
Casi cerramos el noveno mes del año, «con la adarga al brazo » y un buzón abierto para amplificar los malestares de la ciudadanía que coloca su confianza en el rol mediador de la prensa. Hasta esta edición, el 100 % de las quejas enviadas por los lectores a lo largo de septiembre han recibido respuestas que, si no en todos los casos resultaron plenamente satisfactorias para la parte demandante, sí cimentan un antecedente muy positivo para las futuras publicaciones de este espacio. Démosle entonces luz verde a otras preocupaciones que, ahora mismo, deterioran el bienestar de una familia villaclareña.
Recibimos el mensaje en cuestión el pasado martes 22. Su remitente, el Dr. Osmani Pérez Ortiz, con domicilio en la Camilo Cienfuegos # 81, entre Carmen Rivero y Santa Susana, Ranchuelo, habla de largas esperas y cuestionamientos comprensibles para cualquiera que intente imaginarse en sus zapatos.
«Cuento con el servicio de telefonía fija desde el 3 de septiembre del 2012. Soy un médico intensivista que labora en el hospital provincial Arnaldo Milián Castro, y desde el 16 de marzo del año en curso realicé el traslado de mi teléfono fijo para Ranchuelo, municipio donde resido actualmente, debido a que necesito mantenerme comunicado y localizable por mi labor en la atención a los pacientes graves por la COVID-19.
«Ese día inicié el trámite en la oficina provincial de Etecsa; les expliqué a los funcionarios los motivos que movían esa decisión, y fui atendido con rapidez y profesionalidad. El propio 16 de marzo acudí a la entidad homóloga en Ranchuelo, donde presenté el documento y fui verificado en la red. He aguardado pacientemente por mi teléfono fijo; incluso, me reuní con la directora de dicho centro y le expliqué el porqué de mi apremio, por lo que implica mi trabajo. Sin embargo, ya van seis meses de realizada la gestión.
«Esperé cuatro meses y, al no recibir noticias, me comuniqué con la dirección nacional de Etecsa, donde tramitaron mi queja y evacuaron varias dudas que tenía al respecto, percatándome del cúmulo de leyes que existen para la telefonía fija, en las que los deberes siempre superan los derechos de los usuarios con servicios contratados ».
¿Y qué fue del doctor «fuera del área de cobertura »?: «Fui llamado a incorporarme a la sala de Cuidados Intensivos del hospital militar Comandante Manuel Fajardo, para asistir a los enfermos graves por el nuevo coronavirus. Ya hace una semana que no me puedo comunicar de manera adecuada con mi esposa y mi hija de siete años, una niña que a su corta edad ya ha presenciado el sacrificio de los profesionales de la Salud, pero que no puede comprender por qué se pasará un mes sin verme y escuchándome apenas unos segundos al día.
«Aclaro que en todo momento he sido bien atendido por los funcionarios. No obstante, no asimilo el hecho de que, estando aprobado ya el traslado, no haya podido disponer de un servicio con el que había contado durante los últimos ocho años. Comprendo la situación que enfrenta el país; sin embargo, me siento muy disgustado e insatisfecho ».