A sus 137 años de fundado, el em blemático teatro La Caridad, en Santa Clara, continúa presente y activo dentro del quehacer cultural de la ciudad y la provincia, incluso mientras se acometen las labores de restauración capital, em peño que inició en el mes de noviembre del pasado año.
Resulta encomiable la dedicación y pasión entregadas, tanto por el colec tivo de la dirección, administración y trabajadores del inmueble como por los grupos de creación pertenecientes al Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) de Villa Clara que se en cuentran a pie de obra, para devolver el esplendor que siempre ha caracterizado a la joya arquitectónica.
El coloso de la cultura villaclareña, donado al pueblo santaclareño por doña Marta Abreu de Estévez y abierto al público el 8 de septiembre de 1885, no ha cesado de ofrecer arte, aun en medio de las labores constructivas. El maestro Ernesto Alejo, director del teatro, ex plicó que la celebración del aniversario 137 llega en un momento en el que no se descansa, envueltos en la vorágine de los trabajos de remozamiento.
Asimismo, presentó piezas de inesti mable valor, rescatadas por los grupos de artesanos artistas, como es el caso de Albus, cuyos integrantes restauraron muebles patrimoniales, entre ellos, una silla de madera preciosa y cuero repujado, con la cual actuó, en cierta ocasión, el declamador Luis Carbonell, el Acuarelista de la Poesía Antillana. También, confeccionaron un nuevo libro de firmas para visitantes ilustres, realizado en madera tallada y cartuli na de alta calidad.
A propósito, la dirección del teatro, en honor a la trayectoria y vida de la maestra Martha Anido Gómez-Lubián, decidió que su firma fuera la prime ra en plasmarse en el libro, gesto que agradeció, visiblemente emocionada, la reconocida promotora cultural y otrora profesora de la única escuela de ballet en el centro de la isla durante el siglo xx, fundada por ella en 1950.
De acuerdo con Nely Valdés, espe cialista principal del teatro, la restau ración tiene como objetivos fundamen tales, en primera instancia, detener el deterioro del inmueble, pues el techo se mojaba y el comején había hecho estra gos; por otra parte, restituir la funcio nalidad de muchas áreas que, durante años, fueron usadas en otras activida des, y en tercer lugar, ganar confort, tanto para el público como para los artistas, con mejoras en los camerinos, asientos más cómodos, servicios sanita rios, y la instalación de equipo de aire acondi cionado, entre otros propósitos.
De manera general, los responsables de la recuperación del teatro La Caridad tienen como premisa trabajar según el ritmo que precise lograr la calidad requerida. Aunque se aspira a realizarlo todo en el menor tiempo posible.
(Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Entre las novedades o cambios se halla la nueva distribución de los espacios exteriores. Donde se encon traba la tienda de Artex se creará el «Marta Café », un sitio diseñado para compartir, con mayor comodidad, pues se analizó que para ese lado hay más sombra que en la parte contraria, donde radicaba La Marquesina.
Allí se brindará el servicio de cafetería, justo al lado del «Malecón », pues la idea no es renunciar a ese sitio popular, sino a las indisciplinas que cometen algunas personas. Por lo tanto, se busca insuflarle nueva vida al lugar y, al mismo tiempo, comprometer a las personas a ser partícipes y responsables de su cuidado.
Mientras, el espacio que ocupaba La Marquesina se dedicará a la investi gación histórica y atesorará el patri monio documental del teatro: carteles, fotografías y programas. Además, con tará con áreas expositivas destinadas a la exhibición de fotos, venta de souve nires, y como atractivo fundamental, una maqueta del inmueble.