La receptorí­a villaclareña: un techo muy alto

Después del retiro de Yulexis La Rosa, los jóvenes receptores de la provincia tienen la difí­cil misión de mantener la calidad en una posición en la que sus antecesores dejaron el listón bien alto.

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Ariel Pestano, Yulexis la Rosa, Albertico Martínez, Ángel López y Lázaro Pérez..
Villa Clara es cuna de buenos receptores. (Fotos: Archivo de Vanguardia e Internet; con montaje de la Redacción Digital)
Osvaldo Rojas Garay
Osvaldo Rojas Garay
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29 Enero 2022
Lázaro Pérez Agramonte, receptor villaclareño fallecido.
El desaparecido Lázaro Pérez Agramonte, primer gran receptor de la provincia. (Foto: Archivo del autor)

La decisión del quemadense Yulexis La Rosa íguila de colgar definitivamente la mascota me hizo recordar una conversación que sostuve con Albertico Martí­nez González, en el año 2008, aunque parece que fue ayer, como dirí­a el desaparecido cantautor mexicano Armando Manzanero.

En aquella ocasión el remediano, uno de los hombres que más secretos le saben a la posición en el paí­s, me comentó: «Siempre hemos tenido a una gran figura en la receptorí­a. Esto contribuyó a crear una tradición y a que el relevo tuviera una buena fuente de conocimientos para beber ». En otra parte del diálogo confesó: «El techo en la receptorí­a está muy alto en la provincia ».

Si recuerdo la plática con Albertico años atrás es porque, con el adiós al béisbol activo de Yulexis La Rosa, los jóvenes talentos del territorio: Ariel Pestano Rosado, Julio Enrique Miranda Manso, Jesús Daniel Olivera León y Luis Darí­o Machado Santana tendrán   una gran tarea que resolver a partir de esta serie, pues los que les antecedieron en esa posición en el elenco anaranjado han dejado el listón bien alto.

Albertico Martí­nez, receptor de equipos Villa Clara.
Albertico, uno los más inteligentes enmascarados que han pasado por las series nacionales de béisbol. (Foto: Archivo del autor)

No por gusto se ha dicho que Villa Clara es la «mata de los receptores ». Nuestra provincia, desde su irrupción en las series nacionales, en la campaña de 1977-1978, ha contado con cinco receptores que han integrado el equipo Cuba. En las primeras dos temporadas coincidieron dos enmascarados de etiqueta: el fallecido   Lázaro Pérez Agramonte, en el otoño de su carrera, y Albertico Martí­nez, que comenzaba a empinarse en el deporte nacional.

íngel López, receptor de equipos Villa Clara.
íngel López, receptor de equipos Villa Clara.

Desde que Lázaro le entregó, simbólicamente, la mascota en 1979, previo a un partido de la     V Selectiva, el nativo de la llamada Octava Villa se hizo dueño de la posición hasta su despedida, en 1989; sin embargo, a partir del clásico 1985-1986 ya lo acompañaba íngel el Diablo López, quien tras el retiro de Albertico se apoderó de la receptorí­a, pero en la contienda de 1991-1992 comenzó a tener a su lado al mejor de todos: Ariel Osvaldo Pestano Valdés, quien siendo el segundo cácher de los Anaranjados, lo convocaban para equipos Cuba a certámenes internacionales.

A la estrella de la Villa Blanca se le unió La Rosa en el campeonato 2000-2001. A partir de entonces, esta dupla se mantuvo con los arreos puestos. Pestano, hasta el torneo de 2012-2013, en el cual disparó un lapidario cuadrangular que sepultó a los Cocodrilos de Matanzas y le dio el quinto banderí­n a los Anaranjados.

Con Ariel y La Rosa se dio algo singular, pues ambos integraron la selección criolla a la Copa Intercontinental y el Premundial, efectuados en el 2010. Ellos custodiaron el home en las primeras dos décadas del presente siglo hasta este 2022, en que Yulexis, con 42 años, decidió dar paso a la juventud.

La   presencia de estas estrellas provocó el éxodo de varios receptores   hacia otras provincias en un intento por encontrar un espacio en algún   conjunto. Los campeones panamericanos juveniles Adir Ferrán y Joan Chaviano se trasladaron hacia   Cienfuegos y la Isla de la Juventud, respectivamente; el ranchuelero Héctor Rivero se fue a la Perla del Sur y Adrián Moya, a Holguí­n.

Más recientemente, Julio César Olivera anduvo por el Palacio de los Cocodrilos, Ariel Pestano Junior estuvo con los Alazanes de Granma, con los cuales se tituló campeón, y Leonardo Montero Alonso se movió hasta la ciudad que más le gustaba a Benny Moré, en la presente temporada, para vestirse de Elefante.

Receptor Ariel Pestano y el lanzador Pedro Luis Lazo.
Ariel Pestano y Pedro Luis Lazo se ponen de acuerdo.
(Foto: Tomada de Internet)

Para que se tenga una idea, 49 de los 81 grandes eventos beisboleros en que Cuba ha intervenido en el periodo revolucionario han contado con la presencia de máscaras de nuestro territorio. Los certámenes de envergadura que tomamos en cuenta son los Clásicos Mundiales, Juegos Olí­mpicos, Premier 12, Copas del Mundo, Copas Intercontinentales, Preolí­mpicos, Premundiales, Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Cinco villaclareños se incluyeron en la nómina de los planteles en las confrontaciones de envergaduras apuntadas, con destaque para Ariel Pestano, quien vistió el traje del equipo Cuba en 23 de esas controversias; en tanto Lázaro Pérez lo hizo en 12 oportunidades, Albertico Martí­nez en 9, Yulexis La Rosa en 5 y íngel López en los Centrocaribes de 1993.

De ese quinteto, tres se ubican entre los diez de mayor efectividad en cogidos robando en series nacionales. Pestano es el segundo con 56.53 % de hombres capturados, detrás de Roger Machado, que posee un formidable 58.47 %; Albertico es cuarto con 54.26 % y La Rosa es el octavo con 52.25 %.

Once enmascarados villaclareños se han desempeñado en campeonatos mundiales juveniles, desde que Albertico Martí­nez acudió a la cita realizada en Venezuela, en 1970. Le siguieron Rafael Cairo, Roberto Martí­nez, íngel López, el fallecido íngel Sánchez Cabello, Ariel Pestano Valdés, Yunier Vargas, William Plaza, Julio César Ramí­rez, Osvaldo Pedraza y Javier Fusté.  

De ese grupo, Albertico, Pestano y el Diablo López   fueron regulares en el Villa Clara, mientras que Fusté se desempeñó en seis campeonatos, pero nunca pudo adueñarse totalmente de la receptorí­a,   cuatro pasaron de manera fugaz: Cairo, Roberto Martí­nez, Sánchez Cabello y Ramí­rez, mientras que Vargas, Plaza y Pedraza no llegaron a lucir la franela anaranjada.

Lo que dijo Contreras de Pestano

En 2002, cuando dirigí­a las transmisiones deportivas de la emisora CMHW, invité al pinareño José Ariel Contreras a mi espacio Esperando la pelota. Cuando abordamos el tema de la receptorí­a, enseguida me contestó que con el que mejor se sentí­a cuando estaba en el box era con Ariel Pestano.

Yulexis la Rosa, receptor de equipos Villa Clara.
 Yulexis La Rosa, no tení­a nada que envidiarle  defensivamente a sus compañeros en la difí­cil posición. (Foto:
Tomada de Internet)

Radicado en Estados Unidos, después de haber lanzado durante 11 temporadas para cuatro equipos de las Grandes Ligas, haber conquistado un anillo de Serie Mundial con los Medias Blancas de Chicago, en 2005, y culminar con un saldo de 78 triunfos y 67 reveses su carrera en la Gran Carpa, el vueltabajero no cambió su opinión sobre el receptor villaclareño.

En un trabajo escrito por José Alejandro Rodrí­guez narra que en su paso por El Show de Swing Completo, Contreras ratificó que para él, Ariel Pestano es el mejor receptor cubano de todos los tiempos.

Contó la otrora estrella del montí­culo que en una ocasión, Pestano le recibió ¡11 entradas sin señas! En el primer inning le dieron dos jits y le hicieron una carrera. Pestano fue al box a hablar con él y Contreras le dijo que le parecí­a que le estaban bateando avisados, como si les estuvieran viendo las señas.

La respuesta de Pestano fue rápida: «Tira lo que tú quieras entonces, Negrón, que yo te recibo lo que sea ». Contreras le preguntó: « ¿Estás seguro? Te voy a volar la cabeza, compadre ». Así­, en 11 innings completos, le recibió Pestano, sin ningún tipo de problemas, según declaró el serpentinero pinareño, que el pasado 6 de diciembre cumplió 50 años.

Reiteró José Ariel que consideraba a Pestano el mejor de todos, por su capacidad, su disciplina, su profesionalidad.

Muchos estarán de acuerdo o no con esta aseveración, pero, sin duda, es una opinión autorizada, que hay que tomar en cuenta cuando de receptores se habla.

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