
No olvido que «todavía estamos en pañales », frase extraída de la lectura de materiales que abordaron la Revolución de los Rendimientos, empeño trazado para la fundación de la Empresa Agropecuaria Valle del Yabú, entonces con menos tierra y estructuras productivas, tecnificación ni sistemas de riego y canales como los existentes en la actualidad.

Lo dijo Arnaldo Milián Castro, primer secretario del Partido en la antigua provincia de Las Villas, cuando diseñó, desde los impulsos de la ciencia y la técnica, líneas de desarrollo para el fomento de una disciplina tecnológica que tuviera en cuenta el contexto del autoabastecimiento de alimentos, y augurara la socorrida sustitución de importaciones y las posibilidades de copar mercados foráneos.
Al parecer llegó la hora de enrumbar más allá de las denominadas ventas en fronteras de vegetales destinados a instalaciones hoteleras del centro del país, como desde hace años hacen, a partir primero de lo que fue Agrotur y luego la casa comercial en la entidad.

Los saltos productivos y los volúmenes de cosechas, así como las condiciones creadas en casas de cultivos tapados comienzan a dar impulso a lo que prevén convertir en un polo exportador agrícola, muy diferente de los convenios que hubo antes con el extinto campo socialista europeo. Aquello era pimiento, y mucho pimiento de calidad, salido casi siempre de los campos de Manacas, en Santo Domingo.
Según notas de prensa, durante el primer trimestre saldrán de las casas de cultivos de esa Unidad Empresarial de Base del Yabú unas 14 toneladas de pimientos contratadas con el exigente mercado canadiense. Durante una visita reciente a esas instalaciones no dialogué sobre el tema con directivos.
En cambio, trabajadores del lugar, apegados a la tierra y a las siembras en fomento-producción, ofrecieron sus impresiones y, al menos, se tuvo una apreciación cercana al ámbito de las cosechas de los primeros despuntes de tomate y pimiento el pepino está aún en floración en las 36 casas protegidas que allí abundan en propagación de cultivos.
Eso permitirá al país, y también a la entidad, ingresos monetarios para otras inversiones tecnológicas, y la empresa socialista se robustecerá con «la licencia de exportación e importación », que podría llegar a obtener, según las condiciones apreciadas por Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura en reciente visita a la entidad.
Casa adentro

Desde 2006 comenzaron a levantarse las primeras casas de cultivos tapados de hortalizas y vegetales en el Yabú, mientras en sus cercanías existen 192 cámaras para siembras semiprotegidas, dijo Pablo Alberto Cásares Yera, especialista en agrotecnia y comercial, con más de una década de labor en esas áreas.
Hasta el presente, indicó, todo quedó en el ámbito del turismo en fronteras, que dejaba solvencia económica para el centro y el salario de los 64 trabajadores que asumen diferentes desempeños en el colectivo. El inicio de la campaña de frío, a partir de septiembre, los resultados que ya se obtienen en las 36 casas de cultivos de pimiento, tomate y pepino, así como las siembras que se promueven allí, amplían las perspectivas para comenzar el camino de la exportación durante unos siete meses, período adecuado para los ciclos de producción.
Un trabajador atiende indistintamente tres casas de las 12 casas de 540 metros cuadrados de superficie con que cuentan. En tomate hay cuatro, y similar cifra en pimiento, mientras dos tienen en pepino y adecuan igual cantidad para el último de los cultivos.
Los ingresos económicos de los cosecheros están vinculados a los resultados finales del área, y más del 60 % de las actividades productivas están automatizadas (desde sistemas de irrigación, fertilización hasta de protección fitosanitaria), lo cual aumenta las posibilidades de obtención de mayores rendimientos agrícolas y la calidad de los surtidos en venta por temporada.

En el caso del pimiento, de la variedad Robul, con posturas logradas en el lugar a partir de semillas de importación, se obtienen en total unas 12 toneladas. En la medida en que pasa el primer despunte de recolección, el ritmo de cosecha se incrementa. Regla de la Caridad García López, quien asiste la limpia, conducción, amarre y empale, así como la recogida del fruto en su cultivo protegido, afirma que un ají entre verde-rayón puede llegar hasta una libra de peso.
El producto en su estado verde casi siempre es para ventas en fronteras, mientras el rayón irá al comercio exterior, recalca García López, con cuatro años de experiencia en esas labores de recolección de pimiento cada 12 días en etapas de cosecha.

El tomate, del tipo Squirway, constituye otro de los reglones en fomento-producción, y una casa, según los cálculos al concluir el ciclo productivo de 120 días, deja unas 5 toneladas de cosecha. Ahora Ada López Pérez, una de las agricultoras, recoge los frutos maduros, de unos 250 gramos de peso, todos los lunes y jueves. En octubre se hizo la siembra del cultivo, y en la actualidad hacen la primera recogida. Todos los acopios van ahora a ventas en fronteras, y se prevé incluirlos en la exportación.
Al menos hicieron las muestras para las apreciaciones de los compradores. El pepino, de la variedad de semilla nacional Yak-2005, correrá similar suerte. El fruto, dicen, es parejo y bonito en su crecimiento. Su ciclo productivo es de 100 días, y al mes de floración estará listo para la recogida.
A cielo abierto
El cultivo semiprotegido donde abundan hortalizas en hojas tiene 192 cámaras, y un solo trabajador atiende 24. El área también contribuye a la sustitución de importaciones al estar dirigidas las producciones a ventas en fronteras para el turismo. Allí abunda la habichuela, el quimbombó, el ajo puerro, la espinaca, la lechuga, la remolacha, el rábano, la zanahoria o el cilantro en sus diferentes tipos.

Al cierre de año, en total comercializaron en las modalidades de casas y a cielo abierto unas 428 toneladas de hortalizas, alrededor de 83 por encima del plan, y en ventas obtuvieron un 1 231 508 pesos, cifra que representó un 56,5 % más que lo programado. En tanto el costo de producción registró 0.43 centavos por peso, indicadores económicos que demuestran eficiencia.
Todavía para la exportación hay camino por andar en la adecuación del centro de beneficio de las cosechas, la adquisición de los insumos requeridos, y se deberá incrementar el prestigio en el competitivo y exigente mercado foráneo. Las pautas están marcadas. Durante el año en curso vaticinan ventas por valores ascendentes a los 828 600 pesos, y las comercializaciones en fronteras y el exterior serán cruciales para rebasar esa cuantía y elevar la salud económica de la entidad.
En tanto, el tomate, el pimiento y el pepino llevarán la «voz cantante » en esos resultados, y ahora, cuando se abren otras puertas para las producciones, estos tres cultivos de «batalla », serán determinantes para el empuje que reclama la Agropecuaria del Yabú, empeñada en consolidar resultados productivos. Sin embargo, los atrasos en siembras del período de frío pueden afecetar la variedad y calidad de los cultivos requeridos para abastecer al pueblo.
Junto a las inversiones ejecutadas allí maquinarias, sistemas de riego y electrificación, se necesita completar la fuerza de trabajo todavía deficitaria, y recuperar las extensiones de suelos inexplorados y contaminados de malezas, Serán pasos decisivos en los propósitos que siempre se desearon medio siglo atrás.