Viagra para damas, bebés robots y La Manada cautiva

Un nuevo «milagro» farmacéutico que promete devolver el deseo sexual de las mujeres, la «terapia de choque» de los bebés robots en Colombia y uno de los juicios por violación más polémicos de España, son las noticias de Sexeando para el mes de julio. 

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Bebés robots de Colombia
La ONU pretende extender la experiencia de los bebés robots a otros países del área latinoamericana, pues ya se ha aplicado con éxito en 89 naciones de todo el mundo. (Foto tomada de Internet)
Liena María Nieves
Liena Marí­a Nieves
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15 Julio 2019

Yo no sé ustedes, pero creo que si alguien vuelve a decirme « ¡ya llegó el verano! », será una ví­ctima probable de, mí­nimo, una mala contesta de mi parte. Desde abril hemos sobrevivido a más de 30 grados de temperatura de dí­a y de noche, a un «ataque » de polvo del Sahara,  a las oficinas y establecimientos públicos sin aire acondicionado… Pero aquí­ seguimos, hirviendo como volcanes portátiles, aunque felices porque ahora sí­ oficialmente llegó el verano.

Planes por delante que incluyen desde holgazanear sin autocensura, hasta dedicarle horas al entretenimiento en sus más diversas expresiones. He ahí­ el alma de julio y agosto: ocio, dí­as y noches larguí­simos, buenas vibras y disposición acrecentada para ser felices.   Sin embargo, no por desconectados podemos permitirles que sus horas transcurran sin que Sexeando ocupe, al menos, unos minutos de su tiempo, así­ que en esta edición les traemos un resumen de algunos de las noticias más comentadas en el planeta Internet durante las últimas semanas.

Recuerden que el correo liena@vanguardia.cu continúa a disposición de quienes decidan hacernos saber su opinión o, de lo contrario, para los que quieran saber más y nos confí­en sus dudas.  Disfruten de cada minuto libre, ábranse a conocer nuevas personas y a vivir esas historias que solo ocurren cuando el sol calienta más. ¡Hasta agosto entonces! y, como siempre, les deseamos salud, suerte y mucho amor.

Mundosex

La apatí­a sexual, también denominada entre los sexólogos como trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH), resulta una patologí­a más frecuente de lo que podrí­amos suponer. Se estima que, a escala global, la padece una de cada diez mujeres premenopáusicas. El sí­ntoma clásico: ausencia reiterada y persistente de interés en realizar cualquier tipo de actividad fí­sico-erótica, aunque las causas especí­ficas de tal comportamiento todaví­a no se precisan con exactitud.

Nuevo Viagra femenino para combatir la apatí­a sexual
(Foto tomada de Internet)

De la misma forma en que la prodigiosa pastillita azul llegó para recomponer la autoestima masculina y hacerlos sentir inquebrantables hasta pasados los 80, las grandes industrias farmacéuticas del mundo también le echaron el ojo a la oportunidad de «explotar » la insatisfacción femenina. De esta manera, la principal autoridad sanitaria de Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA),   aprobó a fines de junio el segundo fármaco equivalente a la Viagra para damas  el antecedente es la pí­ldora de uso diario Addyi, comercializada desde el 2015 bajo el nombre comercial de Vyleesi.    

¿Y qué propone el nuevo «milagro » de Amag Pharmaceuticals? Por ejemplo, la forma de administrarlo, que pasó de la ví­a oral a la inyección subcutánea en el abdomen o los muslos, ya que Vyleesi no actúa sobre el sistema vascular, sino en el sistema nervioso, por lo que el aumento de la libido resulta prácticamente inmediato. Los desarrolladores del medicamento recomiendan que la aplicación deberá realizarse 45 minutos antes de la actividad sexual, solo podrán suministrarse una dosis al dí­a, y no más de ocho al mes. Además, supera a la pí­ldora Addyi en lo referente al consumo del alcohol, pues no presenta contraindicaciones en este sentido, razón por la que millones de usuarias que precisaban de un trago para relajarse, terminaron prescindiendo de la primera versión del Viagra femenino.

Aunque su venta está prevista para el mes de septiembre en un circuito cerrado de farmacias norteamericanas, los analistas de la bolsa de valores ya vaticinan que un fármaco con la capacidad de devolver el deseo sexual a mujeres que apenas rebasan los 40 años de edad se estima que, solo en Estados Unidos, el número de féminas afectadas por el TDSH supera los seis millones, pueda reportar unos mil millones de dólares en ventas anuales: negocio redondo.

No obstante, la propia FDA ha develado que, ¡a estas alturas!, desconoce la forma exacta en que Vyleesi actúa sobre el cerebro para despertar la libido, por lo que varias organizaciones y militantes activos por los derechos de la mujer, ponen en tela de juicio la precipitada decisión de confiarle la salud sexual femenina a una industria históricamente voraz. Su alegato se basa en algo tan obvio como el desconocimiento respecto a las causas del TDSH, que van de lo hormonal hasta lo psicológico, por lo que se ha criticado con dureza el facilismo de asumir en primera instancia la opción medicamentosa.

Pero ya saben, la plenitud sexual se defiende con uñas y dientes, pues la repercusión de las insatisfacciones de esta clase se proyectan en forma de amarguras y resentimientos desgastantes, tanto para las que las padecen, como para quienes las rodean.  

¡No me lo vas a creer!

Al concluir el 2018, las cifras del Departamento Nacional de Estadí­sticas de Colombia reportaban que el 20% de los infantes nacidos en esa nación sudamericana eran hijos de madres de entre 10 y 19 años de edad: niñas criando niños, sobreviviendo a una maternidad improvisada y riesgosa. Las autoridades del municipio de Caldas, cercano a Medellí­n, ya sentí­an el peso de la preocupación por el incremento sostenido de los embarazos durante la adolescencia, pues el 15% de su población general está conformado, precisamente, por este grupo etario. Suele predicarse que los grandes problemas requieren de medidas tan o más drásticas que el mal en sí­, por lo que los funcionarios locales del ministerio de Salud decidieron darle una lección ejemplarizante a los adolescentes, sus familias, y a todo el que se mostrase indiferente a la realidad.

¿La solución?: entregarles a chicas y muchachos un bebé robot un muñeco de caucho, con un software instalado, que simula la textura, la talla y el peso de un recién nacido, para que los cuidaran, a   tiempo completo, durante un fin de semana.   Sin mediaciones ni ayudas de terceros, las «madres » y «padres » de octavo grado pudieron comprobar que nunca habí­an vivido una experiencia tan extenuante como la de cuidar a un niño pequeño.

Bebés robots en Colombia
(Foto tomada de Internet)

«Estoy tan cansada que solo quiero llorar »; «Ha sido horrible, ¡horrible! »; «Tendré hijos a los 30 »; «No estoy lista para esto », son algunos de los comentarios comunes cuando finaliza el ejercicio, que se ha aplicado con éxito en 89 paí­ses.

Los bebés robots lloran desconsoladamente y alertan cuando necesitan que se les alimente, les cambien el pañal o se les acomode. Es decir, demandan atención constante, tal y como sucede en la práctica real. Los «abuelos » aplauden la iniciativa, y la alcaldí­a de Caldas informó que, en lo transcurrido del 2019, se registró una disminución importante de embarazos y, por tanto, de abortos inducidos en condiciones clandestinas e insalubres. Amén de que no pueden basar el trabajo preventivo en este único frente, sí­ reconocen su efectividad: las vivencias suelen ser más poderosas que cualquier palabra disuasiva.

La ONU pretende extender los simuladores a otras naciones de América Latina y el Caribe, considerada, después de ífrica, como la segunda región del mundo con mayores registros anuales de embarazos en la adolescencia.

Sexo al Derecho

La Manada
La Manada fue finalmente enjuiciada, tres años después de la atroz violación. (Foto tomada de Internet)

El 7 de julio de 2016, mientras se celebraban las populares fiestas de San Fermí­n en la ciudad de Pamplona, al norte de España, cinco amigos de entre 25 y 29 años de edad, condujeron a una chica madrileña de 18 años ebria y desorientada hasta un portal a oscuras y alejado de las principales ví­as de acceso.

Acorralada, la desnudaron, la penetraron por ví­a anal, vaginal y bucal, cada cual grabó la escena en sus teléfonos, robaron el de ella para que no pudiera pedir auxilio, y la abandonaron luego, semiconsciente, y sin la seguridad de que sobreviviera a la brutal embestida. Sobre las 3:30 de la madrugada pudo sostenerse en pie y salió a la calle. En posición fetal, sobre el asfalto, llorando y adolorida, la encontró una pareja que, de inmediato, la trasladó a un hospital. Menos de un mes después, los cinco de La Manada, como se hací­an llamar, fueron apresados y puestos a disposición de la justicia.

Sin embargo, para ira de todos, los abogados defensores sostuvieron que no se trataba de un caso de violación, sino de abuso sexual, ya que las grabaciones mostraban a la muchacha en actitud sumisa, sin oponerse con violencia a sus agresores. O sea, que el comprensible acto de obedecer,   porque serí­a impensable escapar con vida de cinco hombres jóvenes y fuertes, se tergiversó en una retorcida orgí­a que los libró de la pena de 22 años y 10 meses, propuesta inicialmente por la Fiscalí­a. La Manada fue sentenciada entonces a nueve años de cárcel, pero en junio de 2018 lograron que se les concediera la libertad provisional bajo fianza. La chica ultrajada, ví­ctima de estrés postraumático e incapaz hasta hoy de darse a conocer públicamente, quedó minimizada a poco menos que nada.

Miles de manifestantes salieron entonces a las calles de las principales ciudades para reivindicar los derechos de esta muchacha sin rostro, pero cuya historia caló el alma de la nación. «No es abuso, es violación » y «Yo sí­ te creo », fueron las consignas viralizadas en las redes sociales y en los medios tradicionales de comunicación. Finalmente, el Tribunal  Supremo español reabrió el caso al considerar incorrecta la calificación jurí­dica de las dos sentencias anteriores, y elevó la condena de La Manada, el pasado 21 de junio, a 15 años de privación de libertad. Casi tres años después, reconocieron que sí­ hubo un delito continuado de violación.

El de La Manada ya resulta uno de los procesos más polémicos y mediáticos en la historia judicial de España. Según las estadí­sticas   oficiales de ese paí­s, solo entre el 17% y el 20%   de las ví­ctimas de abusos sexuales denuncian a sus agresores, lo cual ha vigorizado una cultura de por sí­ machista, patriarcal y vejatoria con las mujeres.          

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