
En Villa Clara, como en toda Cuba, el personal de la Salud ha tenido una actitud digna de la mayor admiración, pero eso no minimiza en absoluto la consagración mostrada por los trabajadores del Hospital Universitario Celestino Hernández Robau, de Santa Clara, quienes atendieron a 333 sospechosos de la COVID-19 de ellos, 91 fueron casos confirmados sin abandonar ni un minuto a sus pacientes oncológicos ni perder la profesionalidad que caracteriza a los 1036 trabajadores que laboran en la reconocida institución de Salud villaclareña.
Para el Dr. Manuel Toboso Alcántara, director del centro, los días de la COVID-19 fueron de trabajo muy intenso, con muy pocas horas de sueño y el desasosiego de enfrentar una enfermedad desconocida y a riesgo de contraerla ellos mismos.

Pero, nunca los médicos ni el personal de enfermería y de otras áreas clave perdieron la confianza en que podían salir adelante y vencer al letal nuevo coronavirus. Incluso, en aquellos momentos en que Villa Clara tenía una alta tasa de incidencia de la pandemia y el número de casos sobrepasó la capacidad de camas del Hospital Militar Comandante Manuel Fajardo.
La Dra. Fedora Peñate, subdirectora de Asistencia Médica, no olvida aquellas extenuantes jornadas, que iniciaban al filo de la madrugada y todavía pasadas las 11:00 de la noche permanecían en el hospital. Mucho más en su caso, pues representó a la institución en cada Consejo de Defensa Provincial, que a diario se realizaba a las 6:30 a.m., pero antes debía pasar por el hospital para obtener la información más actualizada.

La misma doctora Fedora que unas horas después organizaba el sistema de trabajo de todo el personal médico y de enfermería del hospital y daba las consultas a sus pacientes oncológicos.
Por suerte, esos días en que una parte estaba aislada y la otra recibía pacientes oncológicos pasaron ya para el «Celestino Hernández Robau », conocido todavía por muchos como Hospital Viejo. Ahora retorna a una nueva normalidad, con las medidas higiénico-sanitarias propias de la primera etapa de la fase pos-COVID y el respeto estricto del distanciamiento físico.

También reasumen, como cada año por estos meses, el ingreso de los pacientes presuntivos de dengue o con patologías respiratorias que los hacen vulnerables. Para ello tienen disponibles 26 camas, a las cuales se sumarán otras 36, con la entrada del personal de enfermería que se reincorpora tras cumplir los plazos de aislamiento pos-COVID.


Igualmente, como hospital que atiende a pacientes oncológicos de la región central, cada día recibe enfermos de Cienfuegos y Sancti Spíritus, y hasta de Ciego de ívila y Camagí¼ey, para la braquiterapia.
Recorriendo el hospital pudimos visitar el laboratorio donde se realizan los análisis complementarios y también la Sala 3, que atiende a pacientes con diversas patologías de medicina interna, como la diabetes y las insuficiencias cardíacas, entre otras. Allí pudimos observar el eficiente trabajo de la Dra. Liset Rojas Fariñas, jefa de Servicios de Medicina Interna y especialista de primer grado.
Finalmente estuvimos en el local donde los pacientes reciben la quimioterapia, un lugar que impresiona, tanto por lo que allí sucede como por la calidad humana y el amor que muestra su personal hacia los enfermos.
Y es que realmente el «Celestino Hernández Robau » ganó la medalla olímpica del altruismo y el amor al prójimo, y, de seguro, cada noche muchos villaclareños dedican sus aplausos a esos consagrados trabajadores. Ese aplauso por la vida que bien merecen.