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Razones

IBP, la ciencia que necesitan los campos de Cuba

Una representación del centro estuvo en Macfrut 2025, la feria de referencia italiana para profesionales del sector hortofrutícola en ese país y en el extranjero. 

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Dr. Raúl Collado López, director del IBP, junto a integrantes de este colectivo científico de la UCLV.
«La formación de los recursos humanos resulta estrategia priorizada para el centro. Los proyectos de investigación nacionales e internacionales son el marco propicio para ello», afirma el Dr. Raúl Collado López, director de la institución, en el centro de la foto. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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11 Mayo 2025

El Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP) busca mantenerse en una posi­ción cimera dentro de la ciencia cubana. De ello puede dar fe el Doctor Raúl Collado López, quien ya lleva 20 años en la institu­ción. Inició como investigador, culminó su doctorado, pasó por varios niveles direc­tivos, y desde hace apenas unos meses se convirtió en el guía general del IBP, centro adscrito a la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, uno de los cuatro colectivos seleccionados como Vanguardia Nacional el pasado año.

Entre los aspectos que los caracterizan como profesionales, sobresalen los deseos continuos de innovar. El IBP nació el 19 de noviembre de 1992, fruto de los resultados científicos del Colectivo de Mejora Genética de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, en la cual se iniciaron los estudios en biotecnología vegetal en la década del 80 del siglo xx.

Memorándum

—Los productos y servicios ofre-cidos por el IBP están avalados por su confiabilidad, poseer alto valor agregado, resultan compa-tibles con el desarrollo agrícola sostenible y son amigables con el medio ambiente.

—Sus fundamentos se sustentan en la mejora genética y la propagación de las plantas con el apoyo de la ciencia y la tecnología.

—Dispone de dos áreas funda-mentales: la productiva y la de investigaciones.—Mantiene el principio de llevar cada resultado investigativo del laboratorio al campo. 

A fuerza de talento se materializó el anhelo de contar con un sistema de bio­fábricas y laboratorios comerciales a gran escala, gracias a los cuales existe la red nacional, con 14 dependencias en todo el país.

Para Collado López «las innovaciones llevan un proceso de acompañamiento y para que el IBP haya podido aplicar estas innovaciones se han requerido procesos de capacitación en las biofábricas del país. La totalidad de las biofábricas producen plantas de plátanos o bananos, partiendo de embriones somáticos maduros proce­dentes de nuestra institución y cuentan con la capacitación constante de nuestros especialistas».

Justo es esa una de sus misiones, no solo realizar una relevante actividad científica, tecnológica, sino contribuir con la supera­ción permanente de los recursos humanos en la esfera de la Biotecnología Vegetal, aspecto en el que constituye un eslabón importante la transferencia de conocimientos, tecnologías, productos y servicios de alto valor agregado con un impacto en el entorno nacional e internacional.

La papa y otras proyecciones

Siempre en las visitas a la institución científica sale a relucir el tema de la llama­da reina de la cocina cubana, pues el IBP está inmerso en un programa de produc­ción de semillas de papa para el consumo humano.

De acuerdo con el Dr. Raúl Collado «una de las limitantes del país para producir papa está en la disponibilidad de semillas, las cuales poseen un alto costo en el mer­cado internacional, por lo que Cuba debe erogar una buena suma para su adquisición». De ahí la importancia del programa encaminado a producir la semilla original destinada a la red de biofábricas.

Labores de producción en el IBP.
El pasado año los ingresos sobrepasaron los 21 millones de pesos. Aunque debieron vencer varios retos, cumplieron el plan de exportación. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Por otro lado, el cultivo de la piña (Ananas comosus) está en el quehacer de los investigadores del centro, con el fin de garantizar la presencia de dicha fruta en nuestros mercados y el turismo. Entre los empeños se incluye el cultivar de la piña para la industria.

Se trabajaba en otras variedades, pero la MD2 (Ananas comosus), también conocida como piña Gold o piña dorada, resulta de mayor calidad, más dulzor, con menos fibras, sin espinas y deliciosa al paladar.

«Se trajo la semilla con todos los reque­rimientos a partir de una selección realiza­da en México», precisa Collado López.

Además, se labora con el jenjibre (Zingiber officinale) en busca de mercados inter­nacionales y la stevia (Stevia rebaudiana), un edulcorante de mucha calidad e impor­tante para la industria farmacéutica.

Damisela Machado Delgado, secretaria general de la Sección Sindical.
«No tenemos fluctuación en la fuerza de trabajo», afirma Dami-sela Machado Delgado, secre-taria general de la Sección Sindical. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Otro aspecto importante lo constituye la comercialización de productos y servicios en el territorio nacional y en otros países de la región.

La plantilla del IBP la componen alrededor de 100 trabajadores; de ellos, 60 mujeres, según precisó Damisela Machado Delgado, secretaria general de la Sección Sindical.

La estabilidad de la fuerza de trabajo constituye una fortaleza para asumir retos y mantener logros como la producción de semillas de plátano y de bananos con un rendimiento que triplican cualquier otra variedad cultivada en el país.

Buena parte del éxito del centro radica en la capacidad de establecer alianzas na­cionales e internacionales enfocadas en el desarrollo estratégico y en el apoyo guber­namental para el fomento de investigacio­nes y la adquisición de tecnologías, junto a un colectivo de consagrados y brillantes investigadores.

Contrastes

—Las técnicas de cultivo in vitro demandan de recursos humanos capacitados y es-pecializados.
—Por eso apostamos por una ciencia nuestra y de puntería, que lleve la semilla del laboratorio al campo, ¿Tenemos o no nuestras Razones?

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