
El montaje de la conductora que va de la presa Palmarito al tanque de agua de la Autopista, en Santa Clara, inversión que permitirá limitar pérdidas y la explotación eficiente de equipos de bombeo, concluirá en breve y mejorará el surtido del líquido a la población, se conoció en el balance anual de Acueducto y Alcantarillado en la central provincia cubana.
En el territorio se acometen otras inversiones que paliarán las dificultades actuales en los abastos y se vinculan con la ejecución, un tiempo atrás, del anillo de la Circunvalación, así como con las rehabilitaciones de las plantas potabilizadoras de Ochoíta y Bayoya, ubicadas en la periferia de la ciudad, proceso que beneficia la calidad y estabilidad de los suministros.

Julio César Amores Hernández, director de la entidad, destacó que esos trabajos, junto a otros que se realizan en diferentes partes de la provincia, incluyen también los sistemas de Hanabanilla y Minerva abastecedores al igual que Ochoíta y Palmarito de Santa Clara; también, la colocación de tuberías de polietileno de alta densidad (PEAD), la sustitución de válvulas para evitar pérdidas de agua, uno de los mayores problemas en las áreas de mantenimiento, y el embellecimiento y efectividad en los centros de bombeo y otras instalaciones del sector.
Durante el período se trabajó en conductoras de Caibarién, Mataguá, Sagua la Grande, Vueltas y Rodrigo, mientras se discutieron los casos críticos de Placetas y Camajuaní, con sistemas y fuentes deprimidas, lugares donde se buscan soluciones paliativas, al tiempo que mejorarán redes en Manicaragua y está en proyecto un estudio en Santo Domingo para ampliar envíos de agua al acueducto urbano.
A pesar de las inversiones, todavía queda camino por andar para satisfacer las necesidades, en tanto se conoció que la demanda del recurso natural rebasó el 90 % de las necesidades, período en el cual se suprimieron 10 371 salideros. No obstante, se reclama mayor enfrentamiento a ilegalidades que dañan conductoras y redes, que, en última instancia, repercuten en el servicio que se brinda.
Las cuentas por cobrar, según el informe que presentó Arasays Caetano, directora adjunta de la entidad, no marchan bien, y al cierre de diciembre dejan de ingresar por ese concepto más de 2 402 000 pesos. Un 31.3 % corresponde al sector residencial, con mayor incidencia en Santa Clara, Placetas, Manicaragua y Camajuaní, situación que según Juan Carlos Valdés Recio, miembro del Buró Provincial del Partido, precisa de organización de los recursos materiales y humanos, así como de planificación y control financiero.
Las cifras demuestran que «solo el 60 % del agua que se bombea se cobra, y así no puede trabajar una empresa que incide de manera directa en la población, y que reclama ingresos para acometer inversiones, el pago de energía eléctrica y las formas de revertir los gastos », añadió Amores Hernández.
No obstante, la potabilidad del agua está por encima del 98.4 %, según las certificaciones del Ministerio de Salud Pública (Minsap) con pruebas de calibración de cloro residual y el consumo de productos químicos.
También Valdés Recio llamó a atender los grupos electrógenos, como está reglamentado, dispuestos en las estaciones de bombeo y otras instalaciones, ya que la entidad cuenta con algunos equipos averiados en sus respectivos emplazamientos.

En ventas totales se logró el 88,5 %, mientras los ingresos también rondan esa cuantía, recoge el informe. Ahí se detalla, además, la inestabilidad de la evacuación de fosas por roturas de carros especializados y carencia de combustible. El año cerró en ese indicador al 89,2 % de cumplimiento y su efectividad se prolongó por encima de los 12 días, hecho que, junto a vertimientos de residuales de fosas y lagunas sin ningún tratamiento, atenta contra el mejoramiento higiénico-sanitario de la población y las municipalidades.
Durante el actual año, según las estrategias de trabajo, en Acueducto y Alcantarillado laborarán en el análisis de la productividad del agua bombeada, así como en el diagnóstico y mantenimiento de redes y conductoras para atenuar las pérdidas del líquido y elevar la calidad de los servicios.
También prevén la instalación de metrocontadores en el ciento por ciento de las viviendas donde la población consume agua tratada en ruta directa de las conductoras y a la entrada de las cisternas de edificios multifamiliares de la provincia, acciones que facilitarán la evaluación de la productividad de los abastos.
De igual manera insistirán en la potabilidad del agua certificada, y crearán las condiciones para la colocación de caudalímetros instrumento de medida del caudal o gasto volumétrico de un fluido en salidas de fuentes de abasto y entrada a las redes de distribución.