Mayli Estévez Pérez
Mayli Estévez Pérez
@mestevezp
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07 Septiembre 2016

El máscara Ariel Pestano no está nada alegre con la oficialidad de su retiro de la pelota cubana. La despedida del número 13 tiene fecha y sede, el próximo 17 de septiembre en el estadio de Caibarién, su pueblo natal. No tiene seguridad ni detalles de lo que sucederá allí­. Solo sabe que es una decisión que no toma por sí­, sino empujado por las circunstancias.

Pestano cree que con sus 42 años a cuesta, todaví­a pudiera estar activo en las Series Nacionales, incluso en un team Cuba, pero ante la directiva del equipo grande, el veterano ya sabe que no tiene opciones. Se lo dejaron bien claro con la exclusión al III Clásico Mundial, cuando estaba en su mejor forma.

«Llegó el fin de la carrera, es algo duro, algo difí­cil. Yo no lo querí­a pero llegó el final. Me obligaron a dar este paso. Yo pienso que Pestano todaví­a tendrí­a que dar en la pelota cubana, todaví­a me siento en forma. Entreno todos los dí­as, me mantengo en el peso, me mantengo bien. Pero ya no vale la pena », dice el campéon olí­mpico de Atenas 2004.

Pestano fue tres veces campeón de la Copa Mundial de Béisbol (IBAF) en 2001, 2003 y 2005. Multicampeón en Copas Intercontinentales, Juegos Panamericanos y Centroamericanos. Fue artí­fice de la plata del Clásico Mundial, en su opinión la página más gloriosa de la pelota cubana. Su presencia en la Serie del Caribe de Margarita, más la experiencia profesional con los Piratas de Campeche,  lo convertieron en un pelotero irrepetible, al que solo le faltó la experiencia en las Grandes Ligas.

«La despedida duele. Hemos dedicado, tanto mi familia como yo, la vida a este deporte, y ahora mi hijo también viene siguiendo mis pasos. Eso quiere decir que es una familia deportiva y de verdad se siente el adiós. Cuando uno lleva la pelota en la sangre, cuando uno lo ama de verdad, se siente así­, muy adentro. Que sea justo Caibarién es un orgullo, porque es la tierra donde nací­, donde crecí­, donde di mis primeros pasos como pelotero, y de esta manera se homenajea a mi tierra, a los amigos que crecieron conmigo y siguieron mi carrera. Es necesario felicitar y abrazar a los entrenadores que quedan por allá, a mis padres que están ahí­. A todos los que han tenido que ver con mi carrera deportiva », concluye el último «héroe » de un tí­tulo naranja.

Este septiembre de 2016 lo despide oficialmente de los diamantes. Nunca más de careta, sonriendo a los rivales. Será en su pueblo pesquero, en un estadio que no iguala su magnitud, pero le vio dar las primeras señas.  Se va sin querer, a regañadientes, en plenitud..., pero se va.

 

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