
Ocho títulos entre narrativa y poesía fueron presentados este miércoles 29 de marzo como parte del Programa Literario, todos a disposición del público en las diferentes carpas. Cascos negros de luz intensa, de Arístides Vega Chapú, y El acuario de Onfard, de Leidy González Amador, premios Literarios Fundación de la ciudad del año 2015, abrieron la tarde en el Museo de Artes Decorativas. Es este uno de los mejores sitios para llevar a casa los libros autografiados y escuchar anécdotas de sus propios escritores acerca de las obras en cuestión.
El primero de los títulos constituye un volumen de 12 cuentos contados de forma placentera. Quien conoce al autor o ha entablado plática con él, reconoce en sus historias ese diálogo ameno, nunca superficial, siempre polémico, al que nos tiene acostumbrado.
Arístides relata «la pobreza, la grisura, la disfuncionalidad de todo un país, de un inacabable período especial y de un largo más allá, desde el absurdo hasta el humor, pasando por gradaciones de ira o fantasía », según acotó Déborah García, editora y presentadora del volumen.
La cotidianidad cubana, las precariedades materiales y la solución «a la cubana » de dicha escasez, toman parte en los textos del reconocido poeta villaclareño. Es un volumen que al decir de Julio Travieso, «se adentra con maestría en la línea de la literatura cubana del realismo de la miseria, iniciada en los años noventaâ€.
Las buenas señales de Leidy
El acuario de Onfard y El perro que le tenía miedo a la noche son los dos títulos que trae a la feria la joven y talentosa vueltense Leidy González Amador. Vienen a engrosar su lista de textos publicados hasta el día de hoy. Cosa valiosa, si consideramos que la muchacha aún no ha cumplido sus treinta años y ya tiene cuatro volúmenes editados, como bien refirió Mildre Hernández durante la presentación.
Leidy es portadora de una prosa refrescante, limpia, perfectamente entendible. Sus historias, renovadoras, diferente a lo que usualmente se escribe para niños. El acuario… es una novela de aventuras protagonizada por una orca y una ballena enana que luchan por el estrellato en un show acuático. Explora el amor, la amistad, el misterio…
«Me gusta hablar en mis libros de la parte espiritual explica la autora, de las carencias que enfrentan los niños a la hora de conformar su personalidad. Creo que pueden ayudarles. No porque se trate de una aventura, se dejan de tratar en la novela temas como la emigración, como la aceptación a lo diferente, pero no porque sí, sino porque se siente de todo corazón ».
«El perro que le tenía miedo a la noche va de los temores que cada cual pueda tener, lo mismo niños que adultos. Trato de contarlo a través de los animales. Me parece que es una buena forma de comunicar. Realmente está concebido para niños más pequeños. De los textos que tengo inéditos, por ejemplo, saldrá por Gente Nueva Todas las ovejas van al cielo, que recrea un mundo donde los niños y los animales pueden comunicarse entre sí ».
«Sencillamente, cuento historias, y, esas historias, hablan del ser humano y lo diferente está implícito, porque cada uno somos peculiares en muchos aspectos. Creo que se pueden tocar diversos temas: el miedo, la emigración, el miedo, la amistad…rescatar los valores sin decírselo a los niños, sin dar moraleja, porque esas cosas los hacen rehuir de las historias. Trato de transmitir imaginación, fantasía, y que ellos puedan desconectar y sentir el disfrute, más allá de la escuela, de la cotidianidad. Si de paso, se ayuda a que los niños vean la diversidad como natural, mejor aún ».
Leidy González Amador tuvo desde niña una formación cercana a la décima. No en vano, su libro Con la cabeza en las nubes fue bien recibido por el público adulto a pesar de estar dedicado a los niños. Las referencias que usa en su rima resultan sumo atractivas, ingeniosas.
«Yo estudié Ciencias Farmacéuticas, nada que ver con la literatura. Allá en Vueltas se acostumbra a las canturías. Allí comencé mi relación con la décima, aunque la mía no tiene tanto que ver con la que ellos hacen, porque acude a referentes universales, históricos. Es un género que defiendo. La literatura para niños es la que más me interesa, a la que más le dedico tiempo, amén de que haga cosas para adultos también ».
Además de los Premios Fundación de la ciudad, este miércoles se presentaron los títulos Los frutos del vacío, del desaparecido poeta Heriberto Hernández, Las nuevas soledades, de Lina de Feria, Por eso he votado…!no!, de América Masón, Fundidos, de Santos Borrell, y las antologías Isla en rosa e Isla en rojo.