
El tema alimentario, foco rojo en la cotidianidad nacional, genera a diario en el espacio virtual decenas de criterios e, incluso, de profundas reflexiones que apuntan a iniciativas y soluciones porque son resultado de saberes cultivados durante décadas.
Caibarién, por ejemplo, ha sido durante esta semana uno de los municipios más cuestionados por los lectores de la página web de Vanguardia, debido al déficit de viandas y hortalizas y a lo menguado de las opciones para adquirirlos. Sin embargo, sobre la denuncia del productor caibarienense Saúl Martín Moreno, quien el pasado 24 de octubre lamentaba la fallida decisión de eliminar un próspero organopónico para construir viviendas en ese terreno y, dos años después, ni casas ni canteros, no hemos recibido siquiera un anuncio de gestión. Ya sabemos que los trámites made in Cuba suelen dilatarse como un resorte flácido, pero, como escribió el propio Saúl, «el silencio es traicionero ».
No obstante, este espacio de intercambio ciudadano no cede en su impulso y por ello daremos a conocer dos nuevas solicitudes de ayuda enviadas a nuestro correo. La primera llega suscrita a nombre de Odilia Muñoz Téllez, vecina de calle Micaela Ruiz # 6 ª, entre Nueva Gerona y Capitán Velasco, en Santa Clara. «Después de que el gobierno de la ciudad tomara la decisión de organizar y distribuir, presentando la tarjeta de abastecimiento, los productos de primera necesidad que se venden en las cadenas de tiendas Caribe y Cimex, muchas personas que vivimos en este municipio y que no tenemos libreta, hemos pasado más de dos meses sin poder adquirir alimentos y otros artículos básicos que solo se venden en esos establecimientos.
«Nos dirigimos al delegado del consejo popular, quien hizo una gestión y logró que en la Oficoda nos dieran una tarjeta de autorizo. De eso hace casi un mes. Regresé a la Oficoda y, maltrato de por medio, me dicen que el trámite todavía está en proceso. Después llamé a la oficina de Atención a la Población del Gobierno y me informaron que todavía no tienen respuesta concreta para estos casos. Pasa el tiempo y no he podido comprar nada, a pesar de ser una persona mayor y enferma y de que, como yo, hay muchos otros muy necesitados ».
El segundo correo fue remitido por Maura Moya López-Castro, residente en la calle Adolfo Ruiz #154, entre Calixto García y Avenida, en el poblado remediado General Carrillo. «Ya no sé a dónde más debemos ir a reclamar la escopeta de mi hijastro, Yosleibi Rodríguez Daría, que fue recogida, junto a las de todos los demás propietarios de la zona, el 11 de septiembre del 2018. Explicaron que estaban esperando una visita de primer nivel, y cuando todo pasó fueron devueltas a sus dueños, menos la de Yosleibi.
«Hemos esperado desde ese entonces. Necesitamos que nos orienten, a dónde tenemos que ir, a quién reclamar, porque nadie nos explica nada. ¿Por qué tanto silencio? ».
No sé cuándo aprenderemos en este país que, quienes se deciden a elevar públicamente una reclamación, no lo hacen por simple inconformidad. El artículo 53 de la Constitución de la República de Cuba refrenda que «Todas las personas tienen derecho a solicitar y recibir del Estado información veraz, objetiva y oportuna […] ». Por tanto, no asumamos más que la información es un bien estatal que se libera a cuentagotas. ¿Cuándo terminarán por aceptarlo?