El sábado 3 de agosto todo el poblado de Falcón fue una fiesta. La música y la diversión en la casa de Leidis Monteagudo y Reinaldo Carrera se escuchaban en la carretera desde temprano. Su hijo Reinier Carrera Monteagudo llegaba desde Lima y el momento no podía pasar inadvertido.

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Falcón es de esas comunidades cubanas donde todos se conocen. En este pueblo nadie estuvo ajeno a la actuación del joven Reinier, ganador de medalla de plata en el kayak de cuatro plazas K-4 a 500 metros en los Juegos Panamericanos. Por esto, lo que debería ser un tradicional acto de recibimiento se convirtió en una gran fiesta de todo el vecindario.
Al mediodía llegó el atleta de solo 17 años. Su rostro, visiblemente cansado por la competencia y el viaje, denotó sorpresa al encontrar tanta algarabía por su recibimiento. «La verdad estoy muy contento porque nunca me imaginé que el pueblo completo participara en mi llegada », declaraba minutos después el espigado kayakista.



Todos lo abrazoron por varios minutos. La sencilla bienvenida estuvo llena de un cariño sincero de familiares, amigos y vecinos, a los que se sumaron las autoridades del municipio de Placetas.
Luego de compartir con los presentes, Reinier ofreció a Vanguardia sus impresiones sobre la competencia: «En realidad, teníamos el pronóstico de una medalla de bronce. Nunca fue fácil la regata y vinimos a obtener la medalla en los últimos diez metros. Siempre entrenamos para apretar después de los 250 primeros metros. La arrancada era complicada porque como aún no he alcanzado el total de fuerza, igual que mis compañeros, nos resultaba más fácil trabajar en los últimos metros ».

¿Cuánto te apoyaron en tu primera competencia internacional?
Me apoyaron en todo momento. Desde que entré al equipo nacional siempre me dieron ánimo y esta medalla en los Juegos Panamericanos es solo el principio acota el joven que es parte de una gran cantera de talentos en el canotaje salidos de Falcón.

Precisamente otra gran atleta, Amalia Obregón Pérez, medallista de oro en la modalidad de single a 200 metros en los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014, estuvo presente en el recibimiento de su compañero y compartió con Vanguardia las experiencias del colectivo de base (del cual forma parte) que trabaja con el kayak en el poblado.
«Aquí hay un área de kayak, donde desde muy temprana edad se capta a los niños con mejores perspectivas, es decir, fuerza, tamaño y otros indicadores. Trabajamos con ellos en su preparación y luego compiten en los torneos provinciales. De ahí se seleccionan para la Academia Leonardo Marcial Delgado, en Manajanabo. A nuestros muchachos les encanta esa práctica, montarse en los botes y aprender sobre este deporte los motiva mucho. Además, tienen grandes aspiraciones porque quieren obtener medallas como nosotros. Este resultado de Reinier es un orgullo para todos ».
El propio Reinier no pasó por alto esos inicios en el deporte en el momento de recibir la medalla de plata. «Pensé en todos los que me apoyaron desde un principio. Desde mi tío, que fue mi primer entrenador, hasta mis entrenadores de la base y los que trabajaron conmigo en el equipo nacional, que me enseñaron lo necesario para que pudiera obtener esta medalla ».
Luego de este resultado, ¿cuáles son tus propósitos?
Tengo como tope clasificar a los Juegos Olímpicos, en los cuales esperamos tener un gran resultado. A partir de mayo comenzamos los torneos clasificatorios. Empezaré a trabajar en el K-2 y en el single, porque el K-4 ya no competirá.
¿Desde cuándo comenzarás a prepararte?

En septiembre inicio las prácticas en el K-2 a mil metros, para estar listo para las competencias.
¿Es una distancia más complicada?
Realmente no. Es más cómoda para mí porque no tengo aún la fuerza y explosividad para la velocidad, y a esa distancia puedo preparar mejor mis carreras.
Lleno de sueños y ambiciones, el joven subcampeón tuvo tiempo para compartir su medalla con todos los que se le acercaron. En cada foto colgó la presea al cuello de muchos de los que lo acompañaban. Un gesto amable para la multitud que invadía su casa en un día tan especial. Y es que Reinier siente que esa medalla también se la debe a ellos. Entre las risas, le acercaron un micrófono, y en la emoción del momento, solo sus palabras más sinceras entrecortadas alcanzaron a salir: «Muchas gracias por este momento. Dedico la medalla a Falcón y a mi padre, que siempre me apoyó en este deporte. Me siento muy contento ».