El campismo Presa Minerva es un lugar de descanso ideal para muchas personas, que de año en año repiten satisfechos por el confort que allí encuentran y las atenciones que reciben.
Apenas lo separan unas decenas de kilómetros del bullicio citadino, pero en dicho lugar todo es sosiego, solo perturbado por el canto de los pájaros; en especial del tocororo, nuestra ave nacional, que revolotea por los bosques de sabana y emite su inconfundible canto, que le da nombre.
Heriberto Portal Bello, director de la Base de Campismo Presa Minerva, desde hace cuatro años, revela con orgullo que su institución ha sido escogida entre las mejores de Villa Clara en las últimas temporadas.
«Aquí funcionó un centro de aislamiento para sospechosos de la COVID-19 y llegamos a tener a 425 pacientes. Pero luego, los 44 trabajadores, nos dedicamos de manera intensiva a poner a punto nuestra base de campismo, que nos llevó a pintar todas la cabañas, tanto en sus exteriores como interiores, incluidas las literas, y realizar labores de mantenimiento de índole diversa ».
Con la llegada de los vacacionistas, el esfuerzo dio sus frutos y aunque ahora está ocupada al 60 % por las restricciones sanitarias impuestas, sus 58 huéspedes respiran un ambiente de alegría y complacencia, necesario tras largos meses en casa por la pandemia.
Darianna González Camacho y Julio Pedraza Pérez son una pareja que vive en Falcón y vinieron con sus dos hijos pequeños. Interrogados a la entrada del restaurante reconocieron la buena oferta existente y la adopción de todas las medidas higiénicas, lo que les da tranquilidad acerca de la salud de sus hijos y la propia: «Una comida bien elaborada, con la opción de leche fluida para los niños y diferentes juegos de mesa, incluido, la piscina, la oferta más atractiva del campismo, lugar de donde no salen nuestros hijos ».
Son en total ocho cabañas de cuatro huéspedes cada una y cuatro de seis; algunas con aire acondicionado y el resto con buenos ventiladores, recién adquiridos: «Todo está pensado en función del cliente, por eso no son pocos los que retornan año tras año », nos afirmó su director Heriberto Portal, hombre consagrado a su trabajo.
En la despedida queda el deseo de permanecer más tiempo en ese contacto especial del hombre con su entorno natural.