
Cuando en los Juegos Olímpicos de Melbourne, en 1956, Julia Berta Díaz Hernández (1936-2019) se convirtió en la primera cubana participante en citas estivales, pocos imaginaron que pasado casi un cuarto de siglo una representante de la mayor isla del Caribe escalaría el sitio más alto del podio bajo los cinco aros.
Pues bien, este viernes 25 de julio se cumplen 45 años del día en que María Caridad Colón Ruenes marcó un hito para el deporte cubano y latinoamericano, al convertirse en la primera mujer de esta región en colgarse una medalla de oro en la historia de las olimpiadas.
Nacida el 25 de marzo de 1958 en Baracoa, María Caridad había tenido una ascendente carrera que puso a pensar a los expertos y aficionados en que la joven jabalinista tendría un gran resultado en Moscú, capital de la Unión Soviética.
A primera vista en términos de pronósticos sobresalían la anfitriona Tatyana Biryulina —cumplió 70 años el pasado 16 de julio—, quien dos semanas antes, el 12 de julio de 1980, había impuesto récord mundial al quebrar la barrera de los 70 metros con un disparo de 70.08 metros, y la entonces germano democrática Ruth Fuchs (1946-2023), catalogada como la mejor jabalinista de aquellos tiempos, avalada por sus reinados en Múnich 1972 y Montreal 1976 y las seis primacías del orbe, la última de ellas a tres meses del inicio de la Olimpiada, al hacer volar el dardo hasta los 69 metros y 96 centímetros.
María Caridad había declarado que lograr un buen primer lanzamiento sería muy importante, y eso fue lo que hizo en la final de la prueba, al punto de establecer récord olímpico con 68 metros y 40 centímetros.

El envío apenas comenzando la competencia desconcertó a las restantes concursantes, incluyendo a la germana Futchs, quien terminó en el octavo puesto.
Después del espectacular lanzamiento que le permitió acaparar el cetro olímpico, la guantanamera bajó sus registros: 64,58; 62,70; 66,02 y 63,06 metros.
Junto a la criolla completaron el estrado de premiaciones la soviética Saida Gumba (67,76) y la alemana Ute Hommola (66,56).
Su brillante carrera llevó a la Colón a ser exaltada al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo en 2003.
Desde que María Caridad silenció el Luzhniki, hace cuatro décadas y media, un total de 30 féminas del Verde Caimán han escalado el sitio de honor en estas porfías para aportar 13 metales áureos al botín dorado de Cuba en la justa multideportiva de mayor rango en el planeta.
Cinco premios de oro fueron alcanzados en el área de lanzamientos en el atletismo, la misma cifra suman las judocas y tres veces se coronaron las Morenas del Caribe con un total de 17 voleibolistas que brillaron en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sidney 2000.
Nuevamente el séptimo mes del año le deparó otra alegría a la campeona el viernes 17 de julio 2020, al convertirse en la primera cubana en ser elegida miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
«Sentí los mismos nervios que cuando recibí la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Un momento me recordó el otro. Regresé 40 años atrás al área de lanzamiento para, en el primer intento, soltar la jabalina sobre los 68,40 metros. Creo que gané otra vez la competencia», confesó entonces a Cubadebate.
Veinticuatro años más tarde, Cuba tendría otra soberana olímpica en el lanzamiento de la jabalina, cuando en Atenas 2004, Osleidys Menéndez Sáez, rememoró la proeza de María Caridad, tras titularse al igual que la baracoense en su primer envío y con primacía olímpica: 71,54 metros.