Fidel y su amistad con Stevenson

La amistad entre ambos duró alrededor de 40 años, hasta la desaparición fí­sica del Gigante del Central Delicias, Las Tunas, en junio del 2012.

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Fidel levanta el brazo del gran campeón. Foto: Tomada de Internet).
Fidel levanta el brazo del gran campeón. Foto: Tomada de Internet).
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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24 Noviembre 2021

Si algún deportista tuvo el honor de considerarse amigo de Fidel, fue Teófilo Stevenson Lawrence. La amistad entre ambos duró alrededor de 40 años, hasta la desaparición fí­sica del Gigante del Central Delicias, Las Tunas, en junio del 2012.

Una de las primeras veces que se vieron personalmente fue en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Boxeo, celebrado en La Habana, en 1970, ocasión en que el Comandante en Jefe conversó con los miembros de la escuadra     cubana, vencedora en el torneo.

Luego, en un discurso pronunciado en septiembre de 1972, después de la excelente actuación de los pugilistas en Munich, donde le aportaron a Cuba los tres primeros tí­tulos olí­mpicos en el periodo revolucionario, Fidel expresó: «Teófilo Stevenson merece el reconocimiento de nuestro pueblo por su éxito deportivo derivado de su disciplina, de su consagración al deporte, de su valor, de su moral ».

Los periodistas Rafael Pérez Valdés y Oscar Sánchez   Serra, en el libro Fama sin dólares, relatan una anécdota que ejemplifica la cordial amistad entre Fidel y Stevenson.

El mandatario cubano fue a inaugurar la terminal de azúcar en Las Tunas. Allí­ señaló: «Ya Las Tunas tiene a un gran campeón, ahí­ tienen a Stevenson ».

Narran   Pérez Valdés y Sánchez Serra   que todo el grupo que acompañaba al Comandante en Jefe se dirigió a los muelles, Stevenson los siguió, no subió a los barcos., alguien preguntó o dijeron su nombre. Entonces Fidel indagó: « ¿Pero dónde está Stevenson? Y le respondieron: «él se fue, no subió ».

Cuando bajó del barco le dijo a Stevenson: « ¿Por qué no subiste conmigo?; vení­as en el grupo y eres un invitado de honor. Teófilo respondió que nadie lo habí­a mandado a subir y que esperó disciplinadamente »..

Tras escuchar las palabras de Teófilo, Fidel señaló: «El rato que no estuvimos juntos ahora, lo vamos a recuperar. Mañana paso por tu casa en Delicias ».

El Comandante  en Jefe y Teófilo Stevenson mantuvieron una entrañable amistad. (Foto; Tomada de Internet).
El Comandante en Jefe y Teófilo Stevenson mantuvieron una entrañable amistad. (Foto; Tomada de Internet).

En el Primer Campeonato Mundial efectuado en la capital cubana, en 1974, Stevenson   tení­a un pie lesionado y Fidel siempre estuvo al tanto de su evolución. Esto fue un gran estí­mulo para Teófilo que conquistó el primero de sus tres tí­tulos del orbe, imponiéndose a sus cuatro rivales, entre ellos el alemán Peter Hussing y el estadounidense Marvin Stinson, en el pleito final de la división de más de 81 kilogramos.

El año 1986 le deparaba a Stevenson, la posibilidad de convertirse en tricampeón mundial, después de haber   perdido esa oportunidad en Munich, en 1982, al ser eliminado por el italiano Francesco Damiani en su primera pelea.

Previo a la lid realizada en Reno, Stevenson habí­a mostrado cierta apatí­a y luego de sucumbir en la Copa Quí­mica, en la entonces República Democrática Alemana frente al anfitrión Ulli Kaden y caer contra el guantanamero Osvaldo Castillo en el torneo Giraldo Córdova Cardí­n, puso a pensar a expertos, periodistas y al pueblo, si debí­a ir no a Reno.

Pero llegó la mano amiga de Fidel, quien se convirtió prácticamente en aquel momento en su mejor sicólogo. El Comandante en Jefe puso a su disposición un auto –aunque ya tení­a uno desde 1978- y un chofer, para que asistiera a los entrenamientos.

Stevenson le reciprocó el gesto al mandatario cubano, no lo hizo quedar mal. Se desquitó del revés sufrido semanas atrás ante Ulli Kaden en su combate inicial y luego de salir airoso en sus dos “broncas” siguientes, derrotó al norteamericano Alex Garcí­a en la disputa del cetro. Fue el pleito que cerró la brillante carrera del tunero, quien se agenció tres tí­tulos olí­mpicos e igual cantidad de mundiales.  

Al  fallecer, el 11 de junio de 2012, Fidel en sus Reflexiones publicadas el dí­a siguiente en CubaDebate expresó: Se nos ha ido Stevenson. Después de las cuatro de la tarde de ayer llegó la noticia. Ningún otro boxeador amateur brilló tanto en la historia de ese deporte. Podrí­a haber obtenido dos tí­tulos olí­mpicos adicionales, si no hubiese sido por deberes que los principios internacionalistas impusieron a la Revolución. Ningún dinero del mundo habrí­a sobornado a Stevenson.

¡Gloria eterna a su memoria!

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