«Irma » todaví­a ataca y cortocircuito en Nazábal

Los casos de Samuel y Yasmany: dos villaclareños que expresan malestares comunes para cualquiera de nuestros coterráneos.

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Liena María Nieves
Liena Marí­a Nieves
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10 Noviembre 2019

Sin respuesta que socializar sobre el caso de las inconformidades con los horarios del arribo de los balones de oxí­geno a Remedios, decidimos divulgar otras quejas que expresan diversos malestares de ciudadanos villaclareños. La primera, enviada por Samuel Andújar, vecino de la calle B #23, en Marcelo Salado, Caibarién, resume algunas de las mayores preocupaciones que podrí­an atormentar a cualquier ser humano: vivienda y trabajo.

Refiere el remitente que tras los daños ocasionados a su casa por el huracán Irma, se le ofreció la alternativa de «adquirir los materiales de construcción a mitad de precio, pero yo ya pagaba un crédito, así­ que si le sumaba otro, ganando en ese entonces 603 pesos, me serí­a imposible costear un albañil. Me dirigí­ a las oficinas de atención a la población de todas las instancias, al Gobierno y al PCC municipal y provincial, a la Fiscalí­a provincial y, extraoficialmente, alguien me dijo que me estaban tramitando un subsidio. No fue así­, todaví­a lo estoy esperando. Finalmente, el 14 de julio del presente año, me dicen en el Gobierno de Caibarién que no tienen respuesta para mí­, que mi caso será elevado ».

Y continúan las vicisitudes de Samuel, graduado de la Licenciatura en Terapia Fí­sica y Rehabilitación, quien fungió como docente durante ocho años impartió las asignaturas de Biologí­a y Quí­mica, además de Anatomí­a y Fisiologí­a, Control Médico, Nutrición y Dietética y Orientación y Ética profesionalen el IPA Lidia Doce , y al decidir reincorporarse al sector de la Salud, se topó con que debí­a gestionar su plaza por cuenta propia. Cambio de planes. Sin embargo, cuando intentó retornar a Educación, le informaron que ni en Remedios ni en la Villa Blanca existí­an vacantes.

«En la secundaria básica Mártires del Pensativo, enCaibarién, hay dos plazas cubiertas por jóvenes diferidos que están pasando el Servicio Militar dando clases, mientras yo sigo desempleado, con una madre anciana a mi cargo, una vivienda en pésimo estado y un crédito por pagar en el banco. ¿Será que esos muchachos tienen prioridad y que yo deba mantenerme en la calle, pudiendo ejercer lo que sé y percibiendo un salario que tanto necesitamos? ».

Otra es la historia de Yasmany Jiménez Morales, residente en la calle Lí­nea, en Nazábal, y trabajador del almacén de la tienda panamericana Los Dependientes, en Encrucijada, quien no encuentra bonanza desde que el pasado 3 de septiembre se produjo un cortocircuito en el poste del bajante que alimenta su casa y las de algunos vecinos. «Yo estaba trabajando, los compañeros de la Empresa Eléctrica Municipal se presentaron, solucionaron el problema y certificaron un televisor quemado en otra casa, revisaron las demás viviendas y luego se marcharon. Cuando llegué en la tarde noche me percaté de que mi refrigerador no funcionaba, supe lo ocurrido e hice mi reporte al 18888 (#49259).Me informaron que esa queja habí­a sido cerrada y que si no tení­a problemas de voltaje no procederí­a. Lo mismo me explicó al otro dí­a el director de la UNE municipal, aunque dejó claro que podí­a reclamar ».

Eso hizo Yasmany. Llegó hasta la UNE provincial con su carta de reclamación y conoció que los especialistas debí­an visitar su vivienda en menos de 60 dí­as. «No lo han hecho, y ya expiró el término establecido. Hablé antes con la empleada de la UNE que atiende a la población en Encrucijada, me dijo que los funcionarios provinciales vendrí­an y me mantuve localizable todo el dí­a.

«Sí­ estuvieron en Encrucijada, pero no me visitaron. Dicen que me timbraron a mi celular, pero esa llamada no consta en el registro, y mis compañeros de trabajo, que estaban al tanto del teléfono de la tienda, son testigos de que ni se comunicaron como dicen ni salí­ un minuto esperándolos. Solo pido que alguien me dé una respuesta digna y sincera. Creo que tengo ese derecho ».

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