Veracruz. Lianma, Leila, Nivaldo y Sergio llenaron de orgullo a Cuba y no solo porque ganaron las preseas de oro 123 y 124, con las cuales la Mayor de las Antillas cerraba su medallero en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, sino por la manera en que lo hicieron, exponiendo los atributos que engrandecieron aquí a la comitiva cubana.
Un soberbio rendimiento físico, estrategias preconcebidas, certera disciplina táctica y el respeto al adversario, fueron esas cualidades que los voleibolistas de playa pusieron sobre la arena del parque Reino Mágico para convertirlas en victoria.
Lianma Flores y Leila Martínez se impusieron a México en la jornada final de los Centroamericanos. (Foto: Ricardo López Hevia)
La corona número 123 sobrevino tras un partido de excelente factura técnica y táctica, en el cual Nivaldo Díaz y Sergio González tuvieron que venir de abajo para sobreponerse de una derrota en el set inicial por cerrada pizarra de 22-24 frente a la dupla venezolana de Jackson Henríquez y Jesús Villafañe, con un alargue más allá de los 21 por la igualada a 20. El segundo, 21-19, que empató el encuentro resultó también peleado con Nivaldo crecido en la defensa y Sergio certero en la red. En la muerte súbita del tercer episodio la adrenalina desbordaba la magia del parque y el júbilo explotó con el tanto 15 de los antillanos.
«Cuando comenzó el partido los nervios ni me dejaban caminar, es la primera vez que estoy en unos Juegos como estos, pero después me fui metiendo en la preparación que alcancé y logré sacarla en la cancha. ¿La defensa? Mi entrenador, Leonides Regí¼eiferos, siempre me ha insistido en ese aspecto del juego, llevo cinco años ocupándome de ella y ahora fue muy importante », explicó Nivaldo, de solo 20 años.
Fueron claves sus jugadas defensivas como también la serenidad de Sergio, que no dejó de creer en su joven compañero. «Ha jugado un partidazo, se consagró, estoy muy feliz », dijo como si él no hubiera estado en la arena. «Bueno, yo hice lo que me tocaba, que era conducir el plan táctico », expresó el guía del dúo.
El reto de Lianma Flores y Leila Martínez era la pareja mexicana de Bibiana Candelas y Martha Revuelta, en casa y con todo su pedigrí, bien ganado en las canchas de la región. Saque táctico, agresivo, aunque arriesgado y un casi perfecto desempeño en la net fueron sus clave. «Habíamos perdido con ellas en Varadero, hace ya año y medio más o menos, pero aquí trabajamos diferente, siempre observando a Bibi, jugadora alta y con un bloqueo demoledor, la movimos en toda la net para burlar su altura. El resto fue no dejar de atacarle con el servicio, que hemos practicado muchísimo y ahí está el resultado », comentó Leila.
Cómo deben estar María y Gladys, ellas no forman un binomio de voleibol de playa, son las madres de Lianma y Leila, las que más la han apoyado en su vida, esperándolas para el abrazo y el festejo. Y cuando fuimos a conversar con Mayra Ferrer, la entrenadora de esas muchachas, nos pidió un momento. «Dime mi amor, sí, ganamos, estoy feliz por los dos », le dijo la preparadora a su esposo, Alonso Sinal, el comisionado de lucha de la provincia de Ciego de ívila, quien le telefoneó luego del triunfo. «Solo les voy a decir que gané la medalla de plata en Maracaibo-1998, con Noemí Blanco. Allí perdimos con México y ahora estas niñas han hecho una belleza de partido y me regalaron ese triunfo que disfruto muchísimo como entrenadora y con mi amiga Mireya Luis, responsable del voleibol de playa, que me dijo entrena a esas niñas ».
Y la capitana de las Morenas del Caribe jugó los dos partidos, saltaba con los voleibolistas al ataque y en el bloqueo, flexionaba las piernas en cada defensa y con el título de Lianma y Leila, no pudo más y soltó en el Reino Mágico toda la emoción que tenía dentro del pecho. «He vivido este momento igual que las tres medallas de oro olímpicas que ganamos, jamás imagine que podía sentir lo mismo otra vez », concluyó Mireya.