«Una vez más se utiliza la justicia con motivaciones políticas como instrumento de la derecha contra referentes progresistas de la región», declaró en su cuenta en x el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, tras el anuncio de la Corte Suprema de Argentina de cerrar la Causa Vialidad y hacer firme la condena contra Cristina Fernández de Kirchner.
Asistimos a lo que es, a todas luces, el nuevo capítulo de una ya trillada maniobra, la de utilizar causas o procesos judiciales para frenar el liderazgo de izquierda.
Ahora pesan sobre la espalda de una de las figuras más prominentes del escenario político argentino, representativa de los sectores populares y progresistas, seis años de cárcel, sumados a la inhabilitación de por vida para ocupar cargos públicos, lo que impide —muy oportunamente para sus adversarios— su candidatura a las elecciones legislativas de septiembre próximo.
La Corte Suprema, cuya decisión fue unánime, a pesar de tener varias opciones, optó por apelar al artículo 280 del Código Procesal Penal de la Nación, en el cual se establece la facultad de esa institución para rechazar, sin más trámite, los recursos extraordinarios que considere «insustanciales o carentes de trascendencia», por lo que, en pocas palabras, reafirmaron la sentencia, sin siquiera leer el expediente ni fundamentar su fallo.
Ante una muestra tan clara de parcialidad, con innegable trasfondo político, no puede haber silencio; por eso, a la voz del Presidente cubano, en la denuncia desde Cuba, se sumó la del miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, quien en su cuenta en X calificó la condena como «un acto de cobardía».
Por su parte, Bruno Rodríguez Parrilla, integrante del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, declaró, en la propia red social, que «la condena contra Cristina Fernández de Kirchner es un claro acto de venganza y amenaza».
Entretanto, miles de argentinos que la han acompañado desde el comienzo de esta estratagema judicial, hacen hoy patente su apoyo a la líder del Partido Justicialista.
Otro golpe bajo a la justicia en nuestro continente, otra alerta de los peligros que asechan a la izquierda, que resiste y lucha. ¡Fuerza, Cristina!, que es también otro modo de decir: ¡Fuerza, Latinoamérica! ( )