
Aun cuando postergamos la redacción de La columna de la calle con la confianza de recibir alguna respuesta a la denuncia publicada la semana anterior, la Dirección municipal de Vivienda en Caibarién no se había comunicado con Vanguardia al cierre de esta edición. Por tanto y a costa de la paciencia de Rebeca ílvarez Ceballos, decidimos abordar dos nuevos casos que pueden expresar el malestar común de cientos de ciudadanos.
El primer mensaje nos lo envió Enrique López Duardo, desde el reparto El Rodeo, en Manicaragua. Allí, según afirma los ciclos de abasto de agua por la red de acueducto se dilatan aproximadamente 20 días e, incluso, algunas casas han pasado hasta dos meses sin recibir el servicio.
«Desde el 2014 se viene tramitando este problema con los organismos pertinentes, pero las gestiones han sido insuficientes. En El Rodeo existen unas 12 viviendas que, al quedar en la zona más alta y no estar en el registro de las pipas, no les llega el necesario líquido. Es decir, nadie les puede resolver, y solo cuando la situación llegó a un punto crítico han enviado una pipa, que abastece solo a tres núcleos ».
López Duardo, vecino de calle Corta #10, continúa su mensaje aseverando que «el propio director provincial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado y la compañera al frente de Atención a la Población conocen de este planteamiento, comprometiéndose a resolver una tubería de 150 metros que llevaría el agua directamente a esas casas que tantas dificultades enfrentan para acceder a dicho servicio. Tengo en mi poder el documento que corrobora lo antes mencionado y, aunque ya dieron la solución, el problema no se resuelve. También ocurre que las viviendas censadas para la pipa mensual no la reciben en el tiempo establecido, y pueden demorar casi 60 días en retornar. Sin embargo, con la tubería que se nos prometió le debe llegar el agua a todas las casas, lo cual evitaría el uso de pipas en un momento tan duro como el que está atravesando nuestro país ».
Sobre inconformidades de otra naturaleza nos relata Mirta Flores Fuentes, vecina de la calle Salustiano Pedraza #159, e/ Estrada Palma y Chile, en el santaclareño reparto América Latina. La pésima calidad de los cinco galones de pintura color marfil, marca Lucero, que adquirió a fines de julio por un precio de 130.00 CUP cada uno en el mercado industrial Tencent, le hacen dudar, incluso, de la procedencia del producto y la confiabilidad de los fabricantes.
«A los 15 días de haber pintado comenzó a ampollarse toda la pintura de las paredes; se raspó, volvimos a pintar y ocurrió lo mismo. He tratado de comunicarme por el correo y el teléfono que tiene la etiqueta, pero nadie me responde, y en las Páginas Amarillas de Etecsa encontré tres números telefónicos de la Geominera del Centro, que es la empresa fabricante, y recibo el mismo silencio. ¿Qué puedo hacer?, me siento estafada y defraudada ».
Mientras perduren el suspenso y las voces ocultas tras el silencio, La columna de la calle demandará las respuestas por las que aguardan Mirta, la compradora del «Lucero » de la discordia, y los vecinos de El Rodeo. Están en su pleno derecho.