Fidel, artí­fice de la textilera Desembarco del Granma

El 2 de diciembre de 1979, el Comandante en Jefe Fidel Castro inauguró la textilera santaclareña que nombró Desembarco del Granma.

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Fidel Castro Ruz en la inauguración de la textilera Desembarco del Granma, de Santa Clara.
El 2 de diciembre de 1979 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz asistió a la inauguración de la textilera Desembarco del Granma en Santa Clara. (Foto: Archivo de Vanguardia)
Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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02 Diciembre 2017

Nacida el 2 de diciembre de 1979, la textilera santaclareña se sumó a las fábricas que convirtieron a Villa Clara en un polo industrial.

Fue el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz quien, animado por lo que reportarí­a a la economí­a, siguió de cerca su ejecución.

En su visita del 4 de abril de 1978, propuso a los constructores terminarla antes de la fecha prevista, e instó a los villaclareños a apoyar su edificación.

A un año de la desaparición fí­sica del lí­der histórico de la Revolución cubana, y a 38 de la apertura de la textilera, fundadores de la fábrica rememoran el dí­a en que Fidel la inauguró.      

Una holguinera asentada en la textilera

«Aquella tarde no cabí­a nadie en la explanada improvisada para el acto. Los villaclareños esperaban entusiasmados a Fidel, porque muchos habí­an dedicado largas horas de trabajo voluntario a la textilera, para cumplir con la promesa hecha al Comandante en Jefe », relata Estrella Leyva Montero, la holguinera que se quedó en Villa Clara.

Fundadores de la textilera Desembarco del Granma, en Santa Clara.
Benito Rodrí­guez, Estrella Leyva y Manuel Cuevas recuerdan con orgullo el dí­a en que compartieron con Fidel la apertura de la industria textil el 2 de diciembre de 1979. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«En aquel entonces me estrenaba como técnico medio en Tejedurí­a. Como hací­a falta fuerza de trabajo para mover las máquinas, y la textilera de Santiago de Cuba no estaba terminada, el contingente oriental al que pertenecí­a vino para Santa Clara. Aquí­ formé una familia ».

Estrella no puede evitar las lágrimas cuando habla de Fidel, y con la voz entrecortada evoca la histórica visita en la que estuvo acompañado por el General de Ejército Raúl Castro, y los comandantes de la Revolución Juan Almeida Bosque y Ramiro Valdés Menéndez.

Mando accionado por Fidel Castro para echar a andar fábrica de tejedurí­a de la textilera Desembarco del Granma.
Mando accionado por Fidel Castro para echar a andar fábrica de tejedurí­a de la textilera Desembarco del Granma. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Refiere la secretaria general del Comité del PCC de la textilera y jefa de Brigada del Departamento de Fotograbado del Taller de Estampado, que fue Fidel quien se encargó de accionar el mando de un telar para poner en marcha la Fábrica de Tejedurí­a. El equipo se conserva como un valioso recuerdo en la Sala de Historia.

La noticia del fallecimiento del lí­der que siempre admiró, la recibió con angustia.

«No se me olvida su presencia en el 6.o Congreso del PCC. Fui delegada a la cita partidista y ocupaba una butaca en las primeras filas del salón. Era la segunda vez que lo tení­a tan cerca. A pesar de sus achaques, no dejó de participar.

«Al concluir el evento unimos las manos para cantar La Internacional. Fidel también unió las suyas con las de Raúl. Entonces, canté con más fuerza el himno proletario, porque aquel gesto me conmovió ».

«Cumplimos la encomienda de Fidel »

A Benito Rodrí­guez Garcí­a otrora trabajador de la Empresa Aví­cola y actual jefe de brigada de Mantenimiento le hablaron sobre la necesidad de engrosar la fuerza laboral de la naciente industria.

Fidel Castro, Raúl Castro y Ramiro Valdés en la textilera Desembarco del Granma, en Santa Clara.
Pocas  veces coincidí­an el Comandante en Jefe Fidel y Raúl en un acto inaugural. Verlos juntos en la textilera, entusiasmó a los trabajadores que se estrenaban en los telares. (Foto: Archivo de Vanguardia)

«Buscaban técnicos con experiencia y no lo pensé dos veces. Fui capacitado sobre la nueva tecnologí­a en los cursos habilitados en la antigua Sakenaf, y apoyé el montaje del moderno equipamiento.        

  «En su discurso inaugural Fidel expresó que la fábrica era hija del sudor, esfuerzo y entusiasmo de todos los santaclareños, y pidió que la tela a producir fuera de óptima calidad.

«No olvidamos aquellas palabras, y en 1987, al alcanzar por primera vez los 47 millones de m ² de tejido, le enviamos una carta para decirle que habí­amos cumplido su encomienda ».

  «El nombre que Fidel nos confirió »

Con apenas 18 años Manuel Cuevas Arrojo inició su vida laboral en la textilera santaclareña.

«Trabajar aquí­ era un sueño para la juventud de aquellos tiempos », relata quien ahora dirige el Taller de Climatización y Aseguramiento.

Fidel Castro Ruz en la inauguración de la textilera Desembarco del Granma, en Santa Clara.
Fidel Castro Ruz en la inauguración de la textilera Desembarco del Granma, en Santa Clara.

«Viví­a en Mataguá, y la idea de trabajar en Santa Clara me entusiasmó. Fue así­ que matriculé los cursos de Tejedurí­a. Primero, daba los viajes diarios, y luego estuve albergado hasta que me otorgaron una vivienda.

«Durante la construcción de la fábrica se instaló de manera provisional una carpa para que los participantes en su montaje no tuvieran que moverse de allí­. Fue una obra colosal.  

«Recuerdo el dí­a inaugural. Fidel traí­a dos propuestas de nombre para la textilera: 2 de Diciembre y Desembarco del Granma.

«Al darlas a conocer, no hubo que someterlas a votación; la ovación del público por la segunda fue decisiva, y la llamó Desembarco del Granma.

«Siempre estuve al tanto de la salud del Comandante en Jefe, y cuando no lo veí­a reflejado en la prensa o la televisión, me preocupaba. La noticia de su fallecimiento me sorprendió, porque hací­a pocos dí­as Fidel habí­a recibido en su casa a representantes de otras naciones, como acostumbraba.

«No olvidamos su pérdida, pero nos reconforta tener el privilegio   de que fuera precisamente él quien fundara la textilera.

«Aquel 2 de diciembre quedó plasmada para siempre su visita en las imágenes que conservamos en la Sala de Historia, para que las nuevas generaciones de tejedores no olviden que un dí­a estuvo aquí­ y nos pidió a hacer producir la fábrica con el espí­ritu proletario con que fue edificada ».

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