
La semana comenzó con la misiva enviada por el ingeniero Alexis Alejandro Pérez, director de la UEB Gases Industriales de Villa Clara, quien se comunicó con Vanguardia para dar respuesta a la queja publicada en la edición del 26 de octubre, referida a los altibajos en los horarios de distribución de los balones de oxígeno en el municipio de Remedios. El funcionario aclara que, efectivamente, existen relaciones comerciales entre la entidad que dirige y la UEB Farmacias y í“pticas de Caibarién, lo cual garantiza el suministro de gases medicinales concertado por ambos organismos.
«Debemos informar que este producto se distribuye en toda la provincia, con un orden de prioridad establecido previamente y que inicia por Santa Clara. A continuación, se comercializa por el resto de las rutas, en este caso, la correspondiente a Camajuaní-Remedios-Caibarién, bajo el principio de recoger el cilindro vacío y entregar el lleno. Tomando en consideración las complejas circunstancias del parque de vehículos de carga de nuestra UEB, la llegada a Remedios ocurre generalmente en el horario de la tarde y, ocasionalmente, por la noche, en dependencia de la disponibilidad del transporte con que contemos ese día.
«Como posible solución, ya consideramos el incremento del piso de cilindros en opción de arrendamiento, un servicio que solicitaría la Empresa de Farmacias y í“pticas UEB Caibarién, así como el mejoramiento de las condiciones de la farmacia de Remedios donde se descargan y almacenan los cilindros. Si se contara con un pequeño inventario para dar respuesta, los pacientes no dependerían de los horarios de arribo del transporte ».
También desde la Octava Villa, específicamente en Zulueta, recibimos una sentida carta remitida por Armando Pascual Pérez Gómez, residente en la calle Egido Sur, entre Dr. Mortera y Antolín Cruz. Este trabajador agropecuario de la UBPC Lagunita, perteneciente al CAI Heriberto Duquesne, ha pasado más de media vida sobre el surco, por lo que reclama un derecho elemental de todos los obreros cubanos.
«El 14 de mayo de 2018 cumplí 65 años de edad, y tres días después me presenté ante la compañera de Recursos Humanos de la UBPC para solicitar mi jubilación. Realizamos todas las gestiones con total normalidad; sin embargo, a más de un año y medio, aún no sé nada de mi trámite y, cuando pregunto, solo me dicen que está para La Habana y que tiene que firmarlo la ministra. ¿Acaso esta no es una forma de burocratismo que le falta al respeto de un hombre que ha dejado casi toda su vida en el campo, y aún sigue en él?
«Me siento muy afectado por esta violación. Por supuesto que no me van a pagar un año retroactivo y, si muriera mañana, lo haría sin haber disfrutado un derecho que me da la ley. Nadie puede explicarme, nadie responde, y tampoco sé qué calificativo ponerle a esta demora inexplicable con mi jubilación. Ayúdenme por favor. No pido otra cosa que lo que me gané con décadas de trabajo duro ».
Pida usted, Armando. Las voces de los hombres de pueblo deberían escucharse más alto y más claro. Hace mucho ganó esa potestad.