Como parte de la agenda del quinto período de sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su décima legislatura, fueron analizados este jueves los principales lineamientos de la política exterior cubana para el período 2025-2028.
Al respecto, el miembro del Buró Político del Partido y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, compartió con los medios algunos de los temas abordados en la plenaria.
En encuentro con la prensa en medio de la sesión parlamentaria, el canciller cubano ratificó que «la política exterior tiene en nuestro pueblo a su principal protagonista».
Se refirió al rico debate desarrollado entre los diputados este jueves y durante los días de trabajo previo en las comisiones permanentes del Parlamento.
«En primer lugar, en la Comisión de Relaciones Internacionales de nuestra Asamblea se sostuvo un profundo debate sobre el ejercicio de la política exterior, entendida como la acción internacional del Estado, en la que nuestro pueblo es el principal protagonista.
«Todos los órganos del Estado participan activamente, en particular la Asamblea Nacional del Poder Popular y sus diputados, guiados por los principios generales establecidos en la Constitución, bajo la orientación del primer secretario del Partido y presidente de la República.

«Intervienen también los ministerios, el Partido, las organizaciones de masas y sociales, organizaciones no gubernamentales, sociedad civil. Por tanto, no se habla únicamente del trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino del conjunto de nuestra sociedad en el ejercicio de una diplomacia revolucionaria», declaró el canciller.
Destacó que en los trabajos de la comisión «se abordaron 18 temas distintos, se presentaron propuestas relativas a líneas de trabajo y elementos de carácter general que la Asamblea traza, en ejercicio de su facultad constitucional, y que hoy también han sido discutidos por los diputados en sesión plenaria».
Rodríguez Parrilla sostuvo que «este debate refleja las prioridades de nuestra política exterior, centradas en la preservación de la independencia, la defensa de la Revolución y del socialismo, como modelo constitucional elegido libremente por nuestro pueblo, ante la creciente agresión del Gobierno de Estados Unidos».
Otro eje fundamental —señaló— es «la búsqueda de nuevas opciones que aceleren la recuperación económica y el desarrollo, resolviendo los problemas que generan sufrimiento y carencias en las familias cubanas, en gran medida debido al bloqueo y a la inclusión de Cuba en la lista infame de países supuestamente patrocinadores del terrorismo».
El ministro de Relaciones Exteriores explicó que la política exterior tiene como prioridad la apertura de oportunidades en exportaciones, importaciones, inversiones, relaciones financieras y cooperación internacional para fortalecer la economía externa del país.
«Los diputados resaltaron la coherencia entre estos planteamientos y el debate sostenido en la Asamblea Nacional», dijo.
Subrayó que la presencia de dirigentes revolucionarios y delegaciones cubanas en eventos internacionales o visitas bilaterales «está directamente relacionada con el objetivo de profundizar los vínculos económicos y con la misión de enriquecer el liderazgo de Cuba en escenarios globales como el Grupo de los 77 más China y el Movimiento de Países No Alineados, y en la promoción activa de los intereses de los países del Sur».
El canciller comentó que durante el intercambio con los diputados se reiteró el compromiso con las causas justas de los pueblos y la lucha por un orden internacional más justo e inclusivo, diametralmente opuesto al sistema expoliador y antidemocrático imperante.
Sobre el papel que tiene el pueblo hoy en la política exterior, comentó que fue un tema ampliamente debatido por los diputados.
«Precisamente, uno de los puntos discutidos en la Comisión de Relaciones Internacionales, que, incluso, llevó a modificar enfoques en la formulación de prioridades, fue remarcar la participación del pueblo en el diseño, ejercicio y control de la política exterior.
«Se reafirmó que la nuestra es una diplomacia revolucionaria y popular, de una Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes, tal como lo consagran los principios fundacionales desde las luchas por la independencia, las constituciones mambisas, el liderazgo de Martí, el papel esencial del Comandante en Jefe Fidel Castro y la orientación del General de Ejército Raúl Castro en hitos como la proclamación de América Latina y el Caribe como zona de paz, hecha en una cumbre de la Celac celebrada en La Habana».
También destacó que «la participación del pueblo se evidencia también en las guías aprobadas por la Asamblea Nacional para los próximos años, las cuales incluyen a obreros, campesinos, cooperativistas, intelectuales, escritores, artistas, jóvenes, estudiantes, mujeres y todas las organizaciones de masas y sociales.
«El papel de cada cubano en el ejercicio de la política exterior está arraigado en las necesidades cotidianas de nuestro pueblo, como la recuperación del sistema electroenergético nacional o la producción de alimentos. Es una política exterior al servicio del bienestar de nuestro pueblo», dijo el canciller.
Recalcó que «desde 1959, el pueblo cubano ha sido siempre el principal hacedor y protagonista. Sus representantes forman parte de todas las estructuras de la sociedad». (Claudia Fonseca Sosa, Aniela Dumas Rojas)