Un adiós cargado de lecciones (+ Galería)

Hace nueve años, en la Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara, el pueblo villaclareño recibió el cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas del líder histórico de la Revolución cubana. 

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Pionera en el exterior de la Biblioteca Provincial Martí, ante foto de Fidel en la Sierra Maestra.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Mónica Sardiña Molina
Mónica Sardiña Molina
@monicasm97
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30 Noviembre 2025

Entre silencios, lágrimas, flores, anécdotas, poemas, canciones e imágenes que inmortalizaron al líder histórico de la Revolución cubana, vivieron los villaclareños los últimos días de noviembre de 2016.

Llegada a Cuatro Palmas, Villa Clara, del cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas de Fidel Castro Ruz.
Por Cuatro Palmas se produjo la entrada a Villa Clara del cortejo fúnebre proveniente de la provincia de Matanzas. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

El homenaje comenzó en la intimidad de los hogares desde la noche del 25, cuando en la voz del hermano de sangre y batallas resonó la noticia que tanto costaba creer. La solemnidad se adueñó de espacios y relojes durante los días 28 y 29, con guardias de honor y firmas multitudinarias del concepto de Revolución; síntesis bien apretada del legado del Comandante en Jefe y del gigantesco compromiso que implica honrar con hechos la frase «¡Yo soy Fidel!».

Cincuenta y siete años después de aquel enero triunfal, la caravana que recorrió el país de este a oeste emprendió el viaje en sentido inverso, y el pueblo volvió a franquear las carreteras, para mirar desde lejos la pequeña urna cubierta con la enseña nacional, y ser testigo, esa vez, de una despedida sagrada.

En la tarde del 30 de noviembre de 2016, el cortejo fúnebre entró a Villa Clara por el poblado de Cascajal; en horas de la noche llegó a la Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, y al amanecer del día siguiente, continuó el recorrido hasta el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

A decir adiós al gigante que envejeció arropado por su uniforme verde olivo y el cariño de millones de almas reivindicadas, fueron los campesinos con sombrero, manos callosas y botas embarradas por la tierra de cuyos frutos nadie los privaba desde la Primera Ley de Reforma Agraria.

Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí, de Santa Clara.

En la Biblioteca Provincial Martí los santaclareños rindieron tributo al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Acudieron los maestros que dieron sus primeras lecciones siendo brigadistas adolescentes, frente a adultos que descubrieron tarde las primeras letras, en aulas improvisadas, bajo la luz de un farol, impulsados por el sueño fidelista de erradicar el analfabetismo en un año. Los mismos que integraron contingentes pedagógicos, accedieron a becas para elevar su preparación, transmitieron conocimientos y valores a estudiantes de todos los niveles de enseñanza para formar los profesionales que demandaba la nueva sociedad.

No faltaron los médicos de cuna humilde, para quienes vestir una bata blanca resultó poco menos que un milagro, y se volvieron pioneros en las especialidades que necesitaba el sistema de salud naciente, iniciadores de las misiones internacionalistas y mentores de generaciones.

Homenaje a Fidel por los trabajadores de la Salud.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

Asistieron los atletas a los que la Revolución les cumplió el sueño olímpico; los científicos que hallaron laboratorios y propósitos humanistas para desarrollar su talento; los artistas e intelectuales para quienes se abrieron espacios de creación y promoción de los más altos valores culturales; los obreros devenidos innovadores y sostén de las industrias; las mujeres, dueñas de derechos impensables antes de 1959, de Vilma y la Federación, y con un montón de conquistas por alcanzar.

Relucían las medallas y los ojos llorosos de combatientes que se pusieron bajo las órdenes del Comandante en Jefe en la Sierre, el llano, las arenas de Girón, el Escambray; en cada rincón del país donde se cumplieron al fin los sueños martianos o en otras trincheras lejanas.

Trovadores en la vigilia por la llegada de las cenizas de Fidel a Villa Clara.
Noche de vigilia, poemas y canciones en la Plaza del Che, el 30 de noviembre de 2016, para honrar al líder histórico de la Revolución cubana. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Y con invariable presencia se alzó una marea de uniformes escolares y rostros juveniles, como fiel promesa de futuro. Muchos no sabían la dimensión del momento que estaban viviendo, a otros les bastó el relato de padres y abuelos para despedirlo como a un ser muy querido.

Para los santaclareños, la peregrinación alcanzó un significado superior, cuando en la última noche de noviembre se produjo el encuentro simbólico de Fidel y el Che, en el sitio donde reposan los restos del Guerrillero Heroico y sus compañeros de lucha. Más que una conveniencia logística, fue un acto de justicia histórica, para volver a reunir a dos hermanos que se despidieron demasiado pronto, pero cuya herencia arde tan imperecedera como la llama que los custodió aquella madrugada.

Colocación de la urna con las cenizas de Fidel Castro Ruz en el armón.
En horas tempranas del 1.o de diciembre partió el cortejo desde la Plaza. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Hemos vivido nueve años sin Fidel, en 2026 conmemoraremos su centenario, y nos queda muchísimo por aprender y trabajar para honrarlo desde la continuidad. La sapiencia inigualable, las ansias de conocer hasta el mínimo detalle de cada tema, la confianza y el compromiso eterno con el pueblo, la exigencia desde el ejemplo, la permanencia en la primera línea de todos los combates; la coherencia entre pensamiento, discurso y acción; la austeridad y la modestia de un verdadero líder, la capacidad de librar las batallas de hoy, previendo las que podrían presentarse mañana y sin olvidar las enseñanzas que dejaron las de ayer, la excepcionalidad.

Nada se consigue desde la imitación estéril, porque no se plantan como en un semillero estas y otras cualidades en un solo carácter, porque los contextos son distintos; pero si algo nos enseñó Fidel fue a mirar más allá de una persona o un momento y centrarnos en las esencias, que sí trascienden épocas, las que nos han guiado desde los orígenes de la nación, y a las cuales no podemos renunciar si aspiramos a una obra de justicia social digna de calificarse fidelista.

Fotos

Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
 Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Pioneros en el homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Pioneros colocan flores ante foto de Fidel.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje a Fidel en la Biblioteca Provincial Martí.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Entrada a Villa Clara del cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas del líder de la Revolución Cubana.
Entrada a Villa Clara del cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas del líder de la Revolución Cubana. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Grupo danzario en la vigilia en homenaje a Fidel, en la noche del 30 de noviembre de 2016 en Santa Clara.
El arte fue protagonista en  la vigilia realizada tras el arribo de las cenizas del Comandante en Jefe a la Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Salida de la Plaza Ernesto Che Guevara del cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas de Fidel.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Paso del cortejo fúnebre que trasladaba las cenizas de Fidel hacia Santiago de Cuba.
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Homenaje de los pioneros al paso del cortejo fúnebre.
En las calles santaclareñas se unieron varias generaciones para honrar a Fidel. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

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