«Estar en cuarentena por la COVID-19 parece fácil, se trata solo de quedarse en casa. Así pensarán muchos, aunque la realidad resulta completamente distinta. No poder salir es la parte sencilla. Racionar los alimentos que tienes, de conjunto con los que entregan los activistas, se vuelve complicado, pues se sabe cuándo inicia, pero no cuándo termina el confinamiento.
«Cada día ves que las guaguas recogen a vecinos con síntomas. Mañana te puede tocar a ti. La situación se complejiza más por el hecho de que todavía hay quienes no tienen conciencia de la situación actual y ponen a todos en riesgo.
«Vivir una cuarentena es difícil, mas también necesario. No existe otra forma ciento por ciento efectiva de frenar el contagio, y depende de nosotros proteger a nuestros seres queridos ». Así resume su experiencia el sagí¼ero Julio Ernesto Bello Torres, perteneciente a la recién cerrada cuarentena número 7 del consejo popular Coco Solo-Pueblo Nuevo, en la Villa del Undoso. Como él, otros viven momentos de tensión en las 14 áreas con más de 2000 viviendas que, delimitadas por cintas amarillas, le dan batalla al virus.
Según información ofrecida por Leanet Hernández, directora de la Unidad de Higiene y Epidemiología del municipio, en el territorio se registran, desde el inicio de la pandemia, más de 400 casos positivos a la COVID-19. Solamente en el mes de junio se reportaron 338 casos; de ellos, en los últimos 15 días, 273, para una tasa de incidencia de 514.21 por cada 100 000 habitantes.
«Nunca antes experimentamos una situación así. La alta transmisibilidad nos llevó a tomar estas medidas de confinamiento », aseguró el intendente municipal, Omar Rodríguez Martínez, quien aclaró, en la reunión organizativa con los responsables de las cuarentenas, que hacia el interior de cada zona delimitada existen activistas para suplir las necesidades de la población. También están los puestos de Salud para cualquier contingencia, y se revisa, estrictamente, por parte de los organizadores y los oficiales del Minint, el movimiento del personal imprescindible.
«Esta es la segunda vez que paso por la experiencia de vivir dentro de una cuarentena, y como trabajo en el sector de Salud, en cada una de ellas he colaborado con la pesquisa », declara Irania Hernández de la Cruz, madre de tres niños que, aunque pequeños, están conscientes de la necesidad de este sacrificio y colaboran más que muchos adultos irresponsables.
«Pienso que si ellos saben que resulta vital estar trancaditos un tiempo, las demás personas deben crear conciencia. Hay mucha indisciplina aún en las calles, en los barrios. Las personas no acaban de ver claramente que esta enfermedad destruye y mata ».
«Queda gente caprichosa todavía », dice María de Jesús Balmaseda Domínguez, activista de la zona 7 de cuarentena. «Voy a hablar claro. Hubo mucha indisciplina. Teníamos que estar el día entero llamándoles la atención. Hacían caso por cansancio. Me siento orgullosa de poder ayudar a mis vecinos, a la comunidad y a mí misma ».
Quienes se encuentran dentro de las zonas de cuarentena en Sagua la Grande tienen asegurados los servicios básicos que necesitan.
Osmay Ortega Dueñas, jefe del Programa de Promoción y Prevención de Enfermedades en la Sectorial de Salud en el municipio, refiere que se garantiza, en primer lugar, la pesquisa del 100 % de la población dos veces al día
«En estas áreas se refuerza en busca de sintomatologías susceptibles a la COVID-19 », precisó.
También se asegura la asistencia médica a embarazadas o lactantes que requieran de seguimiento, enfermos con tratamientos oncológicos o de nefrología, niños con turnos médicos especiales o que deben vacunarse.
«Ha sido complejo. Resulta difícil habituarse al confinamiento. El día transcurre de una forma tan lenta. Sin embargo, tenemos un gran brote. Incluso, en lo que va de año el volumen de contagiados es superior al del 2020 y el acumulado se triplica. Entonces, se impone que las personas, en el interior de las cuarentenas y fuera de ellas, no escondan síntomas y los informen de manera oportuna para evitar desenlaces fatales », agregó Osmay Ortega Dueñas.
El día a día del pan nuestro
Según explica Yunier Cobo Horta, coordinador de Programas y objetivos del Gobierno municipal: «Desde que impusimos las primeras 13 cuarentenas, hemos entregado módulos de comida con viandas, proteínas, confituras... Los trabajadores por cuenta propia se sumaron a la elaboración y entrega de alimentos.
«Lo del diario está bien ordenado. Dígase el pan, la leche, que a veces es lo que más preocupa ».
Ahora se abrieron dos áreas de cuarentena más grandes y más complejas: los repartos 26 de Julio y Lily.
«Contamos con el levantamiento de la población de esos dos lugares y los residentes deben confiar en que los encargados nos aseguraremos de que les llegue todo lo necesario », añadió Cobo Horta.
Según datos ofrecidos por la máster Noemí Peraza Mederos, directora de Educación y al frente de las áreas de cuarentena por el Consejo de Defensa Municipal, en el reparto 26 de Julio mantienen a más de 3133 personas confinadas. En el caso del Lily, unas 216 viviendas están en total restricción de movimiento.
Lo importante es la vida
En Sagua la Grande, un mensaje se difunde: 15 días por la vida, por la salud, para que el lugar regrese a la estabilidad epidemiológica. Los pobladores desean volver a esa especie de burbuja protectora que los mantuvo libres del nuevo coronavirus durante casi ocho meses.
Boris Díaz Abrahantes, primer secretario del Partido Comunista en la Villa del Undoso, declaró: «A raíz de lo que sucede en el municipio por la alta transmisibilidad de la COVID-19, nos trazamos una meta: 15 días por la vida. Desde lo comunicacional deseamos transmitir un mensaje. En dos semanas, todos aislados, en casa, con el mínimo indispensable de los servicios vitales en funcionamiento, podremos disminuir la cantidad de casos y establecer un control de la pandemia ».
Ahora, Sagua muestra una imagen de soledad nunca antes vista por estas tierras de personas acostumbradas al compadreo, extremadamente amistosas, visitadoras. La bicentenaria ciudad se torna apacible. Solo el bullicio de alguna que otra sirena de ambulancia rompe la quietud. Hoy, la Villa del Undoso respira entrecortada; pero resiste, impasible, su confinamiento por la vida.