Un sueño de 25 años

La Casita Infantil «Amiguitos de la Ciencia» surgió en el perí­odo especial para brindar ayuda a las madres trabajadoras de la Universidad de Ciencias Médicas.

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Casita Infantil «Amiguitos de la Ciencia», Ciencias Médicas, Santa Clara
Los infantes cada mañana realizan ejercicios como parte de su rutina en la Casita Infantil «Amiguitos de la Ciencia». (Foto: Laura Seco Pacheco)
Laura Seco Pacheco
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07 Marzo 2019

Este 7 de marzo se cumplieron 25 años de la creación de la Casita Infantil «Amiguitos de la Ciencia », centro que ha apoyado el desempeño de las madres trabajadoras de la Universidad de Ciencias Médicas.

En el acto, realizado en la mañana de este jueves, se reunieron fundadores, padres y niños de aquel entonces, para celebrar junto a las nuevas generaciones los logros de la institución que tanto ha hecho en la formación de los más pequeños.

El momento fue propicio para agasajar a Marí­a del Carmen González Caballero, primera administradora del centro, Isabel del Sol González, elaboradora de alimentos y a las seños Mileidys Escamillo Gutiérrez y Leticia Dí­az Paret.

Esta última actual directora del lugar, recuerda que la casita fue creada por la necesidad de cí­rculos infantiles en el momento del perí­odo especial. «Ha sido un trabajo muy duro porque con niños siempre es difí­cil, requiere de mucho amor y mucho sacrificio, pero vale la pena ».

Otras de las reconocidas en la actividad fue Isabel Mederos Ruiz, psicóloga de la universidad y primera madre en obtener la plaza para su hija, quien actualmente es especialista en Nefrologí­a, la doctora Elizabeth Dí­az Mederos.

«Para mí­ es una satisfacción en el dí­a de hoy encontrarme con trabajadores que hací­a muchos años no veí­a, con niños de aquella época que ya son hombres, mujeres graduados y ver que todaví­a permanece en nuestro centro un lugar que nos ayudó tanto estos años a realizar nuestras labores »comentó Mederos Ruiz.

Para esta doctora, la creación del centro la apoyó en su desempeño como madre y trabajadora. «En aquel momento no tení­a quién me cuidara a la niña, tení­a que trabajar, y ver que se proyectó en crear un lugar con ese fin, para mí­ fue una ayuda inestimable y necesaria ».  

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