Luis Orlando León Carpio
Luis Orlando León Carpio
@leon_luiso
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29 Octubre 2015

En un futuro no muy lejano, ningún graduado universitario cubano verá el inglés desde la óptica del Tom is a boy and Mary is a girl. Al menos es lo que pretende el Ministerio de Educación Superior (MES) y sus decenas de especialistas de todo el paí­s, que ahora mismo trabajan en una estrategia para garantizar profesionales con elevadas competencias lingí¼í­sticas.

Muchos, sin embargo, miraron con escepticismo las declaraciones del Dr. Rodolfo Alarcón Ortiz, ministro de Educación Superior, respecto a que pronto el idioma inglés devendrí­a requisito indispensable para alcanzar el tí­tulo universitario, pero quitándolo de los planes curriculares de todas las carreras.

Ensñanza del Inglés en la Educación SuperiorA partir del curso venidero, las universidades cubanas asumirán la aplicación de una nueva estrategia para el idioma inglés, con el objetivo de elevar la calidad de los graduados en Cuba. (Foto: Yariel Valdés González)

Según el documento para el Consejo de Dirección del MES, de noviembre de 2013, esta decisión se justifica, entre otras cuestiones, por la baja preparación que los estudiantes traen de enseñanzas precedentes y la poca importancia que las Comisiones Nacionales de Carrera le han dado al dominio del inglés en el pregrado. Ello obligó a replantearse una estrategia para cambiar dicha situación en los egresados universitarios cubanos de hoy.

La decisión es un hecho sin marcha atrás. Eso sí­, se implementará de forma paulatina, a medida que las condiciones profesionales e infraestructurales vayan tomando cuerpo.

Vanguardia se abre paso en este camino que emprenden nuestras casas de altos estudios para explicar a los lectores el cómo, cuándo y dónde de esta estrategia que delinean nuestros académicos.

En 2016, ¿se rompe el corojo?

Hubo que esperar al 2014 para validar cientí­ficamente lo que de manera hipotética muchos sabí­an: los estudiantes universitarios ingresan a sus carreras con pobre conocimiento del inglés. Fue la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV) la que se aventuró a realizar el primer pilotaje para medir los verdaderos niveles de dominio de ese idioma que presentaban los alumnos de primer año en dos licenciaturas especí­ficas: Contabilidad y Turismo. (Muestra seleccionada a partir de las diferencias del fondo de horas-clase de la asignatura Inglés).

En Contabilidad con menor cantidad de fondo de tiempo en el horario, de 36 estudiantes, 29 estaban por debajo del nivel básico del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER), estándar internacional que Cuba opta por seguir. En cambio, en Turismo, de 43 estudiantes, 14 calificaron en el nivel básico, y 13, en el intermedio.

«A partir de ese diagnóstico, la UCLV ha encabezado los proyectos para la aplicación de la nueva estrategia a nivel de paí­s. Por ello, se realizaron dos talleres nacionales que permitieron socializar los resultados del pilotaje. Este estudio también posibilitó desarrollar un Proyecto de Evaluación de Lenguas », refiere el Lic. Ernesto Sardaí­n Pérez, profesor del Departamento de Lengua Inglesa en dicha institución.

Y agregó: «Las personas se preguntarán por qué entonces la medida tan drástica de quitar la asignatura de la malla curricular. Se hace debido al reducido número de horas clase de Inglés, que limitaba el verdadero desarrollo de competencias comunicativas. A partir de entonces, para todas las carreras estarí­an disponibles cursos intensivos de, al menos, 64 horas ».

Los dí­as 11, 12 y 13 de noviembre próximo las universidades cubanas, de manera simultánea, estarán inmersas en un segundo pilotaje nacional. Una prueba diagnóstico para estudiantes de primer año de todas las carreras.

Al decir de la máster Ivis González Pereira, decana de la Facultad de Humanidades, en la UCLV serán 311 alumnos los que se enfrentarán al examen oral y escrito. Dicha prueba diagnóstico pretende, además de obtener una medición objetiva de la preparación de los estudiantes, evaluar cómo aplicar en el futuro el examen, su rigor y los niveles de satisfacción. Los resultados ayudarán a determinar las condiciones reales para la aplicación de la estrategia en el curso 2016-2017.

Dos decisiones sí­ están tomadas: el Inglés no existirá como una asignatura curricular, y el estudiante universitario que estrenó la estrategia en primer año, al llegar a cuarto se enfrentará a una prueba como requisito de graduación. Allí­ se medirán sus niveles del idioma, acorde con el ya mencionado MCER, como garante para alcanzar los estándares internacionales.

Ernesto Sardaí­n Pérez aclara: «Inglés se va del currí­culo como asignatura, pero no de la universidad. La idea es crear Centros de Lengua y Aulas de Autoacceso, con el objetivo de que el estudiante acuda para recibir clases que le garanticen el ejercicio de las habilidades de expresión oral, lectura, escritura y comprensión auditiva según los parámetros del MCER ».

Aclarando dudas

¿Cómo sabrá el estudiante su nivel de inglés y adónde dirigirse?

Cuando comiencen su carrera, todos los alumnos se someterán a un examen de ubicación de niveles. Luego serán clasificados de acuerdo con el nivel que se les diagnostique. Pretendemos que haya heterogeneidad en cada grupo.

¿Eso quiere decir que la Universidad tiene la obligación de garantizarle todos los recursos al estudiante para su preparación?

Sí­, pero él tiene la facultad de elegir si se acoge o no a ello. Se le facilitarán una serie de recursos informáticos que ayuden a la formación autodidacta, aunque el estudiante tendrá autonomí­a para gestionarse su conocimiento de la manera que mejor le convenga, siempre y cuando llegue a los niveles de dominio de la lengua que se le exigirán.

El idioma inglés no le gusta a todo el mundo...

Cierto, pero dominarlo es una necesidad para cualquier profesional universitario. Más allá de los vací­os que han arrastrado por años y las carencias idiomáticas que de momento pueden jugarle una mala pasada, para egresar tiene que llegar al mismo nivel que exigen los diplomas del MCER. Por tanto, se trabajará por lograr una equiparación internacional de la titulación de inglés que ofrezcan las universidades cubanas.

Opiniones

Alarmados se sintieron todos los estudiantes al conocer la noticia de la nueva estrategia, pero, al menos los inquiridos por Vanguardia dijeron tener detalles unos mejor, otros no tanto respecto a las medidas que se aplicarán en el futuro, aunque no fueran para ellos. « ¡Por suerte! », exclamaron.

Opiniones encontradas ofrecieron tres alumnos de primer año de Licenciatura en Letras de la propia UCLV. Yanaysa Acosta Castañeda mostró cierta negativa, pues en la lista de sus pasiones, el inglés aún no encuentra espacio, aunque reconoció que le brindará mayores horizontes profesionales.

En cambio, sus compañeras Marí­a Ester Hernández Hernández y Sabrina López del Rí­o expresaron que se sentirí­an muy a gusto con un curso intensivo de Inglés que les garantizara la preparación que no recibieron en etapas anteriores. «Nos fascina dicen, pero debemos reconocer que no tenemos dominio del idioma ».

También hubo criterios divididos entre los consultados del claustro universitario. No todos la asumieron como el Dr. Oscar Martí­nez Santiago, de la Facultad de Quí­mica y Farmacia, quien aplaude la medida como medio necesario para suplir las carencias existentes en los claustros, sobre todo en aquellas carreras donde mucha de la bibliografí­a básica está en ese idioma.

El Lic. Diuvel Ernesto Martí­n Dí­az, profesor del Departamento de Extensión Universitaria, observa el asunto con recelo. Según su criterio, una vez que ya no exista Inglés como asignatura del plan de estudios, será una carga más para el tiempo libre del alumno. De igual manera especula la máster Lí­dice Pascual Expósito, profesora del Departamento de Sociologí­a, quien termina por afirmar que lo ideal serí­a mantener el Inglés dentro del currí­culo.

Lo cierto es que, a partir del curso venidero, las universidades cubanas asumirán la aplicación de una nueva estrategia para el idioma inglés, con el objetivo de elevar la calidad de los graduados en Cuba. Expectativas y cuestionamientos aparte, el Ministerio de Educación Superior lo asume como un reto necesario para atemperarse a los nuevos contextos y exigencias del mundo contemporáneo.

NIVELES DEL MARCO COMíšN EUROPEO DE REFERENCIA PARA LAS LENGUAS (MCER)

El MCER forma parte esencial del proyecto general de polí­tica lingí¼í­stica del Consejo de Europa para la unificación de directrices para el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de lenguas, y su prestigio lo avala como uno de los más utilizados a nivel internacional.

                                      Usuario Competente

C-2: Comprende con facilidad casi todo lo que oye o lee.

Reconstruye coherentemente la información y los argumentos procedentes de diversas fuentes, habladas o escritas, de manera coherente y resumida.

Puede expresarse con gran fluidez y precisión, que le permite diferenciar pequeños matices de significado, incluso en situaciones de mayor complejidad.

C-1: Comprende una amplia variedad de textos extensos y reconoce en ellos sentidos implí­citos. Sabe expresarse con fluidez y espontaneidad sin mucho esfuerzo para encontrar la expresión adecuada. Puede hacer un uso flexible y efectivo del idioma para fines sociales, académicos y profesionales.

Puede producir textos claros, bien estructurados y detallados sobre temas de cierta complejidad.

                                       Usuario Independiente

B-2: Entiende las ideas principales de textos complejos, siempre que estén dentro de su campo de especialización. Puede relacionarse con hablantes nativos con grado suficiente de fluidez y naturalidad, de modo que la comunicación se realice sin esfuerzo por parte de los interlocutores. Puede producir textos claros y detallados sobre temas diversos.

B-1: Comprende los puntos principales de textos claros y en lengua estándar si tratan sobre cuestiones que le son conocidas. Es capaz de producir textos sencillos y coherentes sobre temas que le son familiares o de su interés personal.

                                             Usuario Básico

A-2: Comprende frases y expresiones de uso frecuente relacionadas con información básica sobre sí­ mismo y su familia, compras, lugares de interés, ocupaciones, etc. Sabe comunicarse a la hora de llevar a cabo tareas simples y cotidianas que no requieran más que intercambios sencillos y directos.

A-1: Comprende y utiliza expresiones cotidianas de uso muy frecuente, así­ como frases sencillas destinadas a satisfacer necesidades de tipo inmediato. Puede presentarse a sí­ mismo y a otros, pedir y dar información personal básica sobre su domicilio, sus pertenencias y las personas que conoce. Puede relacionarse de forma elemental siempre que su interlocutor hable despacio y con claridad, y esté dispuesto a cooperar.

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