Las dos caras de Lorenzo Lunar: de la ficción a la crí­tica

Lorenzo Lunar, presidente de honor de la presente Feria Internacional del Libro en Villa Clara, indaga en los terrenos de la crí­tica literaria con su libro El que a hierro mata.

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Yinet Jiménez Hernández
Yinet Jiménez Hernández
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07 Abril 2019

Para nadie es secreto que, en literatura, Lorenzo Lunar ande detrás del barrio marginal, del crimen rojo, del policí­aco de núcleo duro, un género no pocas veces subestimado en el mundo editorial cubano. La saga de «casos » que ha debido echarse al hombro como detective incluye novelas y cuentos, ganadores de importantes lauros en concursos de primera lí­nea.

Lorenzo Lunar Cardero, escritor de Villa Clara y presidente de honor de la Feria Internacional del Libro Villa Clara 2019
Lorenzo Lunar Cardedo, presidente de honor de la presente Feria Internacional del Libro en Villa Clara.  (Foto: Tomada de Trabajadores)

Pero esta vez, como una suerte de crí­tico de sus contemporáneos, Lunar ha preferido hacer «historiografí­a literaria », para ofrecer una visión global de la novela negra en Cuba. El que a hierro mata constituye un termómetro del neopolicial iberoamericano, una reflexión profunda sobre las causas de auge y decadencia del género.  

Me imagino que ha de ser difí­cil ser crí­tico y escritor, juez y parte. Pero en su caso, ¿por qué hacerlo? ¿No cree que esa ambivalencia pueda falsear la visión objetiva de un estudioso?

Adentrarse en el terreno de la crí­tica fue una necesidad, porque desde la generación de los 80 escasea en la literatura cubana. Por ejemplo, ¿quiénes han escrito a historia de la cuentí­stica? Un grupo de autores que han tenido que asumir el estudio del fenómeno del que son parte.

«Me percaté de que nadie estaba estudiando el policial y seguí­ ese concepto, esa huella. Tal vez me vi impulsado por el hecho de nosotros, los escritores, siempre nos hemos pedido opiniones sobre las obras que escribimos. »

En esa indagación, muchas han sido las lagunas encontradas. Didactismo extremo. Dogmatismo e ideologización polí­ticos. El ignorar formas de la narrativa contemporánea nacional y mundial. En fin, diferentes traiciones a los principios literarios fueron solo algunos de los aspectos que, décadas atrás, declararon en estado de sitio la narrativa policial en este paí­s.  

Lorenzo Lunar, ¿cómo usted evalúa su salud de la novela o el cuento negros en la isla? ¿Acaso estamos en presencia de un «ocaso »?

Un dí­a un poeta me hací­a esa misma pregunta y yo le dije: «dime las novelas policiales que tú consideres malas y yo te voy a responder con un libro de poesí­a malo que se esté publicando en este momento. Seguramente, voy a ganar la pelea.

«Así­ sucede en todas las artes: hay quien disfruta un tipo de música y no otra. Creo que es una cuestión perceptiva, de gusto. Es verdad que la literatura policial en Cuba tiene zonas bajas. Pero, también, buenos escritores escriben su obra y la publican dentro y fuera de la geografí­a nacional, más allá de los nombres de Padura y Chavarrí­a. Podrí­amos mencionar a Amir Valle; Guillermo Rodrí­guez Rivera y Luis Rogelio Nogueras, que juntos escribieron El cuarto cí­rculo, y de este último Y si muero mañana, una excelente novela del contraespionaje. Se suman Juan íngel Cardí­, con una literatura policial humorí­stica muy interesante. Así­, te vas encontrando obras de Rebeca Murga, excelente novelista y cuentista; Marcial Gala, con muy buenas obras publicadas; Mario Brito, que ha incursionado el género desde lo rural, una arista muy interesante y Reinaldo Cañizares, entre otros ».

A propósito del balance genérico, ¿cómo anda nuestro paí­s con respecto a otros núcleos duros de la novela policial en el resto del mundo hispano?

Desde hace mucho tiempo existen cuatro paí­ses cultores de la literatura policial: España, Argentina, México, Colombia y Cuba. Tenemos autores que están a la altura de los escritores extranjeros, porque publicamos en esas mismas editoriales y con todas las limitaciones que implica no estar allá.

La Piedra Lunar
La Piedra Lunar, una de las librerí­as de la ciudad de Santa Clara, ha reunido a importantes exponentes de la literatura en el paí­s.  (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

«Otro punto a nuestro favor es el festival internacional de literatura negra latinoamericana, Fantoche, auspiciado por La Piedra Lunar, nuestra librerí­a y proyecto comunitario. Este nos permite evaluar el resto de las producciones novelí­sticas en el mundo ».

Sin lugar a dudas, La Piedra Lunar ha formado parte de ese proceso de crecimiento infinito del oficio literario. ¿Qué ha logrado el proyecto durante todo su tiempo de creado? ¿Cuánto falta por conquistar?

Durante estos años, hemos logrado convertir La Piedra Lunar en un proyecto comunitario sustentable, para influir en la comunidad; nuclear un grupo de escritores e intelectuales; crear y mantener el evento Fantoche, entre otras cosas.

«No hemos logrado sensibilizar a algunas instituciones, algunos poderes que hubieran podido facilitar más este trabajo. Por suerte, tenemos a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria (Cieric), las direcciones municipal y provincial de Cultura y el Centro Provincial del Libro, que nos han apoyado ».

La Piedra Lunar
Este espacio de intercambio (La Piedra Lunar) devino proyecto comunitario, con un gran impacto en el consejo popular que le da cabida.  (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

En esta ocasión, presidente de honor de la Feria del Libro y, en tantas otras, conferencista de las «grandes ligas » literarias; según crí­ticos de renombre, una pieza clave de la narrativa policial cubana, un escritor publicado y galardonado fuera y dentro del paí­s… ¿Por qué quedarse en Santa Clara, tras el pueblo, el barrio, la gente?

Muchos de mis contemporáneos se marcharon para buscar mejores pastos y comodidades. Quizá yo tuve la suerte de saber vivir de mis oficios. Es un poco difí­cil decirlo porque pudiera parecer una pose: me gusta mucho vivir en mi ciudad, a pesar de que a veces estemos perseguidos por dificultades.

«Aquí­ yo tengo las cosas que más quiero en mi vida. Algún dí­a, si quisiera irme a otro lugar, las pudiera llevar conmigo; pero hay otras que no puedo llevar a otra parte y que cuesta mucho deshacerse de ellas.

«Estoy viendo como mucho de mis amigos están en proceso de repatriación. Quizás vengan en busca de aquella espiritualidad que no pudieran llevarse y me siento feliz de que esté pasando. Pero creo que el programa más grande es el haber sentido en mi vida que soy feliz con lo que soy y con lo que tengo ».

Por la importante trayectoria de Lorenzo Lunar como escritor, crí­tico literario, conferencista, etc. este año se decidió nombrarlo Presidente de Honor de la Feria Internacional del Libro en Villa Clara.

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