en estos temas.

Dí­az-Canel agradeció la posibilidad de visitar Gran Piedra para tener más información, comparar con lo que se hace en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y valorar cuáles empresas cubanas de alta tecnologí­a pudieran estar en este Parque Industrial.

Muchas empresas de China y Belarús podrí­an instalarse también en el Mariel, añadió el mandatario, para que la Ruta de la Seda cruce el Atlántico y se puedan realizar proyectos conjuntos.

Ya entrada la noche en Minsk con siete horas más que en Cuba, el presidente de la República y el grupo que le acompaña caminaron por el centro de esta hermosa y apacible ciudad, que recibió a los caribeños con un tiempo climatológico menos áspero que lo habitual por estas fechas. Quienes se bajaron del avión apertrechados para el frí­o fueron quitándose abrigos por el camino, sobre todo ante el ritmo habitual de las caminatas de Dí­az-Canel.

Esta noche de martes no fue diferente y en poco más de una hora la delegación cubana visitó la Iglesia de San Simeón y Santa Elena, conocida aquí­ como la Iglesia Roja; la Catedral del Espí­ritu Santo; el barrio Troistky, considerado la joya de la arquitectura de la ciudad; y la Isla de las Lágrimas, devenida en monumento a los más de 30 000 soldados bielorrusos que participaron en la guerra de Afganistán entre los años 1979 y 1989. Casi 800 perdieron allí­ la vida.  

Y así­, con las marcas aún frescas de una ciudad con siglos de valiente historia y una modernidad que no empequeñece a quien la visita, la delegación cubana amanece este miércoles en Minsk. La agenda, de nuevo, será intensa; otra vez, de sol a sol.

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